Teatro

Teatro: Edgar Ceballos, editor e investigador

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).
jueves, 30 de mayo de 2024 · 09:28

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El 26 de mayo ha muerto el gran Edgar Ceballos. Hombre fundamental, su intensa actividad y empeño por editar en español libros de teatro contemporáneos nos hizo acceder a autores, pensadores y hacedores de teatro de gran relevancia en el ámbito internacional.

Su afán y su amor por luchar a contracorriente quería hacer creer que el teatro no es efímero, que el teatro se rescata desde la palabra, desde las publicaciones, desde la transmisión del conocimiento para estar actualizados. Hoy a través del mundo digital tenemos acceso a ello sin que lo impida el tiempo y la distancia, pero en los noventa y los dos miles eran libros que traían las últimas noticias del teatro y que se buscaban como tesoros. El libro era uno de los principales medios para transmitir ideas, propuestas o testimonios del quehacer teatral.

Escenología, A. C., fue de las primeras editorial especializadas en teatro; publicaciones accesibles de personalidades teatrales inaccesibles: Barba, Grotowsky, Meyerhol, Stanislavski y más, en el ámbito internacional, y cuántos dramaturgos, investigadores, escenógrafos y gente de teatro en México dio a conocer. A él le debemos la tarea titánica de coordinar y llevar a cabo el Diccionario Mexicano de Teatro. Siglo XX que publicó en 1996 y que en el 2013 actualizó, siendo de gran ayuda para los investigadores y los interesados en quién es quién en el teatro.

Edgar Ceballos (1949) nació en Yucatán, para viajar por el mundo y enraizarse en la Ciudad de México y pasar en Cuautla su última temporada. Estudió en la Escuela de Bellas Artes como artista plástico, y desvió su ruta hacia el teatro de manera autodidacta, como un lector constante que lo acercaría a su motivo vital: las artes escénicas y los libros.

Se inició en los setenta en la dirección y la escritura teatral: El traje (1975), Vieja crónica contada de nuevo (1976) y Colón (1992). Quedaron sin estrenar alrededor de 5 obras, y en 1999 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia por su obra La puerta.

Dos son los primeros libros que editó en colaboración con Sergio Jiménez en los ochenta: Teoría y Praxis del Teatro en México y Técnicas y teorías de la dirección escénica.

Abandonó la dramaturgia y la dirección para dedicarse de lleno a la investigación teatral, rescatando libros imprescindibles en el desarrollo del pensamiento contemporáneo. Él es el que da a conocer El Tercer teatro a través de las publicaciones de Eugenio Barba, como su icónico libro La canoa de papel. Tratado de antropología teatral en 1992, El arte secreto del actor en 1998 y La tierra de cenizas y diamantes (su correspondencia con Grotowski) en 2008.

Abarcó diversos espectros teatrales, y en la dramaturgia publicó a creadores como Hugo Argüelles, Leonor Azcárate, Héctor Mendoza, Luis Eduardo Reyes y Felipe Santander. Y en épocas más recientes, libros didácticos e ilustrados como los dos bellos tomos de Arturo Nava en los cuales transmite sus conocimientos sobre la escenografía y la iluminación; o el de las escenografías de David Antón.

Ceballos siempre llevaba su colección de libros a los festivales latinoamericanos de teatro y ponía su mesa de venta a la salida de los teatros. Difundía el quehacer del teatro mexicano e intercambiaba teorías y técnicas de creadores internacionales que podían publicarse en su editorial.

Edgar Ceballos tenía un gran archivo que no sólo contemplaba libros y escritos, sino también fotografías y videos. Desde hace varios años organizó parte de los materiales de Escenología en una página que se puede consultar: https://escenologiaac.weebly.com/

Edgar Ceballos deja un legado de un valor incalculable; libros de teatro, investigaciones, archivos y documentos --que urge digitalizar o reeditar--, permitiendo que el pensamiento de las artes escénicas del presente circularan y fueran accesibles en español y por todo Latinoamérica.

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