Niña Pastori
Niña Pastori conquistó a sus fieles con velada flamenca en el Lunario
El concierto permitió la alegría de los reunidos aderezando en acompañamientos palmoteos flamencos en el programa sonoro escuchándose “El cantante”, “Pon que dale” y “Capricho de mujer”.CIUDAD DE MÉXICO (APRO).- El flamenco de la cantaora española Niña Pastori conquistó a sus fieles en una velada en la intimidad del Lunario del Auditorio Nacional, en donde hizo revisión de su reciente álbum “Camino”, con el que consiguió su quinto Latin Grammy a mejor disco de flamenco, y en respuesta el público el respondió: “¡María, hermana, ya eres mexicana!”.
María Rosa García García, conocida artísticamente como Niña Pastori, desde sus primeros pasos se acompañó de su ensamble de músicos integrado por el director musical y percusionista Julio Jiménez Borja “Chaboli”, el baterista Yuri Nogueira, las coristas Sandra Zarzana y Toñi Nogaredo, el bajista y tecladista Joni Losada, el pianista Luis Guerra y el guitarrista Manuel Urbina.
El acto brindó introducción con la tradición de los palos flamencos, para avanzar hacia su estilo de fusiones en pop y candela latina. La compositora originaria de la provincia de San Fernando, Cádiz, saludó inmediatamente:
“¡¿Cómo está mi gente?! ¡Muchísimas gracias, yo no sé por qué he tardado tanto, me encanta estar aquí con ustedes! ¡Feliz de volver después de tanto tiempo! ¡Quiero seguir aquí celebrando en este país maravilloso, con México!”.
La conexión fue instantánea con sus seguidores. En halos intimistas, el concierto permitió la alegría de los reunidos aderezando en acompañamientos palmoteos flamencos en el programa sonoro escuchándose “El cantante”, “Pon que dale” y “Capricho de mujer”.
Acudió a la cita un público adulto, especialmente coetáneos a María Rosa García, sin faltar las generaciones juveniles. El espacio se erigió con mesas y sillas, los congregados degustaron de la coctelería del recinto.
Ataviada de un holgado vestido verde limón, la artista gaditana consideró “Contigo” honrando al cantautor y poeta español Joaquín Sabina. En la pantalla a telón de fondo se proyectaron fotogramas a estilística cinematográfica cobijando cada tema.
En un ambiente de bohemia se entonó “Cuando te beso”, “La habitación”, “Desde la azotea” y en tributo al popero español nacido en Madrid, Alejandro Sanz, afinó “Mi soledad y yo”.
En estafeta al micrófono, el buen “Chaboli” tomó cante para “Gitano soy”. Se vislumbró el finiquito a los cánticos de Niña Pastori en “Puede ser”, “Estoy aprendiendo a vivir” y “Que nadie sepa mi sufrir”.
Sin pausas la presentación concluyó en “Y para qué...”, “Válgame Dios” y” Burbujas de amor”, honrando al legendario bachatero dominicano Juan Luis Guerra.
Visiblemente sonriente, Niña Pastori junto a sus camaradas músicos confabularon el tradicional semicírculo flamenco bailoteando y palmoteando, desapareciendo de escena uno a uno en jocosa fiesta. Los respetables aclamaron en el adiós: “¡María, hermana, ya eres mexicana!”.