Arte/Ver para creer
Arte/Ver para creer: Zsona Maco: ¿En qué se ha convertido y hacia dónde va?
Enfrenta el reto de la definición o redefinición de su modelo de negocio: Reinventarse como una feria que concibe el arte como un objeto de lujo comercial e intelectual como Art Basel, o fortalecerse como un evento de entretenimiento mediático-popular.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Suba o baje el nivel artístico-comercial de Zsona Maco (feria internacional de arte contemporáneo que se realiza en la Ciudad de México desde 2004), es indudable que su presencia ha impactado el consumo del arte contemporáneo en la ciudad capital.
Plural en la relación arte-espectador, el consumo se diversifica en distintos tipos de apropiaciones. Y si bien la más convencional es la adquisición comercial, la interacción experiencial representa el consumo más numeroso y popular. Relevante en la construcción de públicos masivos, el consumo experiencial se sustenta en percepciones; en su territorio, el conocimiento y pensamiento crítico es tan innecesario como incoveniente.
En 2004, cuando inició Zsona Maco, las ferias de arte no generaban interés en la sociedad mexicana. Su fundadora y directora, la regiomontana Zélika García, le apostó a una feria de alto nivel artístico que logró vincularse con la escena galerística de la principal ferial a nivel global: Art Basel. En sus años de construcción y consolidación, la exclusión era el parámetro que definía su calidad: sólo incluía a galerías nacionales y extranjeras de alto prestigio artístico y comercial.
Para el visitante, asistir a Zsona Maco le permitía ubicar la relevancia del mercado, mirando obras de autores que definían la escena global y que no estaban en la agenda de los museos gubernamentales de México; entre ellos,
Keith Haring, Tony Cragg, Michel Basquiat, Jonas Burgert, Mark Ryden, Kaws, Kenny Scharf, y hasta algún Neo Rauch que sólo vino una vez. En el contexto comercial, como en todas las ferias de primer nivel, la adquisición estaba garantizada con base en la legitimación del evento.
Por su historia, audacia y relevancia que ha tenido en la construcción de la escena ferial en México -actualmente se benefician de su impacto cinco eventos de arte contemporáneo, dos de diseño y numerosas exhibiciones aisladas-, es lamentable que el estado actual de Zsona Maco, en su sección arte contemporáneo, esté tan disminuido: Sin galerías “blue chip” e integrada en su mayoría por galerías extranjeras que ofertan obras simples, absurdas o carentes de contenido propositivo, Zsona Maco se ha convertido en un evento de consumo experiencial para el entretenimiento masivo. Un acontecimiento para asistir y exhibirse sin cuestionar lo que ofertan los comercios participantes. De todo lo que se presenta en Zsona Maco, ¿qué obras, en particular, pueden definirse como arte?
En esta edición, lo más sobresaliente se encuentra en la sección de arte moderno, en la galería Louis Stern Fine Arts de Hollywood. Integrado por tres exquisitas pinturas de Jean Charlot (París, 1898-Hawai, 1979), un interesante dibujo temprano de Gunther Gerzso (México, 1915-2000) realizado en tinta con poética expresionista y lenguaje semifigurativo, y varias piezas espectaculares de Alfredo Ramos Martínez, el estand destaca en la banalidad de la feria.
En el contexto del arte contemporáneo mexicano, las espléndidas y sutiles esculturas dibujísticas de María José Lavín (México, 1957) en el estand de la galería Tereza Diaque, mereceren un emplazamiento más notorio. De la escena extranjera, el español Jerónimo Elespe (1975), representado por la galería mexicana Labor, sobresale con sus enigmáticas y complejas propuestas pictóricas. Y en la galería Hilario Galguera, su apuesta por el sugerente y complejo escultor belga Peter Buggenhout (1963), comprueba que, si acaso puede venderse en México, será con una pieza de pequeño formato.
Con un rango de precios entre aproximadamente 6 mil y 650 mil dólares, la edición 2025 de Zsona Maco, en su primer día, tuvo éxito con las piezas de 20 mil dólares. La galería Pilevneli, ubicada en Estambul, vendió una divertida pieza del pintor Ali Elmaci (Turquía, 1976) que conjuga la excelencia retinal de la pintura barroca, con el humor ingenuo de narrativas neopop.
Realizada entre dos ferias que tienen como clientela a las principales galerías de prestigio global -Fog Desig+Art en San Francisco del 22 al 26 enero, y Frieze Los Ángeles del 20 al 23 de febrero-, Zsona Maco enfrenta el reto de la definición o redefinición de su modelo de negocio: Reinventarse como una feria que concibe el arte como un objeto de lujo comercial e intelectual como Art Basel, o fortalecerse como un evento de entretenimiento mediático-popular.