Brasil

Un megaoperativo policial deja decenas de muertos en las favelas de Río de Janeiro

El gobernador de Río, el bolsonarista Cláudio Castro, aseguró que esta acción representa "la mayor ofensiva jamás realizada contra el Comando Vermelho".
martes, 28 de octubre de 2025 · 22:22

El asalto masivo de las fuerzas de seguridad brasileñas contra el Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas del país, se convirtió en la acción más sangrienta en la historia reciente de Río de Janeiro. El operativo, desplegado en vísperas de grandes eventos internacionales en Brasil, deja un saldo provisional de 64 fallecidos y 81 detenidos. El gobernador local alerta de "una guerra" y pide apoyo al gobierno de Lula da Silva. 

Las favelas de Río de Janeiro amanecieron el martes bajo helicópteros, sirenas y fuego cruzado. Unos 2,500 agentes de diferentes cuerpos policiales se desplegaron desde la madrugada en los complejos de Penha y Alemão, dos de los conjuntos de favelas más densamente poblados y conflictivos de la capital carioca. El objetivo: desarticular a los principales líderes del Comando Vermelho (CV), una de las mayor facciones del narcotráfico junto con el Primeiro Comando da Capital (PCC) en el estado de Río y una de las más antiguas de todo Brasil. 

Hasta el anochecer, el balance oficial hablaba de 64 muertos, entre ellos 60 presuntos delincuentes y cuatro agentes, además de 81 detenidos. Las autoridades locales advirtieron que el número de víctimas podría aumentar, dado que los enfrentamientos continuaban en algunos sectores de las favelas. 

 

 

 

 

"La mayor ofensiva" contra el Comando Vermelho 

 

El gobernador de Río, el bolsonarista Cláudio Castro, aseguró que esta acción representa "la mayor ofensiva jamás realizada contra el Comando Vermelho". El operativo, coordinado por la Policía Civil y la Militar, buscaba capturar a cabecillas responsables del tráfico de drogas y armas que, según informes de inteligencia, pretendían expandir su control territorial hacia la zona norte de la ciudad. 

Los agentes incautaron más de 50 fusiles de asalto, municiones y una "cantidad enorme" de estupefacientes, según confirmó el gobernador en una entrevista con CNN Brasil. Imágenes difundidas en redes sociales muestran escenas de guerra: vehículos blindados avanzando entre pasajes estrechos, helicópteros sobrevolando techos de chapa y columnas de humo negro elevándose sobre las colinas. Según Castro, los miembros del CV ofrecieron una resistencia inédita, empleando incluso drones armados y barricadas para impedir el avance de las fuerzas de seguridad. 

 

 

Castro, además, tildó la situación de una "guerra que nada tiene que ver con la seguridad pública" y se quejó de que Río "está sola", por lo que reclama la asistencia de las Fuerzas Armadas y un mayor apoyo del gobierno nacional de Lula da Silva. 

El despliegue policial y la respuesta de la organización criminal causó dificultades en Río de Janeiro. La empresa RioOnibus, que controla el transporte público, aseguró que al menos 50 vehículos fueron robados y utilizados por los narcotraficantes para bloquear calles y avenidas. Además, algunas líneas de autobuses modificaron rutas para evitar los tiroteos y se presentaron largas filas en las estaciones del tren metropolitano y del metro. El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, garantizó que los transportes públicos continúan funcionando y extenderán sus horarios porque "Río no puede convertirse en rehén de los grupos criminales". 

El Comando Vermelho, fundado en la década de 1970 en el sistema penitenciario de Río, mantiene un dominio férreo sobre varias comunidades, donde impone su ley paralela. Su influencia se extiende más allá del estado carioca, con presencia en la Amazonía y vínculos en el tráfico internacional de drogas. La magnitud del operativo del martes refleja la dificultad de desarticular una estructura que se ha adaptado a lo largo de décadas, pese a las sucesivas ofensivas estatales. 

Un agente de policía se encuentra junto a varias personas ensangrentadas. Foto: AP/Silvia Izquierdo

 

Río bajo tensión 

 

El violento despliegue se produce a pocas semanas de que Brasil reciba dos citas internacionales de alto perfil: la conferencia mundial sobre el clima COP30, que tendrá lugar del 10 al 21 de noviembre en Belém, y el foro del C40, una red de grandes ciudades comprometidas con la lucha contra el cambio climático, que se celebrará en Río la próxima semana. 

Según fuentes oficiales citadas por Reuters, el gobierno busca reforzar la imagen de seguridad antes de estos eventos, aunque el saldo humano de la operación amenaza con abrir un debate político y social de gran envergadura. 

Organizaciones de derechos humanos y vecinos de las favelas denunciaron posibles abusos policiales, recordando la tragedia de Jacarezinho en 2021, cuando otra incursión dejó 28 muertos. Human Rights Watch (HRW) Brasil tildó de "desastre" el operativo policial y de "una enorme tragedia" lo ocurrido, a la vez que pidió a la Fiscalía investigar las circunstancias de "cada muerte". 

Aunque el gobernador Castro insistió en que el Estado "no retrocederá ante el narcotráfico", el alto número de víctimas revive la vieja controversia sobre la eficacia y la proporcionalidad del uso de la fuerza en las favelas. A la espera de cifras definitivas, la operación de este martes ya queda registrada como una de las más letales en la historia de Río de Janeiro. 

 

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