TV Azteca

Tres décadas de TV Azteca

Pudiendo marcar una notable diferencia con los contenidos que ya producía Televisa, TV Azteca terminó mimetizándose con el estilo de entretenimiento y los intereses legislativos y regulatorios de la televisora de San Ángel. Es entonces cuando se conforma el duopolio televisivo, un bloque con más coincidencias que deseos de competir por más mercado y audiencias.
lunes, 31 de julio de 2023 · 00:00

Desde su fundación en 1993, TV Azteca se ha mantenido como la segunda televisora más importante en México, siempre a la saga de Televisa, por momentos superándola en ciertas estrategias, pero dejando a deber a la sociedad por mejores contenidos e información.

Nació en el proceso de privatización del llamado “paquete de medios” durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, incluidas las estaciones e instalaciones de la televisora paraestatal Imevisión. El 2 de agosto de 1993, el entonces Canal 13 toma el nuevo nombre de Televisión Azteca.

A lo largo de 30 años, la televisora de Ricardo Salinas Pliego ha marcado algunas tendencias tecnológicas y ha generado críticas sobre su sesgo político y la relación con sus acreedores.

Al principio, TV Azteca fue innovadora en la producción de contenidos televisivos, desde telenovelas como “Nada personal” de Argos de Epigmenio Ibarra, hasta la reciente introducción de nuevos formatos de entretenimiento como “Master Chef”.

Sin embargo, pudiendo marcar una notable diferencia con los contenidos que ya producía Televisa, TV Azteca terminó mimetizándose con el estilo de entretenimiento y los intereses legislativos y regulatorios de la televisora de San Ángel. Es entonces cuando se conforma el duopolio televisivo, un bloque con más coincidencias que deseos de competir por más mercado y audiencias.

Salinas de Gortari. Privatización / Foto: Eduardo Miranda

El momento de mayor competencia entre Televisa y TV Azteca fue en la década de 1990. Ambas empresas luchaban por ganar espectadores y participación de mercado. Televisa se consolidó como la televisora más grande y con experiencia, pero TV Azteca creció rápidamente. Ambas lanzaron nuevas telenovelas, noticiarios y programas deportivos para atraer televidentes.

La competencia fue feroz en noticiarios, programas con alto grado de agresividad como la primera época de los talk shows y en la transmisión de los partidos de la Selección Mexicana de Futbol. La audiencia realmente se dividió entre las dos empresas.

La competencia informativa entre ambas televisoras coincidió con un descontento social y con cambios en el sistema político mexicano. Lo anterior provocó la salida del emblemático periodista Jacobo Zabludovsky, siempre vinculado al régimen priista, acartonado y desgastado, y la irrupción fresca en TV Azteca de Javier Alatorre, quien desde entonces sigue siendo el principal conductor de noticias de la televisora del Ajusco, un curioso caso de talento informativo estable en tiempos de constante cambio en el consumo de noticias.

La competencia entre Televisa y TV Azteca se estabilizó en la década de 2000. La batalla por el rating ha sido constante entre ambas televisoras. La lucha por conseguir mayor cuota de audiencia ha llevado a nuevos formatos y estrategias para atraer a los televidentes y anunciantes, lo que a su vez ha impactado en la forma como se presentan las noticias.

Un hecho revelador es que después de 2012, TV Azteca dejó de publicar el promedio de rating en su informe financiero anual por un conflicto con Ibope, por una revelación del panel de medición de audiencias. En realidad el rating estaba descendiendo considerablemente, pero la empresa declaró en su informe que “Azteca considera que los reportes de audiencia televisiva generados por Ibope dejaron de cumplir con el principio de representatividad”.

Algunos hitos relevantes son que en el año 2000 Salinas Pliego fundó la cadena Azteca América en español para el mercado hispano de la Unión Americana y para competir contra Univision y Telemundo. Sin embargo, en 2017 fue vendida a HC2 Broadcasting.

TV Azteca fue la primera televisora en México en transmitir en alta definición y logró algo que poco se comentó en su momento pero fue estratégico: el IFT autorizó que la señal de Azteca Trece se sintonizara en el canal 1.1 de la TV digital desde el 25 de octubre de 2016: se convirtió en la primera señal de TV.

Dos acontecimientos marcaron negativamente la reputación de la televisora y su concesionario: la intensa cobertura mediática de cuestionamientos al gobierno tras el asesinato del conductor Paco Stanley el 7 de junio de 1999 y la toma de CNI Canal 40 y la planta transmisora en el Cerro del Chiquihuite por un comando el 27 de diciembre de 2002.

La muerte de Paco Stanley, la conmoción pública que generó y el protagonismo de Salinas Pliego en la pantalla marcaron un momento significativo en la historia de la televisión mexicana y la relación entre TV Azteca y el caso judicial que lo rodeó.

“Hoy le tocó a Paco, mañana le puede tocar a usted o a mí o a cualquiera. La impunidad nos aplasta y ¿dónde está la autoridad?, pregunto yo, preguntamos todos. ¿Dónde está la autoridad?, ¿para qué pagamos impuestos?, ¿para qué tenemos elecciones?, ¿para qué tenemos tres poderes?, ¿para qué tanto gobierno cuando no hay autoridad?”, fueron algunas de las sentencias que profirió Salinas Pliego en vivo el día del crimen.

TV Azteca dedicó una extensa cobertura en sus noticieros y programas de análisis para informar sobre los avances de la investigación. La cobertura fue objeto de críticas y polémica porque influyó en la opinión pública y adelantó juicios de valor sobre la actuación de la autoridad judicial y sus conclusiones del caso. Las acusaciones generaron un debate sobre la responsabilidad en los medios de comunicación y la ética periodística en la cobertura de casos de alto impacto. Desde entonces, TV Azteca ha protagonizado varias coberturas tendenciosas cuando se ven afectados los intereses de la televisora.

Por su parte, el “Chiquihuitazo” (como se le llamó a la toma arbitraria de CNI Canal 40 por un rompimiento contractual entre Javier Moreno Valle -concesionario de Televisora del Valle de México- y Salinas Pliego) provocó una de las declaraciones más irresponsables e indelebles del entonces presidente Vicente Fox en el caso: “¿Yo? ¿Por qué?”: paradigma de la inacción pública ante el poder mediático.

TV Azteca ha diversificado sus contenidos, ha desarrollado talento nuevo y ha adoptado tecnologías de vanguardia en sus producciones, pero no ha hecho la diferencia hacia un contenido más plural, diverso y de calidad que eleve las expectativas de las audiencias.

También ha explotado programas de entretenimiento con enfoques sensacionalistas. A pesar de su cuestionamiento a la ineptitud de las autoridades, ha sido mayor la cercanía de TV Azteca con los gobiernos en turno, lo que genera dudas sobre su capacidad para ofrecer información imparcial y objetiva.

A tres décadas de distancia, TV Azteca ya no sólo compite contra Televisa, también con una tercera cadena de televisión abierta (Imagen Televisión), las plataformas de streaming, de videos gratuitos y las redes sociales por la preferencia audiovisual de audiencias cada vez más distantes del viejo –pero aún vigente– medio televisivo, además de deudas y fuertes diferendos con sus acreedores, como se comentó en Proceso.

Pero como en México la televisión abierta es un medio de comunicación político y eternamente vinculado al poder, TV Azteca y Salinas Pliego, creador de la expresión “gobiernícolas” para cuestionar a los políticos, tendrán una nueva oportunidad de reinventarse y de establecer alianzas novedosas con el poder en la sucesión presidencial que se avecina.

Twitter: @beltmondi

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