Música
Emotiva despedida de Mario Lavista en Bellas Artes; su familia buscará acceso libre a su legado
“Lo importante para mi papá era que su música se toque, que sea escuchada. Nos queda a mí, a México y a varios de sus amigos que ya estamos trabajando en eso, ver qué vamos a hacer con su legado y asegurarnos que sea un legado al que todos puedan tener acceso" dijo Claudia Lavista.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los restos del compositor Mario Lavista llegaron la tarde del jueves al Palacio de Bellas Artes, y el ambiente se tornó inmediatamente melancólico.
Desde que el féretro atravesó la puerta principal del recinto de mármol solo se escuchaban los clicks de las cámaras de foto-reporteros, que seguían el movimiento con sus restos hasta que se colocaron en el vestíbulo del palacio.
La madre del compositor María Luisa Camacho lideró la guardia, a un costado de ella Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, detrás la coreógrafa Claudia Lavista (hija del compositor) junto a su hija Elisa, y la fotógrafa Paulina Lavista, prima-hermana del artista, quien refirió en breve entrevista con Apro que se trata de la pérdida de quien considera un hermano y amigo desde la juventud, su compañero en sabidurías, música, arte y cultura general.
Del otro lado “Quica”, hermana gemela del compositor de la ópera “Aura”, y Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal.
Al fondo una docena de arreglos florales y coronas funerarias, y como remate arriba en un fondo oscuro una imagen en blanco y negro de un Lavista sonriente, fotografía de Martín Gavita.
Para entonces el máximo recinto cultural ya estaba repleto de familiares, amigos y personajes de la cultura como el arquitecto Felipe Leal; el compositor Eduardo Soto Millán; el crítico musical de Proceso, Mauricio Rábago (quien fuera alumno de Lavista); y Carmen Gaytán, directora del Museo Nacional de Arte.
En su turno en el micrófono Frausto recordó a Lavista como un maestro de generaciones de profesionales de la música y la composición, pues impartió durante 45 años las cátedras de Composición, Análisis y Lenguaje Musical del siglo XX en el Conservatorio Nacional de Música del INBAL.
Refirió:
“No puede pensarse la música mexicana contemporánea sin la presencia de Mario Lavista. La música nacional de las últimas décadas del siglo XX estuvo impulsada por su trabajo, y no solo me refiero a sus creaciones, sino también a su extensa labor editorial y pedagógica. Muchos son los que caminaron de su mano, los que alentó con sus historias, los que abrevaron de su ejemplo siempre alejado de protagonismo”.
En su turno Gabriela Ortiz, discípula, compositora y profesora en la Facultad de Música de la UNAM, recordó a quien fuera su maestro como un hombre generoso que supo estimular, compartir experiencias y conocimientos, pero sobre todo encausar a diversas generaciones de compositores mencionando a nombres como Luis Jaime Cortés, Hebert Vázquez, Rosa Nureyev o Armando Montes de Oca, entre muchos otros.
El director de ópera Sergio Vela, extitular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (ahora Secretaría de Cultura) en el periodo 2006-2009, recordó que conoció a Lavista cuando tenía 19 años en el mismo Palacio de Bellas Artes, y con el tiempo se convirtió en su colega y amigo, “mi deuda de gratitud a su memoria… ha partido un gran individuo dueño de una impronta única en el arte”, refirió, y tras un discurso en el que recordó que extrañaría su sabiduría y los momentos compartidos, se dirigió a Claudia Lavista a quien agradeció por haber pensado en él para dar unas palabras.
Que la gente acceda a su legado
Fue Claudia Lavista quien acompañada de su hija Elisa, única nieta del compositor enfatizó --visiblemente emocionada--, que entendía la partida de su padre como una leyenda musical, un hombre reconocido por la cultura mexicana y su despedida en un Palacio de Bellas Artes, sin embargo, para ella era la perdida de su padre a quien reconoció como “el mejor padre”:
“Lo importante para mi papá era que su música se toque, que sea escuchada. Nos queda a mí, a México y a varios de sus amigos que ya estamos trabajando en eso, ver qué vamos a hacer con su legado y asegurarnos que sea un legado al que todos puedan tener acceso, sobre todo las generaciones jóvenes, porque si algo quería mi papá era volver a dar clases y saber que, a partir de sus enseñanzas, tocaba a los más jóvenes, porque siempre estuvo preocupado por ellos”.
Le siguió un breve programa musical en su honor mientras sucedían las guardias de honor, Lamento para flauta baja, del propio Lavista que a su vez dedicó en su momento a su tío Raúl Lavista en manos del flautista Alejandro Escuer, quien después le dedicó un tema de su autoría “A Mario”.
También se interpretó Bocetos para una rama, con flauta, clarinete, violín, violonchelo y piano, también de Lavista Camacho. Y después las obras Andante Cantabile, K.330, piano solo, de Wolfgang Amadeus Mozart; Virelai, Foy porter / Dame, je vueil endurer, de Guillaume de Machaut; Prèlude a l'après-midi d'un faune, para flauta, oboe, clarinete, percusión, harmonium, piano, violines, viola, violonchelo, contrabajo, de Claude Debussy / Sachs-Schoenberg, a cargo de integrantes del Ensamble del Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea del INBAL.
Al culminar el acto los restos del músico fueron despedidos entre aplausos.