Elecciones 2024
Cuando AMLO me cerró la puerta, decidí ser presidenta: Xóchitl Gálvez
“Ese día dije: esa puerta (de Palacio Nacional) hay que abrirla de adentro hacia afuera”, cuenta la senadora. En entrevista con Proceso aborda temas polémicos: los ataques de López Obrador, el financiamiento de sus viajes y eventos, los señalamientos de que es candidata de los oligarcas...Ciudad de México (Proceso).-- El día que el presidente Andrés Manuel López Obrador le cerró la puerta de Palacio Nacional, Xóchitl Gálvez decidió lanzarse a la candidatura presidencial para 2024.
Meses atrás quienes le plantearon esa posibilidad fueron grupos de la sociedad civil y empresariales. A todos, afirma, les dijo que no.
“Ese día dije: ‘esa puerta hay que abrirla de adentro hacia afuera. Este hombre la tiene cerrada para todos los mexicanos que no pensamos como él’”, asegura en entrevista con Proceso.
La senadora --que está en la mira constante del presidente Andrés Manuel López Obrador-- asegura que no es una candidata presidencial ungida por los partidos políticos de oposición --“ninguno me veía con posibilidades”--; pero ve que en su eventual candidatura “cabe el PRI, cabe el PAN, cabe el PRD y ojalá pudiera caber MC. A mí me encantaría que estuviera MC porque yo tengo una agenda progresista, tengo una agenda de izquierda en temas sociales, tengo una agenda de instituciones donde al PRI se la compro. Le compro al PAN el bien común, la libre empresa y podemos hacer una agenda muy amplia donde cabemos todos”.
“Mis locuras conectan”
Nacida en Tepatepec, Hidalgo, hace 60 años, Xóchitl Gálvez afirmaba hasta hace poco en cada entrevista y en todas sus publicaciones que estaba lista para gobernar la capital del país.
“No había querido creer que tenía yo alguna posibilidad a la Presidencia de la República. Había voces que escribían artículos, había personas que me decían ‘anímate, mira tienes una historia de superación, tú has trabajado muchísimo por las comunidades indígenas durante el sexenio de Vicente Fox, pues de alguna manera recorriste ese México profundo y eso no lo puede negar nadie’”.
Entre esas voces estuvieron las de legisladoras como “Angélica (De la Peña), la esposa de Chucho (Ortega, expresidente del PRD), Dulce María Sauri (expresidenta del PRI)”; también surgieron de otro ámbito, el empresarial.
“Había ido a eventos empresariales, de Concamin, Concanaco, en los que me decían: ‘oye, tú puedes ser la candidata’. Había leído artículos de muchos personajes que me lo habían propuesto, pero hasta ahí, yo nunca me senté con poderosos”, afirma.
Lo que sí tuvo como antecedente la legisladora fue asistir “a una comida del Consejo Mexicano de hombres de Negocios y les dije que no iba. Se los dije de frente”.
-- ¿Qué le dijeron?
--Lo que me decían es que si había valorado la posibilidad de ser candidata a la Presidencia y les dije que no, que yo quería ser jefa de gobierno.
La aspirante a coordinar el Frente Amplio por México considera que la razón por la que la vieron presidenciable fue “porque veían que era una mujer valiente, entrona, con una agenda social. Lo que no veían en otros candidatos del propio frente. Mis locuras al final de cuentas conectan”.
Entre las ventajas que ve para ofrecer al sector empresarial es “que soy una mujer dura y lo que ellos están esperando es que se aplique el estado de derecho, que haya reglas claras y comprensión porque desde mi visión el gobierno es socio del 33% de las empresas, de las utilidades. ¿Qué te conviene como gobierno?, que las empresas produzcan, haya confianza, haya crecimiento y haya dinero para repartir”.
Ante los embates del mandatario federal, dice: “Me acusa de tener una empresa, pero no me acusa de bandida”.
“¿Quién paga los recorridos?”
Para evitar que se le vea como una candidata de los mismos empresarios, Gálvez hace una comparación con los aspirantes presidenciales de Morena, entre quienes sugiere está el apoyo de la iniciativa privada o del propio gobierno.
“Los que traen la lana de los empresarios son Claudia y Adán Augusto o la traen del erario público. Dejémonos de cerrar los ojos: esos espectaculares alguien lo paga (…) yo al día de hoy no tengo un peso de los empresarios y no lo necesito porque mis firmas no las van a conseguir con dinero, sino con redes”.
La legisladora admite que los hospedajes y vuelos de sus recorridos los paga con las utilidades de su negocio, pero hay casos donde entra el dinero de las empresas que la invitan.
“¿Quién paga los recorridos? Las organizaciones de la sociedad civil, me invitan. Unidos por México, Marea Rosa, Concamin, Canaintra. Ayer fui con los empresarios de Monterrey, como los rebeldes, los independientes de Nuevo León y se enojaron otros, pero yo voy con todos, voy con quien me invite y cuando me invitan queda claro que ellos pagan con sus recursos estos eventos porque además lo más caro es pagar el salón, yo pago mi hotel y mi boleto de avión”, asegura.
La legisladora por el PAN incluso considera que para financiar su campaña buscaría un fondeo social en una cuenta que haría transparente, “que la gente le ponga lana, quien quiera que yo llegue haga su lona de su casa por su cuenta, ponga la calcomanía en su coche”.
Comenta que esa estrategia funcionó cuando se postuló a la gubernatura de Hidalgo en la que –recuerda-- tuvo 42% de intención de voto, pero no ganó porque considera que le faltó cuidar las urnas.
Gálvez afirma que no hay dinero detrás de todas sus publicaciones, “lo que pauto en Facebook está muy claro dónde lo pauto. Yo tengo utilidades de mi empresa, a lo mejor por eso el presidente quiere que desaparezca porque de ahí de las utilidades que tengo es de donde pago mi Facebook. Yo quiero preguntarle a Claudia de dónde paga su Facebook, yo tengo para decir de dónde viene el dinero: sí, soy empresaria, tengo utilidades, hasta el día de hoy no tengo dinero de empresarios, ni lo necesito, porque las 150 mil firmas las van a sacar los ciudadanos”.
“Decisiones en soledad”
De entrar al pleno del Senado en una botarga de dinosaurio hasta interponer un amparo para solicitar el derecho de réplica, la también empresaria ascendió en popularidad y apoyo en redes sociales, que se dio en medio de la acusación del presidente Andrés Manuel López Obrador de que fue elegida por un grupo oligárquico en el que participa Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos, Jorge Castañeda, Vicente Fox y como gerente el empresario Claudio X. González.
Xóchitl descarta que su candidatura sea un remanente de lo que se registró en 1994, con el grupo San Ángel, cuando desde la casa de Jorge Castañeda se gestó un movimiento de políticos e intelectuales que marcaron agenda para definir el rumbo del país, bajo la consigna de que se buscaba un equilibrio y ningún “choque de trenes”.
“No, no; la decisión la tomé en una montaña de mi pueblo. Dicen que ahí está enterrado mi ombligo, dicen, y uno ahí sube a hablar con su espíritu y su corazón y yo ahí es en donde he tomado las grandes decisiones de mi vida, ahí tomé la decisión de venirme a la ciudad sin conocer a nadie y sin tener empleo. Ahí subí a decir te debes ir o quedarte en este pueblo y ahí decidí que me quería venir, ahí decidí si entraba o no al gabinete de Vicente Fox, ese es el lugar donde voy a tomar mis decisiones en la soledad”, afirma.
El 27 de junio Gálvez apareció en un video grabado a las 2 de la mañana, frente a Palacio Nacional para presentarse como “la próxima Presidenta de México” y que ha alcanzado casi 8 millones de vistas.
Quince días antes, la llave con la que buscó entrar a Palacio fue el derecho de réplica que obtuvo mediante un juez.
“Él había dicho una mentira y fue incapaz de corregir su mentira, y me di cuenta que México está cansado de la división, del odio, del coraje, del rencor, eso que el presidente todas las mañanas alimenta, ese odio contra quien se supera, ese odio contra el que tiene, contra el que trabaja”, indica.
Gálvez refiere que no siempre observó esta hostilidad por parte del jefe del Ejecutivo Federal, quien, incluso, la invitó a ser parte de su movimiento cuando “hasta hace cinco años yo era lo máximo”.
Xóchitl relata el episodio: “Claudia me invitó y me dijo que quería ir Andy (Andrés Manuel López Beltrán) a hacerme una propuesta de parte de su papá. Y fue Andy a mi casa en Monte Camerún junto con Claudia y me propusieron dos cosas: o ir al gabinete presidencial o ser senadora de la República y ninguna de las dos cosas acepté. Eso es ético también, no sé si a partir de ahí me agarró coraje”.
Escenarios electorales
De ascendencia otomí, Gálvez detalla que con quien más identificación tiene entre los aspirantes morenistas es Marcelo Ebrard: “tiene una agenda similar a la mía, sí tiene intención de energías limpias, de autos eléctricos, sí le preocupa la clase media, sí creo que en ese caso Ebrard es más competitivo con la agenda que yo tengo”.
En un eventual escenario finalista Xóchitl-Ebrard, opina que “hay temas de Ebrard que son complicados, habría que verlos en su momento y habría que ver si Morena no queda fracturado”.
En un eventual Xóchitl-Claudia Sheinbaum: “Es un escenario interesante porque si sólo hay dos candidaturas sería la garantía de que México va a tener una mujer presidenta y entonces ahí ya no sería voto porque eres mujer, ahí sí sería voto por la más capaz, voto por la más empática, voto por la que se preocupe por mis problemas, llegado ese momento, ahorita no podemos hablar de votación”.
Del tercer aspirante presidencial morenista, Adán Augusto López, su opinión es distinta: “Creo que es al más fácil de ganarle, porque es muy poco empático; una campaña, no sé, a lo mejor me equivoco, pues tú no puedes llegar a una comunidad indígena con un reloj de 500 mil pesos, cuando a lo mejor ese día ni siquiera comiste”.
También es enfática en responder a sus propios compañeros de oposición que se han bajado con el argumento de que el proceso del Frente Amplio por México ya no es de corte ciudadano.
“Que no sean sacones, si no tienes chance de conseguir tus firmas mejor di ‘pues no pude conseguir mis firmas y me voy’, y no le eches la culpa a que es cupular; porque si hay alguien que está castigada en el Senado por no haber hecho lo que Marko Cortés decía, es tu servidora (…) Yo sabía que no era la consentida de los partidos y no ando diciendo ‘ay no pues es que no voy a sacar las firmas porque hay trato’. No le voy a echar la culpa a Santiago Creel que por su culpa no conseguí y que había dados cargados, pues no las conseguí por güey y ya a tu casa, vámonos a otra cosa”.
Asegura que para lograr las firmas y una candidatura, se debe tener “pericia, la chispa de hacer lo que hice en las redes; pues eso no es culpa mía pero que no me descalifiquen, no está padre que te descalifiquen”.
En cambio, asegura que en Morena será el presidente López Obrador quien elegirá a su sucesor y señala a la exjefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
--¿No es usted la elegida de la cúpula?
--Claro que no soy la elegida de la cúpula, pues si hasta de trotskista me acusan. Por cierto, ahora los trotskistas dicen que no me conocen y me dijeron que era pequeña burguesa porque me volví empresaria.
La fiesta “con la mafia del poder”
Un momento en el que el presidente identifica a Gálvez con “la mafia del poder” es una fiesta en la que aparece con empresarios y otros políticos adversarios del presidente.
Gálvez cuenta como antecedente que “al principio tuve una relación poco amable con Diego Fernández de Cevallos. Me acusó de ser trotskista, piojosa y morraluda. Fue un enfrentamiento la construcción de la Ley de Derechos y Cultura Indígena porque él no la veía con buenos ojos”.
Dice que buscó consensos con el entonces senador en aras de conseguir algunos elementos para las comunidades originarias “y me dijo va; me dio su palabra y cumplió su palabra al pie de la letra y construí una amistad con Diego a raíz de la descalificación original”.
La fiesta de 2016, del video difundido también desde Palacio Nacional, se trató de uno de los cumpleaños de Fernández de Cevallos, en el que estuvieron también la ministra Yasmín Esquivel, el ingeniero Carlos Slim, “que es muy amigo del presidente”, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo; “o sea, la gente se debe de reunir a platicar y eso no quiero decir que yo sea cuata de todos ellos”.
Para la senadora las condiciones para su candidatura se han conformado bien, pero no contó con “que iba a enfrentar tanta violencia política de parte del presidente. No pensé que el presidente fuera un hombre tan misógino y tan macho. Él no concibe que una mujer que se ha hecho sola esté aquí por su mérito, él cree que hay hombres oligárquicos que están detrás de mí”.
También le parece inconcebible que el jefe del Ejecutivo Federal cometa un delito fiscal al dar a conocer quiénes son los clientes de Xóchitl “para amenazarlos, amedrentarlos, para que me dejen de dar trabajo. Busca meterme en una crisis, él busca que yo cierre mi empresa donde tengo más de 250 empleados a los que les genero trabajo”, por lo que analiza presentar denuncias por ser información que únicamente tiene el SAT pero que se hizo pública.