Ajedrez

De las tablas de Grandes Maestros

domingo, 20 de febrero de 2022 · 00:28

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).-Por muchos años, en el ajedrez competitivo, se ha criticado los empates rápidos entre jugadores. Mientras los ajedrecistas son meros aficionados no pasa nada, pero cuando estos empates, estas “tablas” rápidas, se observan entre los mejores jugadores del mundo, las críticas no se hacen esperar. Tan añejo es el problema que ya hace algunos años, en Bulgaria, nacieron las llamadas “reglas de Sofía”, que impedían que los jugadores empataran antes de la jugada 30. Este tipo de reglas -se esperaba- haría que los grandes maestros lucharan en cada partida y dieran el obligado espectáculo a la afición.

El argumento principal contra los empates rápidos es que son decepcionantes para todos, público y organizadores, donde particularmente estos últimos ponen dinero para que se hagan torneos importantes, con los mejores jugadores del planeta y -desde luego- los empates rápidos se ven mal. Sin embargo, hay que decir que hoy en día el ajedrez moderno (como muchos años antes), la mayoría de las ocasiones, los patrocinadores son mecenas, personas con mucho dinero que aman el ajedrez. No están buscando que el torneo sea un éxito comercial. No. Simplemente quieren ver a los mejores jugar.

El el último Campeonato Mundial entre Nepomniatchi y Magnus Carlsen, quien ganara con facilidad este último, ocurrió que hubo cinco tensos empates en las primeras cinco partidas (de las 14 pactadas). De inmediato la prensa especializada empezó a criticar estos empates rápidos, sin siquiera mencionar las duras batallas que se dieron en esas cinco primeras partidas. En el sexto encuentro, Magnus Carlsen ganó la partida más larga jamás jugada en Campeonatos Mundiales, después de 7 horas de lucha. La octava fue un empate rápido y sin muchas ganas de los rivales por complicar las cosas. Pero después de esto, el retador, Nepo, cometería espantosos errores y perdería una tras otra partida. Y entonces la prensa se quejó que un Mundial con esta diferencia de nivel no correspondía a la magnitud del evento. Vamos, que nunca se tiene contenta a la prensa.

Es claro que en el ajedrez existe el empate, como en otros deportes, y abolirlos parece equivocado. Paul Keres, en un libro que escribiese unos 3 años antes de morir, indicaba lo siguiente: “En los torneos modernos, se ha notado la desafortunada tendencia a las tablas de los grandes maestros, una pseudo-lucha que ha sido condenada por el público ajedrecista”. No está muy claro para Keres la razón de esta tendencia, pero quizás -dice- es por la creciente en el número de profesionales del ajedrez, en donde el objetivo tradicional de dar jaque mate al rey enemigo se ha sustituido por el puntaje que se gana cuando no se pierde la partida.

Keres, quien fuese el “eterno segundo lugar”, dice que puede haber muchas razones para estas tablas anodinas: “algunas veces es el lugar donde uno está ubicado en la tabla de resultados y en donde un empate favorece; o bien, uno no se siente físicamente apto para una batalla de todo o nada. En ocasiones uno quiere un día de descanso más en una competencia extenuante”. Y aunque todas estas razones parecen válidas, el propio Keres piensa que no justifican los empates rápidos.

No obstante todo lo anterior, hay que decir que muchos torneos contienen muchos empates sin siquiera una lucha decente. Lo mismo pasa con muchos partidos de futbol en donde se generan empates a cero goles y un juego que no da espectáculo. Pero ahí nadie dice que deben abolirse los empates del futbol soccer. Es parte del juego. Pues bien, si así es en el futbol, ¿por qué tanta polémica con los empates en ajedrez? No lo entiendo.

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