Defensoras

Muere la defensora de derechos humanos Blanca Martínez, discípula de Samuel Ruiz y Raúl Vera

La acompañante de familias de personas desaparecidas apoyó la integración de las familias en el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila.
lunes, 10 de noviembre de 2025 · 12:14

SALTILLO, Coah. (apro).- A consecuencia de complicaciones en una operación de esófago, murió esta madrugada la defensora de derechos humanos y directora del Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios, Blanca Isabel Martínez Bustos, discípula del obispo de Chiapas, Samuel Ruiz y del hoy obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera López. 

La acompañante de familias de personas desaparecidas apoyó la integración de las familias en el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila, el cual es pionero en la movilización nacional para visibilizar la problemática que hoy representan más de 133 mil casos. 

Hace unos días inició festejó su cumpleaños 62 en compañía de amistades. La intervención quirúrgica la tenía programada en varias ocasiones en el Instituto Mexicano del Seguro Social en la ciudad de Saltillo, donde la madrugada de este lunes tuvo complicaciones y perdió la vida.  

Martínez Bustos nació en la ciudad de Torreón, pero a los cinco años su familia se trasladó al estado de Guanajuato, donde siendo adolescente empezó a relacionarse con diversas causas sociales, principalmente en el sector campesino. 

El activismo lo desarrolló en el Frente Auténtico del Trabajo y apoyó la fundación del Centro Popular de Capacitación Técnica, donde daba clases de herrería y elaboración de zapatos y a la par formaba políticamente a obreros y obreras para hacer frente a la represión de la época y la definió “como un pan nuestro de cada día”. 

Estuvo en la Ciudad de México y posteriormente en Chiapas, relacionándose con las comunidades eclesiales cuando inicia la Teología de la Liberación y conoce a los obispos de Chiapas en ese entonces: Samuel Ruiz y Raúl Vera. 

Fue parte del proceso de diálogo en el surgimiento del movimiento armado en Chiapas, gracias a la invitación que le hizo Miguel Álvarez, quien era asesor de la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI), pero al no avanzar el diálogo empezó a trabajar en el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas. 

En el año 2009, la defensora llegó a Saltillo, donde Vera López fue enviado años antes como obispo y fundó el Centro Diocesano de Derechos Humanos Fray Juan de Larios donde empezaron a documentar los abusos contra la población migrante, pero también donde surgían los primeros casos de desaparición a raíz de la presencia del crimen organizado que operaba en Coahuila con la protección de las autoridades gubernamentales. Algo muy diferente a lo que ocurrió en la Guerra Sucia y de lo cual Martínez Bustos tenía información. 

“Lo que pasa en el estado de Coahuila son formas de violencia que México no había vivido”, dijo en una entrevista en el 2024 previo a recibir el Premio Nacional de Derechos Humanos “Don Sergio Méndez Arceo”. 

Sus posturas en la defensa de los derechos humanos y en particular en el caso de las familias de personas desaparecidas, provocó una tensa relación en los gobiernos de Humberto y su hermano Rubén Moreira, así como el del hoy senador Miguel Ángel Riquelme. En el caso del hoy mandatario, Manolo Jiménez Salinas, la defensora exigía cambios en la mesa de diálogo con las familias, cuyos casos son de larga data, y a quienes no les han presentado avances sobre lo qué ocurrió con sus seres queridos y sanciones a los responsables. 

El cuerpo de la defensora será velado en la ciudad de Saltillo y luego cremada para llevar sus cenizas al estado de Guanajuato. 

 

 

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