Feminismo

Publican informe sobre las desigualdades de género en América Latina y el Caribe

El estudio "Danzar en las brumas. Género y juventudes en entornos desiguales en América Latina y el Caribe" tiene como objetivo presentar el panorama sobre las desigualdades en la región y sobre todo mostrar cómo afectan más a las mujeres que a los hombres, especialmente a las jóvenes.
martes, 15 de marzo de 2022 · 23:55

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Pese a que los movimientos feministas llevan décadas de lucha en América Latina y el Caribe, la brecha de las desigualdades sociales, económicas, laborales, culturales, entre otras, sigue ahondándose; el impacto de la pandemia no sólo las ha hecho más evidentes sino que plantea nuevas incertidumbres sobre todo para las mujeres jóvenes.

Es fundamental, por tanto, establecer políticas públicas para satisfacer la demanda de participación social, y que les permitan tener acceso o continuar con su educación, superar las crisis sanitarias o climáticas, e incorporarse al mercado de trabajo en mejores condiciones, entre otras de sus demandas.

Estos son algunos de los aspectos que se exponen en el informe “Danzar en las brumas. Género y juventudes en entornos desiguales en América Latina y el Caribe”, realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), El Colegio de México (Colmex) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).

El estudio, dado a conocer hace unos días, tiene como objetivo presentar el panorama sobre las desigualdades en la región y sobre todo mostrar cómo afectan más a las mujeres que a los hombres, especialmente a las jóvenes:

“El hecho de que las juventudes enfrentan mucha incertidumbre por las condiciones de vida que tienen en este momento”, señala la doctora en sociología por la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos, Landy Sánchez Peña, actual directora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales (CEDUA) del Colmex, quien realizó junto con cerca de 25 investigadores más el informe.

En entrevista con Apro, la profesora-investigadora señala que la juventud es un momento crucial para acumular recursos para avanzar hacia otras etapas de la vida más estables ya en la adultez, pero los efectos de la desigualdad acumulan desventajas para los jóvenes y se trata de llamar la atención sobre esta problemática.

En el prólogo del documento se lee que el flagelo de las desigualdades es ya insostenible y requiere el compromiso de los Estados:

“…disponemos de estudios e investigaciones que dan pistas sobre los orígenes de las desigualdades, con diagnósticos sobre su incidencia en jóvenes, en especial mujeres. Tenemos hojas de ruta globales, como la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, y acuerdos regionales, como el Consenso de Montevideo.

“En este marco, se requiere un enfoque integral, que conjugue la perspectiva de género con el enfoque generacional de juventudes y la multidimensionalidad de las desigualdades. Tanto en el caso de la deserción educativa, la precarización laboral, la fragmentación de servicios de salud, así como las crecientes tasas de violencia y otras dimensiones críticas, la integralidad se torna ineludible”.

Podría imaginarse que desde los primeros feminismos del siglo XX hasta la actualidad hubiese problemas que se fueran subsanando, cuando en realidad se habla ahora de mayor violencia de género. Dice Sánchez Peña al respecto:

“Si miramos al pasado, ha habido ganancias importantes, por ejemplo, han aumentado los niveles educativos, de las mujeres en particular, ha habido algunas ganancias en cuanto a participación económica y política en la región, pero ciertamente, pese a todas estas décadas en las que hemos venido hablando de la necesidad de cerrar las brechas entre hombres y mujeres, muchas desigualdades permanecen. Y lo que sorprende todavía, que muestra este análisis a lo largo de sus capítulos, es ver la resistencia ante esas desigualdades etarias (de edad) y de género, porque están muy arraigadas en las sociedades latinoamericanas y caribeña”.

Menciona, como ejemplo, el cuidado de otras personas al cual las mujeres dedican muchas más horas que los hombres. Entonces en las encuestas sobre “ninis” (ni trabajo, ni estudio), muchas de estas mujeres engrosan las cifras porque no es un trabajo reconocido. Otro aspecto no valorado, es el “trabajo reproductivo que hacen las mujeres, es una doble explotación de las mujeres”.

–¿Por qué el título “Danzar en las brumas”?

–Porque queríamos subrayar con la idea de brumas el tema de las incertidumbres que habitan las juventudes, en todos los ámbitos hay incertidumbres fuertes: cómo van a seguir su formación educativa, cuántos están dejando el sistema educativo. Sabemos, por ejemplo, que se ha logrado una de las coberturas más altas en primera y secundaria, pero cuando llegados a la educación preparatoria, en el caso de México, los números comienzan a caerse”.

Señala también respecto a la pandemia de covid-19, que ha tenido un gran impacto en la salud mental de los jóvenes, y si bien se puede rescatar la resiliencia y fuerza de la juventud, no se puede romantizar la idea de que “puede superar cualquier obstáculo”, cuando está enfrentando diferencias y desventajas estructurales muy grandes.

El trabajo de investigación de la Unesco, Clacso y Colmex se remonta a más de cinco años y esta publicación es el primer resultado. Participan investigadores de diversas instituciones de distintos países, entre ellas la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Iberoamericana, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), La Universidad de La Habana, la Católica de Chile y la Secretaria Distrital de la Mujer de Bogotá.

Dividido en tres secciones, el informe aborda entre otros temas: migración, inserción al sistema educativo y laboral, salud mental, embarazo en la adolescencia, cambo climático y brechas digitales. Se incluyen diversas historias de vida.

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