Festival Internacional Cervantino

Sacude Arturo Márquez el FIC con “Sueños”

Al filo del cierre del Festival Internacional Cervantino (FIC), el estado invitado, Sonora, dio así una muestra de poderío artístico-cultural con el programa “Cantata Sueños, de Arturo Márquez”.
sábado, 28 de octubre de 2023 · 14:08

Guanajuato, GTO. (proceso.com.mx).- El desierto y su sonoridad con la Orquesta Filarmónica de Sonora, dirigida por Laura Cmet, cimbraron de la mano de Arturo Márquez el Teatro Juárez, en un programa-homenaje a su música.

Al filo del cierre del Festival Internacional Cervantino (FIC), el estado invitado, Sonora, dio así una muestra de poderío artístico-cultural con el programa “Cantata Sueños, de Arturo Márquez”.

La obra “Sueños” está inspirada en ideologías de algunos de los pensadores y líderes sociales más importantes del mundo como Mahatma Ghandi, Martin Luther King, Malala, el jefe Seathl, y el cantautor Guillermo Velásquez, con lo que se ofreció un variedad tímbrica en ritmos latinoamericanos como la habanera y el danzón.

Con la conducción precisa de Cmet, la orquesta empezó con “Desierto”, pieza que transportó a los presentes a las estepas y mañanas sonorenses; continuó la majestuosa “Danza del Venado”, recordando la vida y transcurrir de la fauna, para culminar el ciclo con “Finale: crepúsculo”.

La segunda parte arrancó con “Alas (a Malala)” de Márquez, y siguió con la cantata “Sueños (Es un sueño todavía)” --en colaboración con el poeta sonorense Eduardo Langagne--, que a casi 20 años de distancia resuena con la misma profundidad sobre una sociedad, un país, un mundo en donde se clama por “la paz como camino”.

Sobrevino entonces un llamado a reconocer al hombre como parte de la tierra con “Sin lamento” (carta del jefe Seathl a Franklin Pierce), después “Aforismos” (sobre frases célebres de Ghandi), para rematar con “Tengo un sueño, de Martin Luther King”.

El regreso de la orquesta al escenario fue para ejecutar el célebre “Danzón no. 2”, catalogado popularmente a la altura de un “breve himno nacional”.

Al cierre del concierto siguió minuto y medio de aplausos y la aparición, a petición de Cmet, de Arturo Márquez. Tras bambalinas, convivió con los músicos y coro. En respuesta a Proceso sobre la respuesta del público emocionado al programa de la noche, comentó:

“Creo que es justamente el cariño que le tengo a la cultura de nuestro país y el mundo, y siempre busco que se refleje en cada una de las obras, melodía, armonía, y eso lo capta la gente, lo abraza, y estoy muy agradecido, porque nos volvemos aliados, cómplices”.

--Después de estos “Sueños”, lo que vivimos en México, el momento político rumbo al 2024, y lo que se vive en el mundo, ¿cuál es el eco de esta cantata ahora?

--Tanto “Alas (a Malala)” como la cantata “Sueños”, como muchas otras cosas que he hecho, tienen que ver con el momento que las escribí, siento que no han caducado, el mensaje sigue siendo el mismo. Lo que tenemos que escuchar de la cantata, tenerla en los corazones y la memoria, y aun cuando estas obras no tienen texto, tienen que ver con la manera de vivir y lo que vivimos. ‘Danzón no. 2’ es de enero de 1994, tiene que ver con el baile, pero también con un momento histórico.

--Se ha recrudecido la violencia…

“Pero como dice Ghandi, ojo por ojo y nos quedaremos todos ciegos, la única manera de abolir la violencia es la conciencia, el amor por la naturaleza con el mensaje de Seahtl, la equidad de cada uno de nosotros, y el ‘Sueño’ de mi país, que es un sueño todavía”.

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