Arte/Ver para creer
Arte/Ver para creer: Material, una feria con arte para mirar y pensar
En la feria sobresalió la presencia de artistas mexicanos en galerías tanto nacionales como extranjeras. Con un leve predominio de prácticas textiles, poca fotografía y algunos lenguajes hiperrealistas neo-pop, Material exhibió piezas bidimensionales y tridimensionales.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Emplazada en un ambiente agradablemente ruidoso, la feria de arte Material, en su onceava edición, se impuso nuevamente como un evento que conjuga mercado, exploración artística y riesgo galerístico. Realizada del jueves 6 al domingo 9 de febrero en las instalaciones de Expo Reforma (Av. Morelos 67, Colonia Juárez, CDMX), la feria estuvo integrada por 17 galerías nacionales, 47 extanjeras y 6 proyectos mexicanos cuya presencia fue patrocinada por la feria.
Sin secciones que clasifiquen a las galerías, la mayoría de los participantes contaban con trayectorias emergentes y jóvenes -aunque también hay algún consagrado-, incluyendo creadores y promotores. Con precios aproximados entre 500 y 27 mil dólares, en la feria sobresalió la presencia de artistas mexicanos en galerías tanto nacionales como extranjeras. Con un leve predominio de prácticas textiles, poca fotografía y algunos lenguajes hiperrealistas neo-pop, Material exhibió piezas bidimensionales y tridimensionales que abordaban aspectos de identidad y reflexión social.
Un aspecto atractivo de esta edición fue la apuesta por curadurías temáticas en algunos estands. En este contexto, la galería Salón Silicón de la Ciudad de México destacó con una irreverente, divertida, y al mismo tiempo sobria propuesta, que emplazaba una exhibición colectiva en una ambientación semi-inmersiva. Diseñado con base en el ideal estético que tiene la galerista Olga Rodríguez para la casa de un coleccionista, el estand, pintado en un intenso tono rosa y con el piso cubierto por un tapete estampado con huellas de leopardo, fue el escenario para una muestra titulada “You deserve dollhouse art” (Mereces arte de casa de muñecas). Integrada por pinturas y esculturas en las que predominaba el tono rosado y la reproducción del “animal print”, la muestra presentó, entre otras piezas: una espléndida pintura de poética abyecta de Ángela Ferrari que, montada en un biombo de los años cincuenta, representaba una garza viva y otra discretamente muerta; una pintura de poética edulcorada hasta en el marco, en la que Ileana Moreno aludía al maíz pigmentado por antocianinas; una enorme “Muela del diablo” realizada en cerámica por Kristin Reger; un pequeño nopal de arcilla y silicón intervenido con piercings; y un retablo con pequeñas fotografías de Sandra Blow con el título “Las mejor fiesta de mi vida y yo sobria, fea, oliendo a axila”.
Otro estand atractivo fue el de la galería neoyorquina Proxyco. Dedicada a la promoción de artistas latinoamericanos con énfasis en mexicanos y colombianos -las nacionalidades de las propietarias-, presentó a tres mujeres de la escena mexicana: Remedios Varo, Adela Goldbard y Lucía Vidales. Especialmente atractivas por el contraste entre la fina resolución de las imágenes en tonos que reproducen el verde de las cámaras de visión nocturna y la dureza de la temática, los afelpados de Adela Goldbard remitían a la violencia que viven los migrantes en Estados Unidos.
El imaginario chicano contemporáneo, estuvo representado en la galería Charlie James de Los Ángeles con una serie de pinturas expandidas de Danie Cansino. Realizadas con una estética de colores estridentes, sobre sarapes de intensos colores que rebasan el soporte pictórico invadiendo la pared, las piezas se concentraban en escenas de la vida cotidiana del artista, incluyendo la cultura de origen mexicano y paisajes angelinos.
Con temáticas vinculadas también con la vida cotidiana pero de la cultura zoque de Chiapas, la galería MUY de San Cristobal de las Casas le apostó a unas sugerentes esculturas de PH Joel que, en forma de cascos realizados con técnicas artesanales, resguardaban en su interior dispositivos tecnológicos -como una USB-, en referencia a que las tradiciones perdidas quedan resguardadas en una memoria que habita en el cerebro.
En el rubro de los proyectos, la organización Yudindudi de la Mixteca Alta oaxaqueña, presentó una fusión simbólica entre su entorno natural y el de Ucrania a través de instrumentos musicales intervenidos por Rolando Hernández. Por su parte, la Whitechapel de Londres participó con reproducciones múltiples de artistas de renombre global como Tomma Abts, Giusepe Penone y Thomas Ruff que, en su cédula informativa, informaban abiertamente sobre su precio. Todas entre 2 mil y 2 mil 500 dólares aproximadamente.
Además del riesgo creativo, la oferta de Material comprobó que el buen arte se relaciona no sólo con la mirada sino también con el pensamiento.