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“Cómo tener sexo”: un viaje alocado

En su debut, la escritora y directora Molly Manning Walker recurre a un casting de desconocidos para retratar con dolorosa precisión, las mil situaciones que pueden resultar mal cuando se planea una escapada de diversión orgiástica.
viernes, 17 de noviembre de 2023 · 19:19

MONTERREY, N. L., 17 de noviembre (apro).- El título engañoso de Cómo tener sexo (How to have sex, 2023) mueve a imaginar una historia alucinante en unas vacaciones aclocadas, cuando la realidad que presenta es exactamente lo opuesto: cómo la imagen idealizada de los viajes de disipación no es siempre tan placentera, como se programa.

En su debut, la escritora y directora Molly Manning Walker recurre a un casting de desconocidos para retratar con dolorosa precisión, las mil situaciones que pueden resultar mal cuando se planea una escapada de diversión orgiástica.

La historia de estreno en cines, con matices autobiográficos de la realizadora, presenta a tres bellas chicas inglesas que van a descansar a una playa paradisiaca, con el propósito específico de pasársela en acostones. Una de ellas, la inocente Tara (Mia McKeena Bruce) busca su iniciación sexual, lo que la mueve a buscar a un galán apropiad para su propósito.

La chica se siente, evidentemente, obligada a tener su experiencia iniciática, aunque la asalten temores y dudas. La otras, con experiencia, la animan para que busque a un candidato cuando, en realidad, ella se da cuenta de que no quiere pasar por ese momento en las circunstancias que la rodean.

Para estar a tono, se mimetiza con el ambiente y finge que está en el modo de reventón, junto a un ejército de chicas y chicos bellos que también van con el simple propósito de vivir una gran fiesta y, eventualmente, encontrar satisfacción carnal.

Envuelta en pesada música electrónica y de densos ambientes de rave, Tara se siente infeliz y confundida.

En este denso drama, carente por completo de humor, la crítica es directa hacia los encuentros casuales, que son considerados aquí una enorme irresponsabilidad, pues los resultados con extraños no son siempre satisfactorios.

En una época de sobreexposición y de sexo como certificados de diversión, los adolescentes sienten el falso llamado obligatorio hacia la cama ardiente, donde existe una promesa de gran felicidad. Pero esos recuerdos pueden hacerse inolvidables por razones indeseadas. Tara sufre una enorme ansiedad, atraída por un chico que, encuentra pronto, no vale la pena. Sin embargo, se siente compelida a dar el gran salto, aún contra su voluntad y solo por suponer que cumple con el propósito de la escapada.

Hay una angustiosa sensación de soledad en esta jovencita inmadura, que solo finge suponer que sabe de la vida, aunque en el fondo tiembla de pánico ante la perspectiva de lo que viene. Es excelente la actuación de McKeena Bruce, pues consigue proyectar la alegría de unos días de libertad, en un sitio hecho para el desenfreno, junto al terror de confrontarse con hechos que son menos glamorosos a lo que parecían a la distancia.

Aquí se muestra que en esos sitios que son santuarios del placer, y donde no se ve un policía o un adulto que llame al orden, ocurren atropellos que debieran ser penalizados por la Ley. Pero hay una confusión de percepciones sobre lo que es al acoso, el consentimiento y el derecho de decir no, incluso segundos antes de que ocurra un encuentro íntimo.

Los jóvenes fácilmente señalan, en descargo, que ya saben a lo que van quienes acuden a estos centros de recreación para desinhibidos, Asumen que no puede haber culpables de algún exceso o un pequeño malentendido, pues los canales de comunicación se alteran con el alcohol y las drogas, y a veces no hay forma de decir basta.

“Cómo tener sexo” es un retrato interesante y nada placentero de lo que puede resultar una primera experiencia, cuando no ocurren las condiciones adecuadas de buena voluntad de las partes, para que el hecho ocurra con esperada armonía.

 

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