Teatro
Teatro: “Cero”, sobre la casualidad y el encuentro
En esta obra, escrita y dirigida por Ingrid Cebada, impera el juego escénico a través del cuerpo y las palabras.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Tres jóvenes emprenden un viaje a la ciudad de Xalapa, que se convertirá en un viaje interior de autoconocimiento y en el deseo de cerrar ciclos, cerrar heridas o abrirlas para curarlas.
En la obra Cero, escrita y dirigida por Ingrid Cebada, impera el juego escénico a través del cuerpo y las palabras. Acciones energéticas que enraízan al personaje en el espacio tridimensional que exige presencia y presente, más cuando uno de los recursos dramatúrgicos principales es la narración anecdótica y anímica.
Los personajes cuentan lo que les está sucediendo a ellos y a los que están junto. Unos a otros se construyen y reconstruyen. Lucía, Lina y Enrique con personalidades muy específicas a las que la autora les imprime historias entrañables, aparentemente sencillas, pero fundamentales para ellos, que los implican como actuantes de su propio destino. Han decidido, cada uno de manera independiente, hacer un viaje y conseguir lo que se han fijado: conocer el mar, reconectar con su padre y decirle sus verdades a su examado. Los caminos pueden estar muy lejos entre sí, lo cual también es en apariencia, pues la casualidad ha hecho que coincidan, que sean capricornios y hayan nacido el mismo día y el mismo año. No es casualidad; como el cielo estrellado que parece un caos pero en realidad todo está interrelacionado. Y ese universo estelar aparece en escena, cientos de puntos luminosos que ellos contemplan maravillados… como nosotros.
Las autora trabaja con distintos planos de realidad, pero también de interpretación. Los números obsesionan a sus personajes y cuentan con las manos y la cabeza; suman y restan. Cero es como se llama la obra, y como le han dicho toda su vida a Enrique, que nació y vivió en un hospital y es la primera salida que hace al mar, porque mal creyó que Xalapa tenía mar. Cada quién tiene su herida y la esconden a los desconocidos, pero en este encuentro casual los desconocidos se hacen amigos y poco a poco abren su intimidad entre ellos y para nosotros.
Los actores son chispeantes y amorosos. Abigail Pulido, Emmanuel Lapin y Mariana Cabrera construyen peldaño a peldaño una amistad; así, a fuego lento o más bien, a frío lento y neblinoso; como es Xalapa y sus alrededores. Coreografían sus movimientos y se detienen cuando hay que hablar de algo más de adentro. Aceleran el paso o suben y bajan de niveles. Los actores expresan sus intenciones con el cuerpo y la voz. Ellos son ellos y sus personajes.
Ingrid Cebada, con gran sensibilidad y agudeza, profundiza en los dilemas que definirán a sus personajes. Son entrañables pero no desde un principio; porque se defienden, sacan sus garras o su distancia. Y así como se acercan entre ellos, se acercan a los espectadores.
La dinámica escenografía de Aurelio Palomino va a la par que la batería del músico Javier Jara, quien en vivo acompaña a los actores en ese ritmo propio y único de cada escena.
Cero es un proyecto del colectivo La Maniobra en el que participan actores egresados de la Casa del Teatro y la Universidad Veracruzana. La obra, después de haber obtenido el Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido 2017, la presentaron en Xalapa, en Monterrey dirigida por Luis Martín, y en Oaxaca en La Locomotora Foro Escénico. En la Ciudad de México han dado funciones en el Foro A Poco No, en el Teatro la Capilla y ahora se están presentando en el Teatro el Granero del Centro Cultural del Bosque hasta el 16 de junio.
Cero es una obra emotiva y esperanzadora donde se cultiva la solidaridad, la amistad y el autoconocimiento en compañía. Una obra que se disfruta, se ríe y llega al corazón.