Crimen Organizado

Narcos asolan cuatro días a pobladores de Tila; Ejército apenas entró hoy

Un grupo del crimen organizado saqueó, quemó casas y mató a cuatro personas en ese municipio chiapaneco. Se trató de una limpia contra los narcos autónomos de Sañojá, pero agarraron parejo, asegura un activista de derechos humanos.
viernes, 7 de junio de 2024 · 20:53

TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (Proceso).- Luego de cuatro días de enfrentamientos entre grupos civiles armados en el municipio de Tila, lo que ocasionó el saqueo de comercios y quemas de casas particulares, militares, agentes de la Guardia Nacional, agentes del ministerio público y policías estatales ingresaron en las primeras horas de este viernes al poblado, donde de entrada encontraron los cadáveres de cuatro personas (dos calcinadas) y cinco heridos.

Después de dos días de total silencio, el gobierno estatal emitió un comunicado a través de la Secretaría de Seguridad para dar a conocer una intervención ante la situación en Tila.

“El Grupo Interinstitucional de Seguridad informa que implementa un operativo en Tila y realiza patrullajes disuasivos por tierra y por aire, a fin de garantizar la seguridad, el orden y la paz en esa región, con actuaciones conforme a derecho y con pleno respeto a los derechos humanos”, dice el boletín emitido la tarde de hoy viernes.

También indica que el grupo interinstitucional, conformado por más de 500 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Estado, Fiscalía General del Estado y Policía Municipal, “realiza dispositivos de ayuda, en coordinación con Protección Civil del Estado”. Añade que se continúa con patrullajes por aire y tierra y se instalaron puntos fijos de inspección y control en la región.

Tras el ingreso de los uniformados al poblado de la región Chol de Chiapas, localizado en los límites con Tabasco, cientos de familias que durante cuatro días permanecieron encerradas en sus domicilios sin alimentos ni agua suficientes, por las constantes balaceras, comenzaron a abandonar el pueblo con pocas pertenencias, víctimas del desplazamiento forzado por la situación violenta.

Pobladores de Tila tras los ataques. Foto: Especial.

Los grupos de personas se enfilaron hacia el ejido Petalcingo, el más grande de la zona. Otros se fueron al municipio vecino de Yajalón, donde se están instalando en un domo.

Al respecto, el mismo comunicado señala que “se activaron los protocolos de asistencia y ayuda humanitaria a la población para que haga uso de los refugios implementados en el municipio de Yajalón”, donde personal de Protección Civil del Estado, Secretaría de Salud y Ejército Mexicano proporciona asistencia médica, alimentos y espacios para dormir.

Salvo este comunicado, el gobierno de Rutilio Escandón ha guardado silencio sobre la violencia en Tila.

“Ayudemos a nuestros hermanos de Tila que están llegando a CEDECO y Futbol rápido que están siendo usados como albergues temporales. Los invitamos a donar alimentos, productos de higiene y de primera necesidad. Lleve directamente su apoyo al albergue”, posteó en sus redes sociales Juan Manuel Utrilla Constantino, diputado local electo.

 

“Fue una limpia”

Fue el último martes, alrededor de las 8 de la noche, cuando empezaron a escucharse decenas de detonaciones de armas de grueso calibre en el pueblo. Luego, encapuchados empezaron a irrumpir en las casas, señalaron los habitantes.

El activista Luis Alfonso Abarca González, del Comité de Derechos Humanos de Chiapas Base Digna Ochoa, aseguró que “no se trató de enfrentamientos, sino de un ataque, una limpia contra los narcos autónomos de Sañojá, y los que están en la cabecera que son de Tila, que viven ahí (y) que atacaron a los pobladores, porque los consideraban sus enemigos y barrieron parejo; gente que consideran que no está con ellos, que no pagó derecho de piso, masacraron y atacaron a la gente y violaron mujeres”.

Con más de 83 mil habitantes, Tila es uno de los municipios más importantes de la región Chol. La cabecera municipal está en manos de los llamados “Autónomos”, que luego del levantamiento armado del EZLN al que se unieron como adherentes al movimiento, han venido luchando por su autonomía y autogobierno.

Muchos abandonaron sus hogares. Foto: Especial.

Pero ante la indiferencia del gobierno, a finales de 2015 los ejidatarios expulsaron a las autoridades municipales del ejido reclamando su tierra, que les fue ratificada mediante un amparo y son reconocidos ante el Registro Nacional Agrario.

Los “Autónomos” del ejido Tila dieron a conocer en un comunicado su versión de los hechos del martes 4 de junio que, afirman, “fueron provocados por el grupo criminal denominado Karma, quienes interceptaron el pasado 4 de junio a las 19 horas a compañeros encargados de la vigilancia del territorio ejidal y los acribillaron a balazos”.

Se trata de Enrique Pérez Pérez, de 25 años, que fue emboscado y herido en la pierna; el ataque “se dio desde la segunda planta de la casa de Rodrigo Martínez Parcero y Juan Daniel Ramírez Sánchez, en el barrio Santa Lucía. A las 20:00 fue otro ejidatario Mariano López Ramírez del barrio Salinas que igual, brindaba seguridad”, según su relato.

Los ejidatarios afirman que sus compañeros “sólo estaban brindando seguridad al pueblo sin perjudicar a nadie; como ejidatarios, únicamente estaban cumpliendo con dar seguridad”.

Derivado del ataque, los “Autónomos”, “en acuerdo de la asamblea, desalojaron a los principales responsables que, acusan, son integrantes del crimen organizado denominado Karma”.

“En este desalojo resultó sin vida Mateo Pérez López y dos personas más calcinadas; a un supuesto Karma, Javier Gutiérrez Gómez, lo entregamos a la Fiscalía, y a Samuel Martínez Gutiérrez, que recibió machetazos, y Faustino Pérez Pérez, que recibió machetazos en la cabeza”, sigue el comunicado.

Los llamados Autónomos manifestaron: “No aceptamos la intervención de la fuerza pública, ya que, desde hace más de una década, somos un pueblo en defensa del territorio basado en el artículo 2 de la constitución política. Desmentimos como ejidatarios la falsa información del cobro de piso, de 35 a 70 mil pesos lo aplicamos como una mínima cantidad a los puesteros y comerciantes en las fiestas del santo patrono del pueblo”.

 

Los Karma

En Tila, asegura el Comité de Derechos Humanos de Chiapas Base Digna Ochoa, hay tres grupos armados: los ejidatarios autónomos de la cabecera municipal, los autónomos de Sañojá y el grupo Karma.

Gobernador Escandón. Silencio. Foto: Montserrat López.

El grupo Karma, conformado en su mayoría por exintegrantes de “Paz y Justicia” --que fue actor en la guerra de baja intensidad contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)--, surgió con un grupo de pobladores en septiembre de 2020, cuando en plena pandemia, los llamados “Autónomos”, armados, instalaron un portón en la entrada del pueblo de Tila para controlar las entradas y salidas. “No permitían la salida de personas que tenían necesidad de sacar pacientes de urgencia”, afirma el Comité Digna Ochoa.

Pobladores, encabezados por Arturo Sánchez, rompieron el portón y colocaron un bloqueo para permitir la salida de la gente; “eso fue como una demostración de probar fuerzas con los autónomos, que en respuesta atacaron a esta gente. Hubo cuarto muertos y dos desollados”, relata Luis Abarca González.

Desde entonces, dice el activista, los “autónomos”, que son integrantes del Congreso Nacional Indígena, asumieron que estaban protegidos por esta organización, además de que son asesorados por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, mientras que el gobierno nada hace.

“En 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo: ‘Vamos a intervenir, vamos a pacificar Tila, vamos a instalar mesas de diálogo’, pero nada de eso sucedió, y entonces los autónomos entendieron que estaban protegidos por el gobierno”, señala Luis Alonso Abarca.

Para el investigador del Colegio de la Frontera Sur, Gerardo González Figueroa, los ejidatarios de Tila, llamados también Autónomos, con el paso de los años se convirtieron en un grupo envuelto en la violencia.

Esto, afirma, fue “producto de un problema agrario que agudizó la división y en ese contexto se han aliado a una célula del crimen organizado, dejando detrás una lucha por el bienestar no sólo de la población indígena, sino de la población de Tila en su conjunto”.

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