pobreza
La pobreza del México urbano
Las poblaciones urbanas que más se empobrecieron durante el período fueron: Magdalena Contreras (de 32.6% a 42.5% de población en pobreza), Álvaro Obregón (de 27.9% a 37.7%), Iztapalapa (de 35% a 43.9%), Iztacalco (de 17.1% a 25.2%) y Xochimilco (de 40.5% a 48.2%).CIUDAD DE MÉXICO (apro).–No ha existido gobierno en México que no haya prometido reducir la pobreza. Algunos lograron avanzar en la dirección correcta, pero otros definitivamente caminaron hacia el escenario contrario. Durante el tiempo reciente, a pesar de las reiteradas intenciones de corregir el severo atraso, las manecillas de la pobreza apuntan principalmente en dirección negativa en los espacios urbanos, donde se supone existen los elementos suficientes para ofrecer a su población condiciones de vida relativamente mejores.
Como mostraremos enseguida, las principales poblaciones urbanas del país –tomando aquí como muestra a los municipios que son capital de los estados (31) y a las alcaldías de la Ciudad de México (16)– en la mayoría de los casos incrementaron su población en situación de pobreza entre los años 2015 y 2020, en ocasiones de manera notable. De este conjunto, son pocos los municipios que mejoraron sus indicadores sociales. Otros tantos permanecieron relativamente estables, combinando pequeñas mejorías o deterioros menores. Pero la tendencia central fue hacia el empobrecimiento: los espacios urbanos más privilegiados del país han evolucionado negativamente durante el periodo reciente, si bien existen notables excepciones.
Las mediciones que el Coneval realiza sobre la pobreza en el país son muy valiosas –en especial su sistema de información municipal– y son los datos oficiales. No hay otros. Su definición de pobreza, aquí retomada, de suyo es dolorosa: “Personas que presentan al menos una carencia social y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias”. Conforme a este criterio, ¿qué ha pasado entre los años 2015 y 2020? Cabe agregar que no están considerados en el presente balance los efectos de la pandemia ni la sacudida económica que la acompañó. Dos años después podemos imaginar que la situación de hoy es peor.
De los 47 espacios urbanos incluidos en este recorrido y tomando como base el año 2015, las poblaciones urbanas que más se empobrecieron durante el período fueron: Magdalena Contreras (de 32.6% a 42.5% de población en pobreza), Álvaro Obregón (de 27.9% a 37.7%), Iztapalapa (de 35% a 43.9%), Iztacalco (de 17.1% a 25.2%) y Xochimilco (de 40.5% a 48.2%). De hecho, todas las alcaldías de la Ciudad de México empobrecieron sus condiciones sociales, incluyendo las boyantes Benito Juárez y Miguel Hidalgo. Para decirlo claramente, el desempeño social de la entidad capital del país fue francamente negativo, contrario a lo esperado, y además con los rangos más graves entre el total nacional. ¿Cuál es la explicación del agudo deterioro, considerando que nominalmente los gobiernos que han administrado a la ciudad esgrimen un prioritario compromiso social?
Fuera de la Ciudad de México los municipios que también empeoraron sus condiciones sociales son Centro (Villahermosa, Tabasco), que pasó de 29% a 35.8% de su población en pobreza. Le sigue Othón P. Blanco (Chetumal, Quintana Roo), que giró de 37.3% a 43.8%; Toluca, Estado de México, de 45.5% a 51.8%; Cuernavaca, Morelos, pasó de 31.9% a 37.3%; y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde la población en pobreza creció de 41.9% a 46.2%. Los anteriores son los municipios cuya población en pobreza reflejó un mayor crecimiento, incluso en casos donde la población pobre ya tenía números muy grandes –inaceptables e injustificables– en el año 2015.
Otro conjunto de municipios urbanos mostró relativa estabilidad en el periodo, con un reducido deterioro o con mínimo avance social, como son los casos de Querétaro, Campeche, Puebla, Xalapa, Chilpancingo, Saltillo, Durango y Guadalajara. Son casos prácticamente sin cambios significativos entre los años 2015 y 2020. Adicionalmente, al lado de este grupo puede identificarse otro conjunto de municipios que redujeron la proporción de población en pobreza en alrededor de 2.5%, lo cual es significativo en el contexto del país: se trata de los municipios de Aguascalientes, Zacatecas, Tepic y Colima.
Ahora bien, del lado positivo y notable, los municipios que redujeron en más de 3.5% su población en pobreza son: La Paz, San Luis Potosí y Chihuahua. En el mismo sentido, integrando el cuadro de honor, se encuentran los municipios de Oaxaca (sí, Oaxaca), que redujo en 5% su población en pobreza; Mexicali, que redujo en 5.5%; Tlaxcala, en 8.6% y, el más destacado de todos, Morelia, que tuvo una reducción de 13.9% de su población en pobreza durante el periodo.
¿Por qué estos últimos municipios lograron reducir su población en condiciones de pobreza mientras que otros, como las alcaldías de la Ciudad de México, experimentaron los deterioros más graves cuando nominal y realmente tienen mayores capacidades? En el año 2022 seguramente no es mejor la situación de los municipios y alcaldías que integran la presente muestra urbana. Lo más probable es que reporten retrocesos adicionales, incluso aquellos que lograron una curva positiva en la superación de la pobreza.
Por lo pronto, es evidente que disponer de enormes capacidades en todos los aspectos –como es el caso de la Ciudad de México– no es garantía de su orientación hacia un beneficio social compartido. Como tampoco es garantía tener gobernantes que todos los días se llenan de palabras sobre su dedicación a la población pobre. Cada una de estas entidades locales –y todas las demás– debieran tener una programada agenda con puntuales acciones cotidianas dirigidas a superar la situación de pobreza de su población. Diseñar la agenda no es lo complicado. Implementarla –suponiendo que se hiciera– es realmente el desafío: no por falta de recursos materiales o sociales, sino por falta de genuino interés de la élite política por hacerlo. Al final, aquí se localiza el principal cuello de botella, capaz de asfixiar todas las alternativas.
*Profesor PUED/UNAM. Excomisionado del INM.