OTAN

Los resultados de la cumbre de la OTAN; sus advertencias

El panorama de un futuro en que sólo cuenta el poder militar y económico, sin tomar en consideraciones los grandes valores de la democracia y los derechos humanos, deja en el horizonte a dos únicos contendientes: Estados Unidos y China.
miércoles, 2 de julio de 2025 · 05:00

Hace pocos días tuvo lugar la reunión anual de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en La Haya, Países Bajos.  Los resultados fueron de gran ambigüedad.  Dejan abiertas muchas interrogantes sobre el futuro de esa organización y los objetivos que persigue. De preocupación particular es el campo de maniobra que tienen los países europeos, el futuro de la guerra de Ucrania y la tensa situación en Medio Oriente.   

Desde su primer periodo en la Casa Blanca, el presidente Trump hizo sentir que no estaba dispuesto a seguir financiando la seguridad de los países europeos. Sin embargo, mucho ha cambiado en su comportamiento desde entonces. Lo más importante fue su involucramiento en la guerra entre Israel e Irán, cuya consecuencia ha sido poner en evidencia la notable superioridad militar de Estados Unidos y la voluntad de su actual presidente de convertirse en el factor decisivo tanto para influir en la guerra, o la paz, en el Medio Oriente como para decidir el papel que pueda desempeñar la OTAN en los momentos de transformación geopolítica que se están viviendo.  

La manera tan brusca con la que, al llegar al poder en 2025 Trump cambió la interpretación de la guerra en Ucrania, atribuyendo la culpabilidad a Ucrania y absolviendo de toda culpabilidad a Putin, convertido en su “buen amigo”, es un botón de muestra de su distanciamiento de los compromisos asumidos como miembro de la OTAN. Ilustra el propósito de actuar de manera independiente, indiferente a las consecuencias que ello implica para el conjunto de la organización. No en balde predomina entre los países europeos la convicción de que Estados Unidos en la era de Trump 2.0 ha dejado de ser un socio confiable. 

El envío a Irán de una de las amas más poderosas del mundo, que sólo posee la fuerza militar estadunidense, constituye un hito en la historia de la convulsa región del Medio Oriente. Es en tales circunstancias de enorme desconcierto, temores y peligros para la paz mundial que se inició la cumbre de la OTAN.  

Sánchez y Trump. Desacuerdos por recursos. Foto: AP/Markus Schreiber

Tres temas estuvieron presentes en la agenda. El primero el aumento de la contribución financiera de los países europeos para asegurar la defensa de su seguridad. Para ello se requiere elevar el gasto en armamentos hasta un 5% del producto interno bruto (PIB)de todos y cada uno de los países miembro. 

En apariencia había una opinión unificada de todos los países europeos y Canadá para fijar esa meta. Sin embargo, España ha levantado una voz contraria al declarar el presidente Sánchez que su país sólo gastaría en ese rubro “2.1% y nada más”. Trump respondió de manera airada que semejante decisión llevará a elevar considerablemente los aranceles a ese país.  

El segundo tema importante en la agenda era el tratamiento del caso de Ucrania. Zelensky participó en los actos sociales de la cumbre (la cena de bienvenida), y mantuvo pláticas bilaterales entre otros con Trump.  

La declaración final de la reunión es un documento que logró salvar las apariencias. En efecto, se mantiene ahí la preocupación respecto de Rusia como amenaza central para la seguridad europea y se dedican líneas para asegurar la cooperación para la defensa de Ucrania. Ello no disimula lo ocurrido durante la reunión, el respeto tan especial que se le dio a Trump y el silencio de los países europeos respecto de situaciones de enorme gravedad que están ocurriendo en el mundo. Por ejemplo, el genocidio que tiene lugar en Gaza, la incertidumbre sobre el alcance verdadero de la destrucción de yacimientos de uranio enriquecido que tiene Irán y los efectos económicos tan perniciosos a través del mundo que resultan de los vaivenes de la política arancelaria de Estados Unidos. 

En opinión de numerosos observadores, el tema de fondo es ¿cuál es el papel de Europa en los momentos de cambio que se están viviendo? No puede pasar desapercibido que Trump abandonó la reunión del G7 (Alemania, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido, Japón e invitados especiales, entre ellos México) para tomar acciones de gran envergadura sobre las cuáles no les consultó. Los aliados de la OTAN se enteraron con posterioridad de la cercanía que asumía con las acciones de Israel, así como del envío de bombas de gran poder a Irán. 

Bombarderos B-2 Spirit. Poderío estadunidense. Foto: Sargento Joshua Hastings/Fuerza Aérea de EE.UU. vía AP

El papel de Europa en la construcción del orden internacional, basado en el reconocimiento de las instituciones multilaterales como la ONU, el respeto a las normas de derecho internacional y la defensa de los derechos humanos y la democracia no puede olvidarse.  

La Unión Europea es, sin duda, la institución más avanzada en términos  de instituciones supranacionales que han hecho posible la convivencia pacífica de 27 países que comparten valores a partir de los cuales se mantiene la seguridad colectiva y la cooperación para el desarrollo. 

Para países como México, con capacidades militares y económicas limitadas, le defensa de un orden internacional basado en principios de derecho internacional, defensa de organizaciones multilaterales y apego a los derechos humanos y la democracia, el debilitamiento del papel de Europa es inquietante. El modelo alternativo que representa Trump, partidario de la acción individual y la manipulación a través de su fuerza militar y económica no es una opción aceptable.  

El armamentismo en Europa, que se irá fortaleciendo a lo largo de los próximos diez años, puede tener resultados indeseables, como sacrificar el gasto social que ha hecho posible el “capitalismo con rostro humano” que caracteriza a Europa, pero también, al fortalecerla militarmente,  puede producir equilibrios que contrarresten el peso excesivo que hoy ejerce  Estados Unidos bajo el gobierno de Trump 2.0.  

Gaza. Genocidio de la mano de Israel. Foto: AP Photo/Jehad Alshrafi

El panorama de un futuro en que sólo cuenta el poder militar y económico, sin tomar en consideraciones lo grandes valores de la democracia y los derechos humanos, deja en el horizonte a dos únicos contendientes: Estados Unidos y China. Ambos poseedores de armas nucleares que pueden conducirnos a una larga guerra fría o a la Tercera Guerra Mundial.  

Con ese telón de fondo la reunión de la OTAN deja advertencias que no se deben perder de vista.

Comentarios