Si bien no es un reflejo exacto de la historia –pues no ha querido ser investigada o dada a conocer por ningún gobierno–, la segunda temporada de esta serie, que ya arranca por streaming, busca crear conciencia del uso del narcotráfico como instrumento político en México, y del control de la sociedad por la fuerza. Tanto para su director Gabriel Ripstein como para los actores Daniel Giménez Cacho (inspirado en Fernando Gutiérrez Barrios) y Antonio de la Vega (como Luis Echeverría), y las actrices Karina Gidi y Paulina Dávila, acercar a la sociedad a la verdad, tras una cultura de la violencia de varias décadas, es el único camino para transformar nuestro país.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Desde la mirada del oscuro y temido personaje Fernando Barrientos –inspirado en el militar y político priista veracruzano Fernando Gutiérrez Barrios (1927-2000)–, el cineasta Gabriel Ripstein recorre el sexenio de Luis Echeverría, “el presidente de la Guerra Sucia”, en la segunda temporada de Un extraño enemigo.

Este es el thriller de producciones Amazon Originals protagonizado por Daniel Giménez Cacho (oriundo de Madrid, España, 1961) y puede verse ya en la plataforma Prime Video. Son seis episodios en los que sobresalen el espionaje, la tortura, la desaparición y las ejecuciones de 1970 a 1976. Aquí aparece la rivalidad de Fernando Barrientos (Giménez Cacho) con el titular del Ejército mexicano, el general Amaya (el actor Erando González).

En la serie se recrea el llamado “Halconazo” del Jueves de Corpus, cuando el grupo paramilitar Los Halcones reprimió la manifestación estudiantil el 10 de junio de 1971 en la Ciudad de México; asimismo, la guerrilla a cargo de la Liga Comunista 23 de Septiembre, así como las encabezadas por Genaro Vázquez y Lucio Cabañas. Y se hace alusión a la primera crisis económica de México.

En la trama sobresale el suspenso. Mario Moya Palencia, quien fue secretario de Gobernación, es recreado al igual que los entonces gobernadores de Guerrero, Nuevo León y Chihuahua; también los empresarios regiomontanos Eugenio Garza Sada y Eugenio Garza Lagüera, además de Fidel Velázquez, eterno líder de la Confederación de Trabajadores de México. Hay otros personajes, como Winston Scott, de la CIA, y el narco cubano Alberto Sicilia Falcón.

Se vale especular

Hijo del cineasta Arturo Ripstein (DF, 1944), el creador y director del proyecto Gabriel Ripstein (DF, 1972) enfatiza en entrevista por Zoom que “extraños enemigos hay muchos”, como lo muestra Un extraño enemigo, título de un verso del Himno Nacional Mexicano escrito por el poeta potosino Francisco González Bocanegra: el poder, la política, la ambición, la traición, en fin (https://press.amazonstudios.com/mx/el/original-series/un-extrano-enemigo/1).

Manifiesta que conectar la ficción con hechos reales no fue nada fácil:

“Se toman ciertas licencias, las fechas de repente no son tan exactas, ahí hay brincos y síntesis. Fernando Barrientos es una amalgama de otras personas de la época. No es un documental que está diciendo la verdad histórica, ¡para nada!, se señala la historia oficial y echamos a andar la teoría especulativa de qué habrá pasado a puerta cerrada, qué habrán platicado esos políticos en importantes y fuertes momentos. Eso fue lo más complejo dentro del trabajo de la escritura, pero hay una investigación ardua. Identificar esos personajes y sucesos para darles sentido dramático, fue todo un reto.”

También actúan Antonio de la Vega, como Luis Echeverría; Krystian Ferrer personifica a un policía; Karina Gidi interpreta a Esperanza, la esposa de Fernando Barrientos; Erwin Veytia hace al exmandatario José López Portillo, y Tomihuatzi­ Xelhuantzi es Arturo El Negro Durazo, jefe del Departamento de Policía y Tránsito (hoy Secretaría de Seguridad Ciudadana) del Distrito Federal (ahora Ciudad de México) y narcotraficante.

La colombiana Paulina Dávila  (Medellín, 1988) es la exnuera de Echeverría, Rosa Luz Alegría, primera mexicana en ocupar una secretaría de Estado. Parte del elenco lo conforman Fernando Bonilla y Andrés Delgado, entre otros.

Cabe recordar que la primera temporada de Un extraño enemigo (Proceso 2188), estrenada en octubre del 2018, se enfocó en las circunstancias bajo las cuales se gestaron los sucesos del 2 de octubre de 1968.

En contexto histórico

Para Un extraño enemigo 2, Fernando Barrientos sufre la pérdida de su hijo y trata de desempeñarse como subsecretario de Gobernación. Pero el presidente Echeverría no tiene paciencia y aprovecha los remanentes del descontento estudiantil para dar un nuevo golpe y acabar con sus enemigos políticos.

El sexenio avanza y Barrientos parece manejar su dolor y consolidar su posición en el gabinete. Sin embargo, una repentina traición lo hará cuestionar su lugar en el sistema. Mientras tanto, como resultado de la represión estatal, surge la Liga Comunista 23 de Septiembre, y Barrientos aprovecha la oportunidad para manipular esta amenaza guerrillera a su favor. La violencia se escapa de control y Echeverría designa al Ejército la responsabilidad del combate antiguerrilla. Será el general Federico Amaya, un viejo y poderoso enemigo de Barrientos, quien liderará el esfuerzo militar. Entonces Barrientos parece haberlo perdido todo, hasta que gracias a su relación con la CIA entiende que la nueva vía para mantener el poder es controlando el narco-Estado.

Lucio Cabañas y sus guerrilleros causan revuelo en Guerrero, poniendo en peligro los planes de Barrientos; pero cuando Amaya descubre las intenciones de éste, hará todo por arrebatarle el negocio desa­tando una batalla cuyo desenlace sorprenderá a ambos.

Se acerca el fin del sexenio en medio de la amenaza de una crisis económica histórica. La carrera por la sucesión presidencial comienza y Barrientos parece estar en el bando correcto. Mas la agenda de Echeverría anula cualquier posibilidad para él. Y será entonces que Barrientos hará lo que sea para acabar con los planes de Echeverría y convertirse en la pieza clave del submundo político y criminal del país.

Romance narco-Estado

Giménez Cacho expresa en una charla física con este medio que la serie muestra “una cultura que se forjó en la nación durante 70 años de gobernar, concentrar el poder, apoyarse en el Ejército, reprimir, torturar y asesinar adversarios. Entonces, para salir de eso, es una buena forma poseer conciencia del pasado para no repetirlo”.

Protagonista de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022), de Alejandro G. Iñárritu, filme seleccionado para representar a México en la 95 edición de los premios Óscar, abunda:

“Aquí hay una cosa interesante, de la cual creo que se ha hablado poco: el inicio del romance entre los narcotraficantes y el Estado mexicano, y la CIA como un tercer jugador. De ahí venimos. Y en la serie se ve por qué y cómo la actividad del narcotráfico es usada como instrumento político. Es decir, si estás conmigo, puedes desarrollar tu negocio de drogas, y si vas a estar en mi contra, te cae la DEA.

“Esta idea de que el Ejército es incorruptible yo nunca la creí porque conozco mi país; pero quien no la conozca, en esta propuesta podrá ver cómo empieza este romance entre el Ejército y las actividades ilícitas con el aparato político encima, supervisando que todo fluya correctamente”.

En tanto, Antonio de la Vega (Echeverría en la ficción) estima:

“Aunque en los años setenta era mucho más la represión y la censura, y ahora tenemos incluso la oportunidad de contar una historia como ésta, sigue habiendo ciertos controles, por lo cual es muy importante que no sólo la sociedad civil se vea reflejada aquí para hacer un cambio, también hay una clase política que debe verse reflejada y efectuar un examen de conciencia acerca de lo que se tiene que transformar en nuestro país.”

Se les comenta que en Un extraño enemigo 2 se ve a un violento Ejército mexicano, y que ahora se debate su salida a las calles para ser parte de la seguridad pública. Giménez Cacho externa que “ya estamos en otro 2 de octubre”, de cuya masacre no se ha podido establecer una verdad:

“Existen muchas informaciones, pero ningún gobierno se ha preocupado de decir exactamente qué pasó. Han existido comisiones y no han funcionado. Uno de los responsables, Luis Echeverría, ya murió y nunca rindió cuentas. Entonces hay un pacto de impunidad que se mantiene a través de los sexenios, en este también.

“Es muy lindo que nosotros como ciudadanos, ya que no hay una verdad jurídica ni una verdad establecida por las instituciones, por lo menos vamos a aportar nuestra colaboración de dar a conocer esa historia y a difundirla con la información que hay, y seamos parte de una reflexión muy necesaria para tener otro México.”

Dice que su personaje, Fernando Barrientos, lo ayudó a comprender “el poder que se ejerce tras el poder, que es mucho más fuerte”. Y prosigue:

“Estamos acostumbrados a ver una imagen pública de un presidente y pensamos como ciudadanos que ahí está el poder, y no, el poder está escondido, opera en las sombras.”

Karina Gidi (Xalapa, Veracruz, 1971) destaca que “el asunto finalmente es tratar de no soltar el poder jamás, aunque se haya perdido a un hijo”. Y comenta cómo para Paulina Dávila tantos encorbatados estaban empujando a la mujer para que no tomara una posición de poder, pero igual se lo estaban arrebatando entre ellos. ¡Era una carnicería la que estaban viviendo!”.

En torno al papel del Ejército en este relato ficticio, Gidi enfatiza que el personaje representativo de las fuerzas armadas, el general Amaya, es “absolutamente siniestro”, y “echarse un maratón de Un extraño enemigo puede ayudar al deseo de frenar esa intención”. Al instante subraya:

“Al ver esa clase de thrillers, que además contienen su buena dosis de información, hay una alerta de recordatorio de cómo cercanamente pudieron haber sido las cosas y de cómo ya no deben ser jamás.”

Enseguida interviene Paulina Dávila:

“Es muy importante el personaje de Rosa Luz Alegría. Ella no deseaba ser sólo una nuera de Echeverría [se casó con el hijo de éste, Luis Vicente Echeverría Zuno]. Ella es una mujer preparada, es física, escritora, una académica que siempre ha estado en medio del poder. Pone su vida en juego para ser como pionera en el mundo...”

Durante sus estudios universitarios en la UNAM, Alegría (quien tiene 77 años) participó en el movimiento estudiantil de 1968 como parte del Consejo Nacional de Huelga, y con López Portillo fue secretaria de Turismo entre 1980 y 1982, “y eso para mí es importante destacar”.

El joven actor Krystian Ferrer (DF, 1995) se une a la conversación:

“Como bien dice Karina, en la trama hay dejos de la historia de México que dan una idea del panorama, y además es muy atractiva la serie. Es muy diferente el entretenimiento a algo [como Un extraño enemigo] que puede ser atractivo y profundo.”

Paulina Dávila complementa:

“Es importante también que generaciones más jóvenes conozcan la historia con este lenguaje, el audiovisual, con el cual hoy nos comunicamos. Informados es la única forma de no repetir los errores del pasado, no sólo de México, sino de Latinoamérica… y del resto del mundo”.

Esta segunda etapa de Un extraño enemigo es producida por Televisa y Filmadora. Gabriel Ripstein, quien filmó la película 600 millas y las series Narcos y Aquí en la tierra, arguye que la intención de la serie, “en términos de aportar”, es que “el público se enganche aunque no conozca la historia de México”.

Ante la posibilidad de llegar a 240 países con Prime Video, el director espera que este thriller político funcione y despierte curiosidad para dirigirse a Google y buscar más de los hechos reales. Exclama:

“Si despierta curiosidad e interés de profundizar, ¡ya gané!” 

Reportaje publicado el 2 de octubre en la edición 2396 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.