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Cine: Cómplices del engaño ("Hit man")

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).
jueves, 13 de junio de 2024 · 08:34

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-El tejano Richard Linklater y el actor Glen Powell se inspiran en un caso real que publicó en 2001 una revista, la Texas Monthly: El difunto Gary Johnson habría trabajado de falso sicario para la policía del Estado.

El guión se dispara con la aventura de cómo Gary va a construir un personaje diferente para cada uno de sus casos, y una vez que el cliente lo contrata para eliminar a alguien, la policía se adelanta y lo detiene; todo va bien hasta que Gary (Glen Powell) se enamora de una mujer que busca alquilarlo para asesinar al marido que la golpea; suena apelmazado y ya muy visto, pero Hit man (Estados Unidos, 2023) es una comedia divertida, con un manejo inteligente de la tradición del cine néo noir que va de Melville a David Fincher, sólo que sin tomarse en serio.

Glen Powell, conocido apenas por su roles secundarios, se revela como actor versátil, capaz de escribir un guion, hasta desarrollar el papel en un arco que va del ocio de un profesor de filosofía y psicología, aficionado a observar la vida de los pájaros, al juego peligroso de presentarse como matón al gusto del consumidor. Richard Linklater, director con más de treinta años de cine independiente, conocido por la trilogía Después del amanecer o Bernie, activista contra la pena de muerte, ha demostrado a lo largo de su carrera que Texas es algo más que hostilidad a los indocumentados, chili con carne y gobernadores reaccionarios; nunca ha aceptado vivir en Hollywood.

Esta vez traslada la acción a Nueva Orleáns en Luisiana, la ciudad sólo luce de soslayo. Hit man dirige el talento visual hacia los diferentes disfraces de sicario que encarna Powell, y a la belleza de la portorriqueña Adria Arjona en papel de mujer fatal extraído de alguna de las chicas James Bond. Gary Johnson se presenta desde el inicio como un tipo preocupado por la noción de identidad, en sus clases habla de Nietzsche, confronta a sus alumnos con la idea de que aquello que creen ser es sólo una construcción; divorciado, vive solo con un par de gatos, Id y Ego; trabaja también para la policía en apoyo técnico y análisis psicológico, y cuando le ofrecen sustituir al infiltrado para incriminar a posibles asesinos descubre que posee talento para diseñar diferentes personas de cómo el cliente imaginaría al sicario de acuerdo a su propia fantasía.

A diferencia de la típica comedia de enredos donde todo ocurre por accidente y el protagonista cae gratuitamente en situaciones absurdas, en Hit man Gary se halla predispuesto, listo para aventurarse a nuevos flujos de posibles identidades y tomar riesgos, poco éticos, pero protegido por la policía misma; además, el punto de partida de la historia es real, algo muy parecido ocurrió con el difunto Gary Johnson. El juego camaleónico, al filo del síndrome de personalidad múltiple, se convierte en un entretenido paquete de sorpresas y ocurrencias, todo lo cual invita al espectador al cuestionar, sin caer en la negrura, la sujeción de la identidad a una construcción cultural; como propuso Linklater en la película experimental que le tomó doce años, Boyhood, en la que sigue el desarrollo de un niño hasta la adolescencia, el impulso lúdico, la capacidad de jugar, representa lo mejor de la vida.

   "Hit man" se estrena en Mexico en Netflix, y desde este jueves 20 en salas comerciales la distribuye Diamond Films como "Cómplices del engaño".

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