Qatar 2022

Marruecos reclama: "Ya deben tenernos respeto"

Sobre el fenómeno marroquí, especialistas explican que parte del éxito pasa por los pies de sus futbolistas que decidieron jugar para su selección, pese a haber nacido en otro país –un tema aún espinoso en México, por ejemplo–, estatus criticado en el pasado cuando ocurren malos resultados.
miércoles, 14 de diciembre de 2022 · 10:46

El día y la noche se hicieron en un instante cuando el martes 6 Marruecos echó sorpresivamente a España de Qatar 2022. Desde entonces, el nombre de esa selección africana le dio la vuelta al mundo… Pero ¿cómo se ha gestado esta historia de triunfo? Sobre el fenómeno marroquí, especialistas explican que parte del éxito pasa por los pies de sus futbolistas que decidieron jugar para su selección, pese a haber nacido en otro país –un tema aún espinoso en México, por ejemplo–, estatus criticado en el pasado cuando ocurren malos resultados. Así, mientras Marruecos se reconcilia con sus jugadores de doble nacionalidad, España se divorcia del balompié que lo ha marginado.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–A los jugadores de la selección de futbol de Marruecos les caló hasta las entrañas que el diario catalán La Vanguardia publicara que España se mediría en los octavos de final del Mundial de Qatar 2022 “al equipo de la ONU”, donde 14 de los 26 jugadores del plantel son “extranjeros”, nacidos en seis países.

“Esto enojó bastante a los jugadores; entonces tenían doble motivación para ganarle a España. Ese menosprecio a los jugadores de Marruecos hizo que doblaran su fuerza. ¿Qué representa este triunfo? Es la locura porque hacer historia y hacerla ganándole a España es con muchísimo más gusto”, dice Amine El Amri, reportero que está cubriendo la Copa de Mundo para el diario marroquí Le Matin.

A estas alturas de Qatar 2022 ya es bien sabido que 16% de los jugadores de las 32 selecciones participantes (137 de 832 futbolistas totales) no representa al país donde nacieron. Marruecos es justamente la nación que ejemplifica cómo las migraciones han generado equipos nacionales multiculturales porque esos 14 jugadores nacieron –y prácticamente todos crecieron– en Canadá, Países Bajos, Bélgica, España, Italia y Francia.

Sin embargo, Amine El Amri explica que esto no es nuevo, pues desde finales de los ochenta se volvió una constante convocar a la selección a los marroquíes nacidos en el extranjero, situación que ha sido cuestionada cuando el equipo no ha cosechado buenos resultados. Entonces se levantan las voces de quienes dicen que los jugadores no tienen amor por Marruecos ni representan al país.

“Ha habido ese falso debate sobre su marroquinidad, pero es de gente con mala leche que supone que los resultados eran porque no querían pelear por la selección. Nunca ha habido un jugador que viniera y no lo hiciera bien, siempre han dado más de 100 y no se puede decir que uno es más marroquí que otro. Ese falso debate explota cuando los resultados no están, la gente busca un culpable y hablan porque no están en Marruecos; aprovechan que esos jugadores tienen sus vidas en el extranjero para echarles la culpa del mal resultado.”

En 2004 Marruecos llegó hasta la final de la Copa Africana de Naciones y el equipo tenía seis jugadores nacidos y crecidos en el extranjero. Pese a que perdieron 2-1 ante Túnez, los marroquíes celebraron el éxito deportivo y coreaban los nombres de esos futbolistas.

“Estamos en el cruce de muchas civilizaciones: en el norte de África, a 14 kilómetros de Europa, tenemos raíces árabes. Ser marroquí es más que un sentimiento, y cuando ves a un jugador de primer nivel que está en el Chelsea o ves a (Achraf) Hakimi en el Real Madrid, en el Borussia o en el PSG, es un orgullo. El orgullo y la identidad de esos jugadores es 1 millón de veces más importante que las dudas que alguien podría tener”, insiste el periodista.

Los idiomas oficiales de Marruecos son el árabe y el amazigh, que es la lengua que hablaban los antiguos marroquíes antes de que en el siglo VIII los árabes llegaran a esa región africana. Prácticamente todos los marroquíes hablan y entienden francés. El español también está muy extendido en el norte y el sur. Aunque los seleccionados nacidos fuera de Marruecos hablan mucho más el idioma del país donde nacieron y crecieron, “todos están haciendo el esfuerzo para hablar la misma lengua; por supuesto, la mejor lengua que hablan es el futbol. Todos hacen mucho esfuerzo por aprender, sobre todo el Himno Nacional, que es en árabe”.

El propio director técnico de la Selección de Marruecos encarna el sentimiento de representar la camiseta del país que se lleva en el corazón. Walid Regragui es un marroquí nacido en París que, como futbolista, jugó en España, Francia y Marruecos; es un exseleccionado nacional del país donde nacieron sus padres. Ha defendido a ultranza a sus jugadores porque en Qatar 2022 han sudado la camiseta como pocos. Marruecos es, junto con Países Bajos e Inglaterra, una de las tres selecciones que siguen invictas en la Copa del Mundo.

Regragui tiene en sus filas a seis futbolistas que juegan en Francia, cuatro en España, tres en Inglaterra, tres en Italia, tres en Marruecos, dos en Bélgica, dos en Alemania, dos en Arabia, uno en la liga de Qatar y otro más en la liga de Turquía. Es la materia prima que tuvo al alcance cuando en agosto de este año tomó las riendas de la Selección de Marruecos, luego de que el serbio Vahid Halilhodzic fue destituido por dos razones: un pleito con el delantero estrella Hakim Ziyech y la derrota frente a Egipto en los cuartos de final de la Copa Africana de Naciones 2022.

“El entrenador ha jugado un papel clave, es lo que le faltaba a esa generación de jugadores para lograr el éxito. Su capacidad de construir esto en tres meses, un equipo sin segregación con jugadores binacionales por el lugar donde nacieron: Casablanca, Madrid, París, pero todos son marroquíes. Esa capacidad de mantener la unidad en el equipo es del entrenador y nadie lo puede negar.

“También hay que ser sinceros, obtuvieron el conocimiento y el profesionalismo en el futbol europeo; vienen con una experiencia de un futbol que es mucho mejor a que si sólo jugaran en Marruecos, eso es un plus”, asegura Badine El Yattioui, doctor en ciencia política y maestro en historia y en relaciones internacionales.

México en el futbol marroquí

Badine El Yattioui habla desde su casa en Tánger, el puerto marroquí en el estrecho de Gibraltar donde ahora reside. Desde su ventana se ve el sur de España, país que tiene a 45 minutos de distancia. Cuenta que los marroquíes siempre han amado el futbol y que de unos 20 años a la fecha es muy común ver a las mujeres en los estadios y cafés al lado de sus parejas disfrutando de los partidos.

Antes de que en Qatar 2022 la selección se impusiera en penales a España, para avanzar a los cuartos de final, el único éxito por el cual se suspiraba en ese país fue cuando en el Mundial de México 86 calificaron a los octavos de final.

Marruecos sorprendió porque su grupo estaba integrado por Inglaterra, Polonia y Portugal. A esta última selección la vencieron 3-1 y terminaron como líderes. En la segunda ronda presionaron a Alemania hasta el final, pero perdieron por un gol de Lothar Matthäus en el minuto 88.

“El 86 es algo muy importante. Es interesante la relación entre Marruecos y México porque históricamente en la mente de los marroquíes para ellos México representa el Mundial de 86, donde se avanzó de la fase de grupos, y también el de 1970, porque Marruecos fue el primer país africano en participar en una Copa del Mundo. En el inconsciente marroquí México está relacionado con los mundiales de futbol”, explica el doctor El Yattioui, quien durante cinco años fue profesor en la Universidad de Las Américas, campus Puebla.

Los marroquíes conservan fresco el recuerdo de que en el primer partido de Marruecos en el Mundial de México 70 fue la primera vez que escucharon durante una transmisión en vivo la letra de su Himno Nacional, que fue escrita por el poeta Ali Skalli Lahssaini en 1969, a petición del rey Hassan II.

Qatar 2022 es un sueño para los Leones del Atlas, como se le conoce a la Selección de Marruecos, nombre que toman de la cordillera más importante en su territorio. Después de no clasificarse a cuatro copas mundiales consecutivas (2002, 2006, 2010 y 2014), llegaron a Rusia 2018 y rumbo a este Mundial fueron una selección sólida que en la eliminatoria de su continente finalizó en el primer lugar del grupo. Luego derrotaron a la República Democrática del Congo por 5-2 en el marcador global de los playoffs.

Marruecos clasificó a Qatar pese a que varios de los jugadores principales de 2018 ya no forman parte del equipo, como Medhi Benatia, Karim El Ahmadi, Mbark Boussoufa y Nordin Amrabat.

Sin embargo, Walid Regragui tiene un equipo fuerte con jugadores como Hakim Ziyech del Chelsea, Romain Saïss del Besiktas de Turquía, Achraf Hakimi del París Saint-Germain y el portero Yassine Bounou del Sevilla. Todos ellos estuvieron en Rusia 2018. “Vamos a Qatar sin presión, pero nuestro objetivo es claro: clasificarnos para la segunda ronda”, declaró Saïss antes del inicio del Mundial.

Héroes de cancha

El nombre de Yassine Bounou, conocido coloquialmente como Bono, le ha dado la vuelta al mundo. Después de que el primer cobrador de España en los tiros de penalti, Pablo Sarabia, estrelló el balón en el poste, Bounou atajó los disparos de Carlos Soler y Sergio Busquets con ese 1.95 de estatura, unos aleteos formidables y movimientos laterales sobre la línea de meta.

El arquero que, dicho sea de paso, no pudo jugar ante Bélgica en la fase de grupos porque se sintió mal antes de la ceremonia de los himnos, se vistió de héroe y ajustició a la selección del país donde se ha desarrollado como futbolista profesional. El portero suplente Munir Al-Wehda lo sustituyó cuando los mareos lo sacaron del campo. Munir nació en Melilla, España, y ahora juega en la Liga de Arabia Saudita.

Bono nació en Montreal, Canadá, pero siendo un niñito su familia volvió a la ciudad de Casablanca, en cuyo club de futbol comenzó jugando en las fuerzas básicas. Jamás dudó de que vestiría la camiseta de Marruecos y lo hizo desde las selecciones Sub-20 y Sub-23.

“Mi padre era profesor universitario. Impartía clases de física y por eso mi familia vivió en Canadá ocho años. Pero cuando yo cumplí tres, volvimos a Marruecos porque mi madre nunca se adaptó. Toda mi vida consistía en jugar al futbol en la calle. Aprendí en la cuesta de un estacionamiento, dibujando la portería en la pared y colocando cubetas de basura. ‘No quiero que dediques tanto tiempo al futbol’, me decía mi padre.

“Vine a España de pequeño varias veces. Estuve con uno de mis tíos trabajando en el mercadillo que se hacía alrededor de La Romareda, en Zaragoza”, dijo Yassine Bounou al diario español El Mundo en una entrevista concedida en 2018.

Achraf Hakimi también está en los cuernos de la luna. Es el cobrador que definió la tanda de penaltis en el Marruecos 0 (3)-España 0 (0). Tuvo la suficiente frialdad en la sangre para tirarlo “a lo Panenka”, justo al centro de la portería, y lo festejó con el mismo baile que su excompañero en el Real Madrid y ahora compañero en el PSG, Sergio Ramos, realiza cuando marca un gol. Fue un guiño a su amigo que quedó fuera de la selección de Luis Enrique, quien tras el desastre fue cesado como director técnico de la Roja.

Hakimi ha demostrado ser un jugador de clase mundial. Nacido en un famoso hospital público de Getafe, este jugador de padres marroquíes pasó por el Real Madrid, luego brilló en el Borussia Dortmund y en el Inter de Milán antes de fichar por el PSG. Nunca pensó dos veces si tenía que vestir o no la camiseta de la Selección de Marruecos. Como él mismo lo ha dicho: en casa mamó la cultura marroquí y cuando siendo un juvenil fue invitado a un entrenamiento con la selección de España se sintió ajeno.

Tras marcar el gol con el que España volvió a casa, Hakimi corrió a las gradas a recibir un beso y el abrazo de su madre, la mujer que limpió casas para ayudar a su padre a completar los ingresos familiares que no alcanzaban como vendedor ambulante en las calles de un país que les dio esperanza.

“Somos primeros de grupo, yo creo que ya nos merecemos un poco de respeto. Hemos hecho un gran trabajo y España también sabe que nosotros estamos haciendo un gran trabajo y nos deben tener un poco de miedo. ¿Por qué no dar la sorpresa otra vez?”, declaró Achraf Hakimi al diario Marca antes del partido del 6 de diciembre en el que se dio el resultado histórico.

–¿Cuál es la importancia del triunfo de Marruecos ante España? –se le pregunta a Badine El Yattioui.

–Marruecos no sólo fue protectorado francés, la parte norte de Marruecos fue colonizada por los españoles, así que la relación con España es compleja históricamente y a nivel futbolístico también ha sido complicada porque en Rusia 2018 Marruecos estuvo en la fase de grupos con España y tuvieron un empate a dos, pero Marruecos consideró que le habían robado la victoria por varias decisiones de los árbitros.

“Tenemos muchos jugadores marroquíes que juegan en España y también ahí estuvo el entrenador. La relación es directa y a los marroquíes de cualquier generación la liga que más les gusta es la española. Ganar contra un país tan cerca a nivel geográfico tan cerca a nivel futbolístico es algo increíble para todos los marroquíes.

“Todo el mundo lo quería, pero se veía muy difícil. La mentalidad del entrenador fue ayudar a que los marroquíes sólo iban al Mundial a ver qué pasa, no a ganar. Regragui es francés, pero habla árabe, inglés y español. Él representa perfectamente toda esa multiculturalidad y por primera vez encontró cómo obtener resultados con gente tan distinta.

“La primera comunidad extranjera en España hoy en día es la marroquí, con un millón 200 mil personas de doble nacionalidad. En Italia hay cerca de 1 millón, igual que en Francia, Bélgica y Países Bajos. Es una migración por razones económicas, es gente que se fue a trabajar. Lo interesante es que los hijos y los nietos de esos migrantes se sienten marroquíes, y quienes han tenido más éxito buscan regresar al país, es un fenómeno interesante”. (Con información de Karla Cabral) 

Reportaje publicado en la edición 2406 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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