The Cartel Project
Drogas sintéticas: la receta exitosa de los 'cocineros' mexicanos en Europa
La presencia de mexicanos en laboratorios clandestinos de drogas en Europa se ha hecho cada vez más extensiva pues, aseguran, tienen fama de ser "los mejores cocineros".El 10 de mayo de 2019, durante un control de rutina en puerto de Moerdjik, una ciudad de 36 mil habitantes ubicada en las afueras del puerto internacional de Róterdam, la policía holandesa tuvo una sorpresa mayúscula: al interior de un barco de 85 metros de largo, llamado Arsianco, encontraron un laboratorio clandestino equipado para fabricar cientos de kilos de metanfetaminas.
Aparte de los 300 litros de aceite de metanfetamina que encontraron en el laboratorio flotante, los uniformados detuvieron al capitán -un hombre de 65 años- y a tres mexicanos de entre 23 y 37 años: los hermanos Iván y Víctor Villarreal Jiménez, de Durango, y Candelario Valenzuela León, de Sinaloa, quienes fueron condenados a cuatro años de cárcel en marzo de 2020 por “complicidad en la posesión y producción de metanfetaminas en cristales”.
De hecho, los agentes no pudieron continuar su indagación en el laboratorio, pues al poco tiempo de ingresar en el barco, un policía activó una bomba sin querer, lo que hundió la embarcación.
Si bien consideró que los tres mexicanos no eran los “grandes jefes” del laboratorio, el juez determinó que viajaron a Países Bajos en octubre de 2018, construyeron el laboratorio en el barco --documentaron toda la etapa de la instalación en sus teléfonos-- y, durante 10 semanas, produjeron la droga sintética “porque en México existe un saber-hacer específico para procesar metanfetaminas”.
En sus perfiles de redes sociales, se puede ver que los mexicanos detenidos en el “barcolabo” --así le llamó la prensa local-- tienen vínculos en México con personas que posan en fotografías con armas largas o con pistolas con chapas de oro y diamantes, pero también de avionetas o de tigres.
La presencia de químicos mexicanos en un laboratorio clandestino en una pequeña ciudad de Holanda no es un caso aislado: todavía el pasado 30 de noviembre, dos connacionales fueron detenidos en un laboratorio ubicado en la localidad de Westdorpe, un pueblo de 2 mil habitantes en el sur de Países Bajos, cerca de la frontera con Bélgica.
La lista es larga: el 26 de febrero de 2019 la policía encontró un laboratorio cargado de metanfetaminas --por un valor de 80 millones de euros-- en Wateringen (Países Bajos), con tres mexicanos.
Uno de ellos, proveniente de Sinaloa, aseveró que trabajó en el laboratorio bajo amenazas y que es víctima de tráfico de personas; la justicia descartó ese argumento --los mexicanos usaban celulares encriptados-- y emitió condenas de seis años de cárcel contra los connacionales.
Una investigación del Proyecto Cártel, una investigación global a la que participaron 60 periodistas de 25 medios en 18 países --entre ellos Proceso-- y coordinada por Forbidden Stories, muestra que desde 2019, las autoridades de Países Bajos y Bélgica desmantelaron 48 laboratorios clandestinos dedicados a la producción de metanfetaminas y otras drogas sintéticas, y que en algunos de estos operativos, encontraron entre los químicos presentes a “cocineros” mexicanos.
Los químicos mexicanos tienen conocimientos muy valiosos para los grupos criminales europeos: además del método tradicional de producción de metanfetamina, que usa efedrina y seudoefedrina –productos muy vigilados a nivel internacional--, los mexicanos saben fabricar esta droga con productos químicos no prohibidos ni regulados, en un método conocido como P-2-P.
Aparte, su producto tiene altos niveles de potencia y de pureza, “como la que fabrica Walter White en la serie Breaking Bad”, señala Laurent Laniel, analista en el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías.
Hasta la fecha, 19 connacionales han sido arrestados; todos han guardado silencio, negado las acusaciones o declarado que desconocían que producían drogas. Un alto funcionario de la Cancillería mexicana no cree en estos argumentos.
“Cocinar metanfetaminas y varias drogas sintéticas no es fácil; necesitas un grado de especialización, porque las sustancias que manejan son muy tóxicas y pueden causar hasta la muerte. Entonces esto de que ‘a mí me secuestraron y me obligan a cocinar’ es mentira, o es mentira en gran parte, porque incluso si los hubieran secuestrado, el proceso de enseñanza para fabricar metanfetamina no se da en 10 minutos”, dice.
De los 19 connacionales arrestados, 13 fueron detenidos en Países Bajos, señala Andy Kraag, el titular de la División Nacional de Investigación Criminal de ese país, quien encabezó las indagaciones para entender la razón detrás de la llegada de tantos mexicanos en los círculos de producción de metanfetaminas.
En entrevista, dice que los “cocineros” son reclutados a través de “brokers” que trabajan con organizaciones holandesas; llegan en general a España y viajan a Europa con visas de turistas.
Laniel, por su parte, explica que las organizaciones europeas son estructuras “muy estructuradas y poderosas” que cuentan con el material y la infraestructura de abastecimiento de precursores químicos de China o la India; por ello, reclutan a los cocineros mexicanos como “freelance”.
Hasta el momento, las organizaciones criminales mexicanas participan de manera muy marginal –pero creciente-- en el mercado europeo de las drogas sintéticas; dicha participación se limita a menudo a la venta de drogas por Internet, que son enviados por servicios de paquetería.
Algunos intentan operaciones más riesgosas: en marzo pasado, por ejemplo, las autoridades españolas decomisaron en el puerto de Valencia un cargamento de 752 kilos de metanfetaminas pura proveniente de México, escondido en enormes bloques de mármol de 25 toneladas.
En su informe 2020, la Organización de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (ONUDC) advirtió que “existen señales según las cuales la manufactura de metanfetamina en Países Bajos y Bélgica, en parte con la ayuda de especialistas mexicanos, se basa de manera creciente en el uso de precursores químicos no regulados”.
En entrevistas separadas, altos funcionarios de la DEA y de Europol sostienen que el volumen de metanfetamina fabricada en Países Bajos y Bélgica rebasa por mucho la cantidad de esta droga que se consume en el Viejo Continente.
Por ello, las agencias policiacas estiman que la mayor parte de la producción está destinada a los mercados de Asia y de Oceanía --un gramo de metanfetamina cuesta hasta 500 dólares en Japón o en Australia--, y que los grupos criminales están instalados ahí por sus las ventajas logísticas que ofrecen los grandes puertos holandeses y belgas.
Apenas el pasado 29 de mayo, circuló un memorando interno en Europol, la asociación de policías europeas, el cual planteó que “presuntos mexicanos están involucrados en la distribución y la fabricación de metanfetamina en la Unión Europea, probablemente en colaboración con organizaciones del crimen organizado de Países Bajos y Bélgica”.
“Resulta a menudo poco claro si estos sospechosos están vinculados con organizaciones del crimen organizado en México o si operan de manera independiente para las organizaciones criminales basadas en Europa”, apuntó el memorando.
“Hemos detenido a mexicanos en laboratorios de metanfetaminas de Países Bajos, pero no podemos probar su vínculo con carteles. No obstante, de la DEA hemos sabido que miembros prominentes de carteles han viajado a Países Bajos. No sabemos por qué, pero es evidente que vinieron por negocios”, dice Jari Liukku, director de Delitos Graves y Crimen Organizado en la Europol.
El hombre señala en entrevista que “desde finales de los 90, los mexicanos han estado en algunas zonas y han estado involucrados en ciertos tipos de delitos, principalmente tráfico de drogas. Pero podemos decir con seguridad que, en los últimos tres o cuatro años, su presencia ha sido más visible en Europa”.
Un experimentado agente de la DEA, quien estuvo adscrito a oficinas de la agencia en Europa, resalta que “la presencia de los cárteles mexicanos en Europa es real, y es mayor que nunca, mayor a la de cualquier organización criminal de América Latina”.
El pasado 2 de julio, diversas policías europeas realizaron uno de los mayores operativos de su historia reciente, que desembocó en la detención de más de 800 personas, la destrucción de 19 laboratorios y el decomiso ocho toneladas de cocaína, una tonelada y media de metanfetaminas, 20 millones de euros en efectivo, una docena de rifles y 25 carros.
El operativo resultó posible gracias a una falla en el servicio de EncroChat, una empresa que provee celulares anónimos y comunican de manera encriptada, que utilizaban cientos de miembros de redes criminales en Europa para comunicarse entre sí.
Cada teléfono era vendido por mil euros --cerca de 24 mil pesos-- y funcionaba con un plan semestral de mil 500 euros, que aseguraba el anonimato y una asistencia técnica las 24 horas del día, 7 días a la semana, hasta el cierre del servicio, en junio pasado.
Uno de los miles de documentos internos de agencias estadunidenses publicados en la filtración llamada BlueLeaks sugiere que integrantes del Cártel de Sinaloa utilizaban EncroChat.
De acuerdo con ese documento --un reporte de inteligencia elaborado en febrero de 2020 por el FBI--, “hasta octubre de 2019 los líderes destacados del Cartel de Sinaloa utilizaban una plataforma de comunicación encriptada altamente sofisticado, Encrochat, para comunicarse y facilitar sus actividades criminales”.
El documento, reportado por Vice en julio pasado, indicó que otro grupo mexicano “vinculado” con el Cartel de Sinaloa “estaba adquiriendo sus teléfonos de EncroChat a través de contactos en Europa para comunicarse con los integrantes del grupo y un socio en Canada (...) este grupo fue responsable de traficar precursores químicos y fentanilo de China y la India hacia Estados Unidos”.
“A veces, sabemos por EncroChat que hay mexicanos involucrados”, señala Andy Kraag, el jefe de los servicios de inteligencia holandeses; según él, las redes criminales que usan a los “cocineros” mexicanos siguen activas, ya que muchos de sus integrantes nunca se comunicaron por la plataforma de telefonía.
Aparte, una fuente en Europol comentó a un periodista de Forbidden Stories que, si bien un centenar de mexicanos aparecen entre los millones de mensajes interceptados, EncroChat no era muy popular en los grupos criminales mexicanos, los cuales utilizan otros servicios de comunicación segura.
Proveedoras
Aparte de China y la India, el Viejo Continente también ha sido una plataforma de envío de productos químicos a los grupos criminales mexicanos. Entre 2006 y 2008, tres empresas farmacéuticas de Bélgica --llamadas Sterop, Sterop Overseas y Andacon-- vendieron grandes cantidades de efedrina a Ezio Figueroa Vázquez, un hombre señalado por el gobierno de Estados Unidos como integrante del Cartel de Sinaloa, y detenido en México en 2011.
En 2018, tras un juicio de nueve años, la justicia belga exoneró a los ejecutivos de las empresas y el mexicano, alegando que no contaba con evidencias suficientes para determinar una condena; la policía belga nunca investigó una información proveniente de la oficina de la DEA basada en Newark, en el estado de Delaware --una de las jurisdicciones más opacas del planeta-- según la cual Figueroa Vázuqez estaba detrás de una red de sociedades de papel que iban a recibir los cargamentos de efedrina.
Su hijo, Hassein Eduardo Figueroa Gómez, estaría en Dubái, donde se dedicaría a conseguir y traficar toneladas de precursores químicos desde África y Europa hacia México, donde los vendería a los cárteles para producir metanfetaminas, de acuerdo con un informe de C4ADS, reportado por El Universal en junio de 2018.
Entre la red de sociedades de papel que controla en el globo, el hombre tiene por lo menos una empresa en Panamá, llamada Distribuidora Life, S.A., la cual estuvo incorporada por el despacho Coronell, Law & Asociados, el mismo que creó entidades para Lucía Touzard Romo y Jalal Ahmed Waked Hatum, dos presuntos lavadores de dinero del Cartel de Sinaloa.
Y no solo esto: apenas el pasado 12 de agosto, las aduanas y la Secretaría de Marina decomisaron un cargamento de 220 kilos de precursores químicos utilizados para fabricar fentanilo, el célebre opiáceo sintético, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM); dicho cargamento había llegado en un vuelo proveniente de España.
El agente de la DEA entrevistado ofrece dos hipótesis sobre este hallazgo: como China y la India están empezando a regular el comercio de precursores, las organizaciones criminales podrían estar desviando la ruta de los precursores a Europa para surtirse; la otra teoría es que esta nueva estrategia esté diseñada para abrirse las puertas del negocio de cocaína en Europa.
Benedikt Strunz (NDR), Anne Michel (Le Monde), Audrey Travière (Forbidden Stories), Kristof Clerix (Knack), Wil Thijssen (de Volkskrant), Amrai Cohen y Philipp Eckstein (NDR) participaron en esta investigación colaborativa.