Desigualdad
La desigualdad, tema del coloquio del Seminario de Cultura Mexicana
Este jueves se realizó, en el auditorio Poliforum Mier y Pesado, el conversatorio “Desigualdad cultural”, coordinado por la escritora Silvia Molina y la cronista Ángeles González Gamio, ambas miembros titulares del SCM.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con el tema “Los rostros de la desigualdad”, el Seminario de Cultura Mexicana (SCM) realiza en Orizaba, Veracruz, su XV Coloquio Nacional con el propósito de reflexionar sobre los impactos de la pandemia por covid-19 en uno de los problemas sociales más graves de nuestro país.
Este jueves se realizó, en el auditorio Poliforum Mier y Pesado, el conversatorio “Desigualdad cultural”, coordinado por la escritora Silvia Molina y la cronista Ángeles González Gamio, ambas miembros titulares del SCM.
Participaron Eduardo Berrocal López, Ignacio Bonilla Arroyo y Fidel Sierra Pérez, corresponsales del Seminario en San Miguel de Allende, Guadalajara y Acámbaro, respectivamente.
Egresada de la carrera de Derecho en la UNAM, González Gamio introdujo la sesión y explicó que se convocó a los miembros de las corresponsalías a presentar ponencias para el coloquio, que desde hace dos años no se realizaba por cuestiones de la pandemia y también presupuestales.
El tema de la desigualdad fue propuesto por otra de las integrantes del SCM, Clara Jusidman, y a decir de González Gamio se aceptó porque es sin duda uno de los problemas más graves de México.
La mesa de cultura fue la que recibió el mayor número de propuestas, mencionó las de Eliezer Jáuregui Arrazate, de Arteaga, Saltillo, Coahuila; María Cecilia Buenrostro de Celaya, Guanajuato; Adolfo Pech Chuil, Ciudad Guzmán, Jalisco; Ernesto Rivera, Córdoba, Veracruz; Gilberto Javier López Alanís, Culiacán, Sinaloa; y María Luisa Cota, de Guadalajara, entre otros.
Se seleccionaron los tres expositores y existe el compromiso de dar a conocer todos los trabajos en las memorias del coloquio.
Berrocal López abordó el trabajo de campo que realiza con artesanos de todo el país, en su texto “¿El arte popular es disparejo o desigual?”. Una de las primeras cuestiones que marcan disparidad, inició, es la vieja discusión estética de si es arte o artesanía.
Tras aclarar que no era el lugar para discutir nuevamente esa cuestión, el corresponsal en San Miguel Allende expuso que la producción artesanal enfrenta problemas de desigualdad e inequidad de género.
En los procesos de producción no se valoran ni el trabajo de la mujer ni el de los niños. Ellas tienen que realizar quehaceres como la preparación de alimentos para la familia, atender a los animales de granja cuando los tienen, recolectar las hierbas y preparar con ellas los tintes naturales, y hacer artesanía, al terminar, continúan con labores en la casa y el campo y todo ese trabajo no se valora.
En cuanto a los niños, contó que en muchas comunidades su trabajo es necesario en las labores en el campo y también en la producción artesanal, ellos aprenden y continúan con la tradición, pero se ha venido prohibiendo esa práctica y sus padres ya no los ponen a trabajar por temor a sanciones, lo cual ha ocasionado que ya no aprendan los oficios y las tradiciones se van perdiendo.
Silvia Molina destacó que este es un tema muy complejo y por eso fue uno de los seleccionados para el coloquio. Enseguida presentó a Fidel Sierra Pérez.
Él habló de una de las culturas mesoamericanas más importantes, que fue la Cultura Chupícuaro, cuyo significado es Lugar de Cielo Azul, “considerada hoy como una de las más bellas del mundo”.
Relató que en 1929, el arqueólogo Juan Palacios presentó al Instituto Nacional de Antropología e Historia las primeras evidencias cerámicas de su existencia y la clasificaron como purépecha. Una de sus figurillas más emblemáticas es la Diosa de la Fertilidad, una figura hueca pintada con varios colores y elementos diversos, en la cual se fusiona la divinidad y resalta la importancia de la mujer prehispánica sin estereotipos.
Este tipo de figuras, dijo Sierra, se siguen encontrando y son muy valoradas en el mercado negro, principalmente, y están expuestas al saqueo “que continúa hasta hoy porque su protección es nula”. Incluso recordó en una diapositiva, con información del diario El Universal, que en 2012 se subastó la escultura “Venus Callypyge” proveniente de la Cultura Chupícuaro de Guanajuato, en 2 millones de euros, “un precio nunca antes alcanzado por una pieza de cerámica mexicana prehispánica”, el monto equivale hoy a 48 millones de pesos.
Considera que se requiere más información y conocimiento para enriquecer a los museos con expresiones de esta cultura, porque aunque hay varias piezas en algunos de ellos, incluido el Nacional de Antropología, son pocas las que están en exhibición.
En su turno, el corresponsal de Guadalajara, Ignacio Bonilla expuso la forma en la cual Jalisco, desde que se fundó como Nueva Galicia, a la llegada de los españoles, ha contribuido en la formación de la identidad nacional. Ya más recientemente con elementos como el mariachi, películas como Allá en el Rancho Grande y ¡Ay, Jalisco, no te rajes! (con el Charro Cantor Jorge Negrete), que fue la más taquillera en su momento y llego a ser símbolo de la mexicanidad.
Jalisco, agregó, es cuna de grandes artistas, intelectuales, escritores, pintores (Juan Rulfo, Juan José Arreola, José Clemente Orozco, por mencionar sólo algunos), y tiene varios sitios y expresiones culturales inscritos en la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco: el Hospicio Cabañas, el Paisaje Agavero, el Camino Real de Tierra Adentro, el Mariachi, la Romería de Zapopan y la Charrería.
A decir de Silvia Molina, las ponencias tocan temas como las políticas públicas, la toma de decisiones y sobre todo los recursos. Asimismo, muestran que hay discriminación hacia ciertos proyectos culturales, pese a la riqueza cultural del país. Serán publicadas como se anunció en las memorias del SCM.