Rafael Cauduro
“Su pintura rompió paradigmas”: Walther Boesterly; despiden a Rafael Cauduro con homenaje nacional
Al fondo del vestíbulo de Bellas Artes se colocó una imagen de un Cauduro en blanco y negro que parecía mirar a todos los presentes.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con la presencia de sus hijas Elena y Juliana, los restos del artista Rafael Cauduro fueron despedidos con homenaje en el Palacio de Bellas Artes.
Los cenizas del pintor, cuya noticia de sus deceso se esparció la madrugada del domingo, llegaron al máximo recinto cultural del país la tarde de este lunes 5 de diciembre en donde fueron recibidas por familiares, amigos y funcionarios culturales.
Inmediatamente comenzaron las guardias de honor, la primera con Elena y Juliana Cauduro, Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Litertatura (INBAL), y Liliana Pérez Cano, representante y madre de las hijas del pintor.
Al fondo del vestíbulo de Bellas Artes se colocó una imagen de un Cauduro en blanco y negro que parecía mirar a todos los presentes.
Para Lucina Jiménez se trató de un artista con creación infatigable, que dejó un aporte fundamental para la historia del arte del pais:
“Levantó el vuelo para reunirse con otros grandes creadores, Cauduro es un pintor muralista, creador infatigable, quien deja para el arte mexicano un aporte fundamental, una postura crítica y alejada de los reflectores.
“Congruente consigo mismo sin caer en corrientes por fraguar su propio camino… como artista de su tiempo el maestro Cauduro develó la belleza y el horror al mismo tiempo comprometido con la plástica”.
Mientras que el director del Museo de Arte Popular, Walther Boelsterly, recordó su legado pictórico:
Fue un hombre transparente como persona, como en su pintura que rompió paradigmas, de una honestidad crítica, que nos obliga a pensar y reflexionar”.
Las palabras por parte de familiares también se pronunciaron, de Laura Advendini, sobrina cercana del pintor, quien lo recordó “un tío divertido, cariñoso y cálido, temeroso pero respetuoso de su padre, y gran admirador de su madre por la alegría y disfrute de la vida, una persona bondadosa y detallista”.
Por su parte Liliana Pérez Cano destacó que se trató de un hombre congruente y honesto con su pensamiento, al tiempo de afirmar que el gran legado que dejó fueron sus hijas:
“Como madre de sus hijas me enorgullece que hayan vivido de cerca el ejemplo de su padre, un hombre que vivió para crear y que se obsesionó con trabajar y dejar en sus creaciones el paso del tiempo, tema que le obsesionaba, dejando una huela intangible en su obra y su vida llevando su mensaje hasta el final.
Gabriela su sobrina me contaba que una vez Rafael le dijo que todos morimos poco a poco, el deterioro es lo que revela la intensidad de nuestras vidas y así lo demostró en su obra, el paso del tiempo es lo que le da vida a sus objetos y personas en su obra, por esa razón Rafael disfrutó cada momento de su propio deterioro, congruente con su filosofía y pasión de la vida sabiendo que el final se acercaba, siempre con una sonrisa y buen humor disfrutando la ultima etapa de su vida con gratitud y dignidad, haciendo honor al sello de su obra…”.
A principios de este año, el Colegio de San Ildefonso celebró los 50 años de trayectoria del artista con la exposición “Un Cauduro es un Cauduro (Es un Cauduro), misma que actualmente se encuentra en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo (MMAC) en Cuernavaca, Morelos, donde el artista radicaba.
Finalmente, Paola Pineda, directora de Proyectos Artísticos de la Suprema Corte Justicia de la Nación, recinto en donde Cauduro dejó plasmado el mural “La historia de la justicia en México” en donde se representan los ‘siete crímenes mayores’, recordó al artista como un “gigante intelectual”:
“Quien tuvo el privilegio de estar cerquita de él conoció a la obsesión hecha pasión en el continuo razonamiento de sus procesos, tuvo una efervescente necesidad de plasmar su diálogo interior con la sabiduría de entender nuestro tiempo y dejar ver lo que lástima, duele y mutila a la condición humana…
“Brindamos homenaje a la ventana que nos regaló para ver la belleza junto a la miseria humana, sé con certeza que sus obras es consecuencia de muchos otros mezclada con revelaciones inexplicables en su aferrada lucha por el instante creativo, una mente zigzagueante entre lo objetivo y subjetivo, la realidad y la fantasía, mundos que se cubren en distintos velos…”.
El acto culminó con guardias de honor de amigos, familiares y público asistente que se acercó a despedir al artista.