Museo de Arte Carrillo Gil
Homenaje a Siqueiros en el Museo de Arte Carrillo Gil
Mauricio Macín, curador en jefe del recinto descubrió en los archivos personales de Juan José Gurrola la relación que tenían ambos artistas, dado que éste, además actor y director de escena, era también pintor.CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Como un homenaje al pintor David Alfaro Siqueiros se exhibe actualmente, colgando en la fachada del Museo de Arte Carrillo Gil, una escultura de 15 metros de largo y 4 metros de alto.
Mauricio Macín, curador en jefe del recinto descubrió en los archivos personales de Juan José Gurrola la relación que tenían ambos artistas, dado que éste, además actor y director de escena, era también pintor.
La propuesta forma parte de la muestra “Un lugar en un momento-Prácticas de Sitio Específico”.
En 1996 Gurrola, en colaboración con el fotógrafo Héctor García, propuso a la entonces directora del museo, Sylvia Pandolfi, una instalación que hacía referencia al emblemático cuadro de David Alfaro Siqueiros “Muerte y funerales de Caín”, perteneciente a la colección del museo.
La admiración que tenía Gurrola con Siqueiros no sólo era por sus posturas estéticas sino por las ideas políticas.
Se ha escrito que, en ese cuadro, Siqueiros cuestiona la civilización y los valores del progreso que rigen el ideal moderno. El emplazamiento de la escultura de la gallina en la fachada del museo pretende crear un cuestionamiento a la misma institución que lo soporta, así como el exceder el espacio del recinto.
Los visitantes y transeúntes se sorprenderán por las dimensiones de la pieza, y sin duda se preguntarán que hace allí esta ave. Crear tal situación desconcertante resulta parecida a lo que sucede cuando uno mira el cuadro del muralista: Surgen muchas posibilidades y preguntas. Entre ellas, ¿que significa la gallina?, ¿significa la muerte de algo?, ¿de alguna ideología o una época?
Gurrola dijo lo siguiente: “Esta modificación, que es la cobertura de la fachada, crea un efecto psicogeográfico de desplazamiento no sólo entre los aficionados al museo, sino también en el ciudadano común al encontrarse con una alteración de tipo urbanista y crea un modo experimental como posible manera de trastocar la ciudad”.
Los antecedentes que enmarcan esta propuesta como No-homenaje al artista, tienen referencia a los que sucedía en el ámbito artístico de los años noventa, denominados actos situacionistas, que explica el curador Mauricio Marcín refirió, en el texto de sala, al término acuñado por Gurrola como “cábula situacionista”; en él, de manera colectiva, puso en práctica una asimilación crítica de las ideas propuestas por la Internacional Situacionista, que pretendió disolver la opresión capitalista y la dictadura de las mercancías.
Con esta intervención Gurrola subvierte los principios de la espectacularidad y presenta esta descarnada imagen-materia, sin disfraces.
Se concluye que en estos tiempos de la necropolitica, es decir, del uso del poder social y político para controlar la vida de los otros, Macín propone como de “los cuerpos esclavizados del capitalismo abismal”, y se pregunta “si lo que presenciamos, a través del cuerpo social de esa gallina muerta es, además de un cadáver sistémico. también presagio. ¿De que?.”
La pieza ideada por Gurrola en colaboración con Héctor García también se realizó gracias a la Cortesía de la Fundación Gurrola A. C,, e Imprenta de medios S. A. de C. V. Y es una producción nacional de artes visuales realizada con el estímulo fiscal del artículo 190 de la LISR (EFITEATRO).
El Museo de Arte Carrillo Gil se encuentra en Av. Revolución 1608, San Ángel, Alcaldía Álvaro Obregón, CDMX.