Deportes
Corredoras kenianas, presas de los hombres “hiena”
El atletismo como herramienta de ascenso social es capaz de cambiar la vida de las kenianas. Conscientes de que se trata de potenciales campeonas mundiales, los llamados hombres “hiena” se acercan a ellas como entrenadores para luego cortejarlas, explotarlas y violentarlas hasta la muerte.NAROK, Kenia.– En un bar a media luz del condado sureño de Narok, en los alrededores de la mítica reserva natural de Masai Mara que comparte Kenia con su vecina sureña Tanzania, medio centenar de hombres se arremolinan frente a una pantalla plana que emite un partido de futbol.
Al contemplar la escena, con la disimulada ignorancia del que intenta sacar conclusiones apresuradas, se podría pensar que se trata de un país que se explica y se entiende a partir de su fervor religioso por el balón. No obstante, Kevin, el encargado del lugar, interrumpe abruptamente el sortilegio: “Esto es simple entretenimiento. Nuestro orgullo nacional es el atletismo”.
La confianza travestida de arrogancia que destila la sentencia de Kevin se sustenta en una cuestión: la condición de Kenia –un país de 55 millones de habitantes que se define, fundamentalmente, a partir de la diversidad cultural de sus 42 tribus– como potencia mundial en las carreras de media y larga distancia.
Desde que el legendario Wilson Kiprugut ganara aquella primera medalla en los 800 metros durante los Juegos Olímpicos de Tokyo 1964, meses después de que Kenia se liberara del yugo impuesto por el languideciente imperio británico, el país africano ha conquistado 106 preseas en el atletismo de la justa de verano.
____________________________________________________
Fragmento del reportaje publicado en la edición 0029 de la revista Proceso, correspondiente a noviembre de 2025, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.