Cine

“La raya”: la desintegración familiar por la migración y el retorno de los que se van

Yolanda Cruz, directora de filmes como el documental “Reencuentros: 2501 migrantes” y “Hope, Soledad”, es originaria del estado de Oaxaca donde filmó “La Raya”, uno de los títulos en competencia del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
sábado, 26 de octubre de 2024 · 16:08

MORELIA (apro).-La productora independiente de cortos de ficción y documentales Yolanda Cruz (Oaxaca, México, 1974) aborda, en su largometraje de ficción “La raya”, la migración de su comunidad Chatina de San Juan Quiahije, la cual separa a las familias, ya que los infantes crecen únicamente con sus abuelos o abuelas, e igual refleja cómo se les ve a los que retornan de Estados Unidos.

 Cruz, alumna de Sundance y la escuela de cine de la Universidad de California de Los Ángeles, conversa con Proceso, que “La raya” -el cual compitió en la 22 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), efectuado del 18 al 27 de octubre- surgió cuando estaba en Estados Unidos:

“Me encontraba en la escuela de cine y quería contar un poquito sobre mis aventuras en mi pueblo y además poseía muchas ganas de hacer películas para los niños de mi comunidad, para que ellos se pudieran sentir reflejados. Nosotros siempre crecimos viendo las telenovelas, entonces no tuvimos un referente fílmico. Así que eseaba escribir ‘La raya’(México, 2024) con esa idea. Yo trabajaba realizando documentales, entonces, presenté el proyecto para los talleres de Sundance, ahí fue donde lo trabajamos, y conocí a la productorora Christine Dávila, pero por azares de la vida, me regresé a México, y me preguntaba ¿por qué regresé?, ¿qué hay en el pueblo?...

“Entonces pensaba en el retorno, de cómo se nos ven los que regresamos de Estados Unidos. El que retorna es el fracasado. A los jévenes les hacen burla porque se atontaron y los agarro la migra, en fin. Y su meta es siempre regresar a Estados Unidos”.

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“Después de que teminé la cinta documental ‘Hope, Soledad’ y que igual presenté en Morelia, dije: ‘¡Hay que sacar ‘La raya’ del Baúl!..., y trabajé con Christine. Y comparí mi experiencia de estoy acá, pero deseo estar allá. Actualicé ‘La raya’ para hacer una historia de alguien que regresa a México. Es un tema que no vemos mucho. Muchos chicos que se van a trabajar a Estados Unidos forman familias allá y dejan las familias que hicieron en México. Entonces sale un niño sobrando, y se queda en el pueblo.”

Destaca que existen muchos niños y niñas que son creados por sus abuelas en los pueblos de México y eso lo deseaba plasmar en la película,la cual es de 80 minutos:

“Sabía que no estaba realizando un documental y quería discutir este tema con gente de mi comunidad. Creo que muchos de nosotros discutimos nuestras dolencias y sufrimientos en la comedia, y lo efectué con los sarcasmos chatinos. Eso esperaba sacarlo en la pantalla grande”.

En la trama aparece un refrigerador grande, y la niña Sotera y su amigo Erick  lo encuentran. Tratan de venderlo y con el dinero que les den crear un negocio. Sin embargo, el refrigerador empieza a revelar cosas misteriosas a la gente que se le acerca. Mientras, la pequeña debe enfrentar la realidad de que quizás su mama no regrese para llevarsela a Estados Unidos y todavía no sea el momento para ella de abandonar su comunidad.

Actuan en este filme por primera vez la misma gente de la comunidad Chatina.

A la productorra Dávila desde el principio le gustó mucho la visión de la directora con esta historia:

“Yo soy fan de Yolanda desde hace mucho, por eso estoy muy feliz de que este vínculo de ficción va también a presentar todo su talento, porque posee bases de la realidad en temas muy importantes e impactantes. Se aprovecha del medio del cine con el tono de comedia y con historias, que por desgracia no se ven mucho. Y aquí se ve a mujeres de diferentes generaciones y cómo conviven con su comidad. Este proyecto siempre ha sido muy bonito, juega con exponer en la mesa tópicos complicados e importantes de la migración y se centra en un refrigerardor para darle un toque súper divertido. Ademas es una trama universal”.

Yolanda Cruz cuenta que le fue más fácil hacer una ficción:

“Con el documental siempre surgen preguntas y me ha permitido conocer a gente muy profundamente por sus historias, y que me confía sus tremendas historias, pero también a veces uno se pregunta ¿cómo presentar el dolor de la gente? Es mejor decirle a Mónica del Carmen que se convierta en Sandra. Me gusta por eso la ficción, me da un poco más de libertad. Siento que no estoy exponiendo la vida de alguien para que nos podamos reír.

Sobre el elenco de “La Raya”:

“Mónica del Carmen vino a Morelia a la presentación de ‘Hope, Soledad’ aquí en Morelia, y le gustó. Yo conocía de alguna manera su trabajo actoral. Cuando empecé a escribir  más sobre Sandra, pensé que la que me podría dar ese ángulo era ella, pero Mónica estaba muy ocupada. Le mandé el guión y le dije: ‘Me parece que yo veo en ti este personaje’.

“Entonces dijo que sí, pero cuando ya estamos con la agenda para grabar, se le estaba complicando el tiempo. Entonces le dije va a ser muy difícil que lo podamos hacer. Dicidimos relizar un casting en todo Oaxaca buscando a la persona. También efectuamos el cating en el pueblo para encontrara a los niños, y cuando los encontré, le mandé a Mónica las fotos de los  niños. Ella  le habló a su gente y me expresó que me apoyaba. Trabajó con los niños y los entrenó. Ayudó a los niños a desenvolverse ante al cámara. Ella tomó cursos de chatino. La comunidad nos dio la autorización de trabajar con ellos, entonces nos abrieron el espacio. Estoy contenta porque los jóvenes de la comunidad me vieron dirigir, y notaron que es posible que migremos y podamos regresar a ser parte de la coumida”.

Y referente al refrijerador que se ve en el filme, específica:

“Debíamos agregar un elemento mágico a esta  historia entonces. El refrigerador se pensó desde el principio. Emitía un gas o hacía sonidos, pero mejor vimos que podíamos reflejar gente que se fue. Tuvimos un gran equipo de trabajo en el largometraje, el cual es en español, inglés y chatino. ¡Estoy muy orgullosa!”.

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