Venezuela: Ensombrecido por el machismo, el 'país de las reinas de belleza”
CARACAS (Proceso).- .– La intervención “Un violador en tu camino” de las chilenas Las Tesis fue replicada en Venezuela.
“Ser mujer en Venezuela es vivir con el estereotipo de Miss Venezuela”, dice Nohelia Urbina, fundadora del grupo feminista Uquira, uno de los que adaptaron la performance chilena.
Y el mito más difícil de vencer es que en ese país no existe el machismo porque es una sociedad “matriarcal”.
Pero la realidad, y las pocas cifras disponibles, revelan que las venezolanas no están exentas del machismo ni de la violencia.
“Es ‘matrilineal’, las mujeres asumimos la crianza de los hijos, el cuidado de nuestros ancianos, eso nos convierte en reproductoras del sistema patriarcal de dominación”, explica Daniella Inojosa, fundadora de la colectiva feminista En Tinta Violeta.
Urbina coincide: “Venezuela es un país machista y patriarcal. Somos ‘matricentristas’, la madre que toma las riendas del hogar debido a la ausencia de la figura paterna. Pero esas mujeres reproducen el modelo patriarcal”.
Ambas feministas hablaron con Proceso sobre lo que significa ser mujer en Venezuela y concuerdan en que la sociedad y las instituciones siguen un modelo patriarcal de dominación que favorece la discriminación y la violencia contra las mujeres.
“Cuarenta por ciento de los hogares venezolanos está encabezado por una mujer sola, que es la que pone el pan sobre la mesa, además cuida a la familia”, cuenta Inojosa. “Eso significa que está más esclavizada que en otros países, trabaja más. Sí somos unas mujeres valientes, tanto que levantamos los hogares sin ayuda. Pero eso le da más poder a los hombres”, aclara.
En los últimos 20 años Venezuela ha avanzado en legislación. Existe una Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia desde 2008, pero su largo nombre no garantiza en la práctica la protección de las venezolanas.
También fue creado el Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, en 2009. Avances que no se traducen en protección ni equidad en la práctica.
El subregistro de violaciones, abuso sexual, acoso, femicidio y otros tipos de violencia contra la mujer es incalculable en un país en el que el acceso a la información pública es restringido.
Impunidad, retardo procesal y revictimización, prevalecen tras las denuncias.
“Si eres víctima de violación eres víctima del Estado”, dice Urbina.
La lucha feminista en el país petrolero tiene que abrirse paso entre otras luchas derivadas de la emergencia humanitaria compleja.
El aborto no está despenalizado, se castiga con cárcel de hasta 12 años de prisión y tiene penas mayores que el delito de violación, cuya máxima es de 10 años si la víctima es una mujer adulta. Condenas mayores se aplican en casos de menores de edad.
La emergencia humanitaria compleja ocasionó un éxodo en los últimos cincos años. La emigración y la xenofobia en este proceso hace a las venezolanas aún más vulnerables.
Un reporte del diario El País, de España, registró al menos 120 asesinatos de emigrantes venezolanas en los últimos dos años.
En México más una decena de venezolanas han sido asesinadas desde 2017. El narcotráfico ha encontrado en la necesidad de emigrar una fuente de mujeres para sus negocios.