Teatro

“Panorama desde el puente”, de Arthur Miller

Bajo la dirección de Antonio Castro y la adaptación de Eduardo Mendoza, el paso del tiempo crea una gran dificultad en la obra porque resulta contradictoria la actualización de la misma.
viernes, 16 de agosto de 2024 · 12:10

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Arthur Miller escribió Panorama desde el puente en los cincuenta, para hablar de los inmigrantes ilegales en un puerto de Brooklyn, y se estrenó en 1955, sin éxito, en Broadway, para luego él mismo revisar el texto y hacer una nueva propuesta, la cual se conoce ahora a través de múltiples montajes en América Latina y Estados Unidos de Norteamérica.

En México, la más reciente es la que se presenta en el Teatro Helénico bajo la dirección de Antonio Castro, con adaptación de Eduardo Mendoza; el paso del tiempo crea una gran dificultad porque resulta contradictoria la actualización de la misma. Si bien está ambientada en los cincuenta, por el vestuario y la manera en que es tratado el tema de la inmigración ilegal y sus efectos sociales y familiares, el intento de ubicarla en el ahora es un contrasentido usando celulares, música contemporánea y la tropicalización en el lenguaje.

Pareciera como si nos estuvieran hablando de dos épocas simultáneamente. Bien hubiera sido mantener la época y observar los contrastes que provoca el paso del tiempo, y a la vez reafirmar la universalidad de la problemática, o ya de plano modernizarla por completo.

La historia narra la dinámica de una familia italiana -en este montaje, mexicana-, que vive en la zona portuaria de Nueva York y recibe a dos parientes jóvenes en su casa, que cruzaron la frontera de manera ilegal. Su llegada trastoca y pone en conflicto a la familia, conformada por un matrimonio y una sobrina adoptada, que ya desde antes vivían dominadas por Eddie, el patriarca de esta tríada que reproduce un servilismo hacia el hombre de manera escandalosa. Esta imposición se mantiene cuando llegan los dos jóvenes, que viven ocultos y trabajando en los muelles, pero con la complicación de que uno de ellos se enamora de la sobrina, proyectando su casamiento. Esto provoca la furia del patriarca, al tener sentimientos y hostigamientos sexuales hacia la sobrina de su mujer, llevándolo a la traición.

La puesta en escena del Helénico, que concluye temporada el 18 de agosto, para presentarse después el 5, 6 y 7 de octubre en Culiacán, sucede en una escenografía de alto presupuesto, dividiendo el espacio en la estancia principal de la familia, el despacho del abogado que narra la historia, y los suburbios de la zona portuaria como telón de fondo, ilustrado con un letrero luminoso, estructuras metálicas y de ladrillos.

Las actuaciones de esta puesta en escena son irregulares: Los dos jóvenes, interpretados por Martín Peralta y Jonathan Ontiveros, resultan muy débiles; poco verosímil es el papel de la sobrina interpretada por Stephany Martínez; Roberto Sosa, como protagonista, se mantiene en el grito y la formalidad que comparte con Rodrigo Murray en el papel del abogado; Monserrat Marañón intenta colocarse en el realismo que exige la obra, pero la dirección no consigue entonar y profundizar tanto en los personajes como en sus relaciones.

Panorama desde el puente surge a raíz de una investigación que hizo Arthur Miller para la película The Hook que planeaba con Elia Kazan, sobre la corrupción y asesinato de estibadores en los muelles de Brooklyn. En esa época del macartismo se perseguía a artistas, intelectuales y académicos de perfiles antinacionalistas -según el gobierno-, y Kazan denunció a Miller ante el Comité de Actividades Antiamericanas y entregaron el guion cinematográfico al FBI, por lo que al dramaturgo lo tildaron de comunista, le retiraron su pasaporte y lo mantuvieron bajo investigación. Lo invitaron a denunciar a colegas y él se negó a declarar, terminando su amistad con Kazan.

Panorama desde el puente fue, en ese tiempo, una denuncia sobre las condiciones de vida de los inmigrantes, el machismo, la esclavitud de los estibadores, la explotación, la intolerancia y la traición dentro de una comunidad. Temas actuales que, dadas las políticas de hoy, han cambiado sus formas de expresión radicalmente, aunque la problemática rebasa fronteras y temporalidad para estar vigentes en un siglo XXI turbulento.

Comentarios