Tragedia en la L3 del Metro

Fallas técnicas, robo de cable, condiciones de riesgo... las pruebas que la fiscalía no ve

“Mi cliente también es una víctima”, asegura Édgar Fabián Hidalgo, defensor de Carlos Alfredo, conductor del Metro que el 7 de enero último impactó a otro convoy de la Línea 3, causando la muerte de una joven e hiriendo a 106 personas.
lunes, 6 de febrero de 2023 · 18:53

“Mi cliente también es una víctima”, asegura Édgar Fabián Hidalgo, defensor de Carlos Alfredo, conductor del Metro que el 7 de enero último impactó a otro convoy de la Línea 3, causando la muerte de una joven e hiriendo a 106 personas. En entrevista, el abogado y los deudos denuncian que existe una “justicia a modo” y un “proceso al vapor” para culpar sólo al conductor, ignorando todo el problema técnico del caso, cuyas evidencias obran en los peritajes de las autoridades y en testimonios de trabajadores del Metro.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Para determinar la responsabilidad del choque de trenes en la Línea 3 del Metro, tragedia del 7 de enero último, que dejó a una estudiante sin vida y 106 lesionados, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) sólo tomó en cuenta el registro de la caja negra del tren que pegó, ignorando la falla en el Sistema de Señalización ocurrida un día antes, las del Sistema de Comunicación denunciadas hace años, el robo de cable y las condiciones irregulares y de riesgo con las que diario opera el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC).

Así lo asegura Édgar Fabián Hidalgo, abogado de Carlos Alfredo “N”, conductor del Metro que chocó. También afirma que en la carpeta de investigación CI-FIGAM/GAM-2/-UI-1C-D/0024/-02-2023 hay peritajes y entrevistas con otros conductores que exponen los problemas de operación que dejan ver que “si no le hubiera pasado este accidente a Carlos, le hubiera sucedido a cualquier otro”.

En entrevista con Proceso, el defensor del conductor del Metro cuestiona por qué la institución que dirige la fiscal Ernestina Godoy sólo se basa en una parte de la información obtenida y persigue al “último eslabón de la cadena”, sin investigar la probable responsabilidad de sus superiores.

“¿Quién ordenó que se diera el servicio aún sin haber reparado la falla de señalización? ¿Por qué no se ordenó un servicio provisional?”, pregunta.

“Le vamos a demostrar a la fiscalía que el choque fue un tema más de fallas técnicas que humanas. Mi cliente también es una víctima”, asegura.

De la misma manera, los padres de Yaretzi Adriana Hernández Fragoso, joven que falleció en el choque, y la familia de Aranza de la Cruz Ramírez, su amiga que resultó lesionada, ponen en duda la indagatoria de la fiscalía y las declaraciones de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, pues acusan “justicia a modo” en un proceso “al vapor”, en el que se encubre a otros responsables y no se atienden los problemas de fondo.

Dictamen en duda

El 27 de enero pasado, 20 días después del choque en el túnel entre las estaciones Potrero y La Raza, el vocero de la FGJCDMX, Ulises Lara, dio a conocer que el incidente se debió al corte “doloso” de cables y a la negligencia del conductor Carlos Alfredo, quien fue detenido el día 26 por homicidio y lesiones, ambos culposos.

Cinco días después, el miércoles 1, el trabajador de 40 años y cuatro de laborar en el STC fue vinculado a proceso. El juez de Control le impuso resguardo domiciliario durante seis meses, plazo que determinó para realizar la investigación -complementaria.

De acuerdo con Fabián Hidalgo, abogado designado por el Sindicato Nacional de Trabajadores del STC, en la audiencia de continuación de ese día se dejó ver que “lo que tiene a Carlos en el proceso es lo que dice la caja negra del tren (que chocó), pero no todo lo demás que hay en el expediente”, que al momento lleva cuatro tomos con más de 10 anexos.

Explica que, para acusar al conductor, el Ministerio Público ofreció como dato de prueba la información hallada en dicha caja –que, de por sí ya es vieja como el tren–, la cual observa que antes del choque el conductor cambió de modo de conducción –de CMR a Pilotaje Automático–, subió la velocidad y “no hizo nada” por frenar.

Nuestro argumento –revela– “es que en la carpeta de investigación está todo el problema técnico del Metro que hubo ese día”: fallas en el Sistema de Comunicaciones de la Red Tetra, múltiples averías de los trenes, condiciones de las instalaciones denunciadas desde hace años y entrevistas a otros conductores sobre las malas condiciones técnicas con las cuales -operan.

El juez también ignoró que hubo una alerta de que los trenes 23 –el siniestrado– y 26 de esa Línea3 tenían problemas y, “en vez de llevarlos a revisión, los sacaron a servicio”.

El testimonio de un herido indica que, antes de chocar, en el tren 23 se fue la luz, se detuvo y estuvo parado algunos minutos. Luego vino el golpe.

“En la carpeta hay conductores que declaran que desde hace un año no hay iluminación en el túnel de esa interestación, y el último reporte es de septiembre de 2022, pero no se atendió porque no se tiene el material”.

Por eso “el dictamen de la fiscalía se pone totalmente en duda”. Entonces, adelanta el defensor, “vamos a hacer valer el tema técnico de todas las irregularidades de ese día. El Ministerio Público solo usó lo que le convenía y hay elementos que ponen en duda su versión”.

Y agrega: “Carlos es el último eslabón de la cadena, pero ¿quién autorizó tener el servicio en esas condiciones? Quien lo hizo puso en riesgo a la gente, al material rodante, a las instalaciones fijas… Carlos no fue el que dijo ‘manejen en estas condiciones’… ¿Quién permitió la operación con fallas? Esa es omisión. Lo más sensato era poner un servicio provisional, quizá eso hubiera evitado la muerte de la joven, y los 106 lesionados… Si Carlos hubiera ido a los 45 kilómetros que dicen, no estaría vivo”.

Miedo laboral

El 8 de enero pasado el subdirector de Operación, Alberto García Lucio, fue separado de su cargo por orden de Sheinbaum; no obstante, el abogado dice que éste no ha declarado ante el Ministerio Público ni el director de Transportación.

Hidalgo asegura que las fallas en la operación de trenes, al menos de la L3, se incrementaron luego del incendio el Puesto Central de Control, el 9 de enero de 2021. Y a raíz de las acusaciones de sabotaje e incidentes “atípicos”, hay trabajadores que tienen miedo de laborar y ya no quieren meter tiempos extra.

El abogado también denuncia que su defendido fue detenido “con uso irracional de la fuerza”, pues, al ser culposos los delitos que le imputan, sólo debieron citarlo y notificarlo para la audiencia. Asimismo niega que haya “riesgo de fuga”, pues con sus lesiones en cadera, espalda y pie no se puede mover por sí solo. Agrega que con el resguardo domiciliario le violan sus derechos humanos y, aunque pidió una medida cautelar menos invasiva, el juez se la negó.

De frente con la jefa de Gobierno

En la mañana de la tragedia del 7 de enero Yaretzi Adriana desayunó chocolate con rosca de reyes y se despidió de su madre, Luz, pues iba tarde para ver a Aranza en la estación 18 de Marzo a las nueve horas. Amigas desde la Preparatoria 3 de la UNAM, irían a una clase de pintura en la escuela de artes La Esmeralda.

“Me abrazó, me dio un beso y me dijo ‘¡Ya me voy, pa!’ Esa fue su despedida”, cuenta César Hernández. En la puerta, su mamá le recordó que se amarrara bien las agujetas, llevaba un suéter de colores. “Ya nos subimos al Metro”, le escribió ella en un mensaje de WhatsApp. No pasó mucho tiempo cuando sonó el teléfono del señor César. “Aranza”, decía la pantalla, pero era el tío de la amiga de su hija: “Tiene que venir al Metro Potrero, hubo un accidente, chocó el Metro”.

Shock, pánico, miedo, angustia… desesperación. Le marcó a su hija, pero no contestó. Con su esposa subieron al auto, aunque no circulaba, y llegaron a la estación. La policía no los dejaba pasar. Vieron a funcionarios del gobierno capitalino y pensaron “esto es algo fuerte”.

Entre el ajetreo escucharon de autoridades que “no hay heridos mortales”, entonces Luz escribió a su hija: “Mami, no te preocupes, estamos aquí. Te esperamos”.

Los dejaron bajar al andén, los pasaron a un cuarto y ahí les dijeron que estaban “corroborando la información”, pero con las señas del tatuaje de henna que Yaretzi se hizo un día antes en la mano y el piercing en su nariz se comprobó lo que nunca hubieran querido escuchar.

Minutos después al mismo cuarto entró la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. “Lo siento mucho”, les dijo. En su dolor, el señor César le contestó: “Sé que viene usted como política a hablarme en términos de su responsabilidad política”. Ella reviró: “No señor. Esto no es político, vengo como un ser humano ante usted”. Él le preguntó si tiene hijos, a lo que ella asintió.

“Entonces, entenderá lo que puede representar perder un hijo de esta forma. Aquí hay responsabilidades y tiene que haber justicia”. La aspirante presidencial le respondió: “No se preocupe, la habrá. Nosotros estamos hasta el final con ustedes”. Él insistió: “¿No ve que todo esto se cae a pedazos?”, pero la morenista ya no contestó.

Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2414 de la edición impresa de Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

 

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