Historia
Francisco J. Múgica: No fue presidente, pero sus ideas siguen marcando agenda
La doctora en Historia por la UNAM, Anna Ribera Carbó, habla de la polémica sucesión de 1940, y aborda el hecho de que no se haya definido un programa oficial conmemorativo por el 70 aniversario del fallecimiento del general revolucionario.Al general revolucionario Francisco J. Múgica (1884-1954) se le rememora como el hombre de todas las confianzas del presidente Lázaro Cárdenas que, sin embargo, al momento de la sucesión presidencial quedó fuera y nunca gobernó México.
A él le habría gustado ser recordado cada 5 de febrero en el aniversario de la Constitución mexicana:
“Mi obra fundamental, mi aporte al país”, solía decir de ella.
Porque los artículos que hicieron de la Carta Magna de 1917 una de las más avanzadas en el tema social, en su momento, fueron propuestos por el general nacido en Tingüindín, Michoacán, el 3 de septiembre de 1884, y fallecido el 12 de abril de 1954.
Aunque ahora, en el 140 aniversario de su natalicio y 70 de su muerte, no se le esté organizando un gran programa oficial conmemorativo, como se le está dedicando a Felipe Carrillo Puerto (1874-1924).
Doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y autora del libro Francisco J. Múgica. El presidente que no tuvimos (FCE, 2019), Anna Ribera Carbó habla en entrevista con Proceso de ese impacto que tuvo el general y político michoacano en la construcción del México moderno:
“Es un personaje fundacional del siglo XX, no sólo fue diputado constituyente, fue el presidente de la primera Comisión de Puntos Constitucionales, como responsable de la radicalización del proyecto de Constitución presentado por Venustiano Carranza a la Asamblea Constituyente al término de la revolución armada. Él mismo reconocía que ese fue uno de los momentos fundamentales en su vida, porque radicaliza el artículo 3º estableciendo la laicidad en la enseñanza; del 27, que puso límites a la propiedad privada y estableció la soberanía del Estado sobre los bienes del suelo y el subsuelo, las aguas interiores, el mar territorial”.
Asimismo, añade el artículo 123, en el cual se establecen los derechos obreros; y el 130, en el cual se definieron las relaciones con la Iglesia:
“Esos cuatro temas marcan la agenda del siglo XX mexicano y son temas que seguimos debatiendo: la educación, la soberanía de los recursos, las leyes agrarias, desde luego las leyes laborales y la relación con el clero. En ese sentido es un personaje central”.
La cuestión es si el radicalismo de sus ideas ha trascendido a la actualidad y si está presente en los debates actuales. La investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) considera que, después de “grandes reformas regresivas a ese texto constitucional” realizadas a lo largo de varias décadas --entre ellas la energética de Enrique Peña Nieto--, ahora se están intentando retomar cuestiones como la soberanía energética:
“Y justo hoy, aniversario de la expropiación del petróleo (18 de marzo, día en que se llevó a cabo la entrevista), me parece que de alguna manera Múgica vuelve a estar vigente”.
Desde luego es un personaje que quedó muy olvidado, tal vez por el papel en la elección presidencial de 1940.
Pero a decir de Ribera Carbó, la viuda de Múgica, quien gobernó Michoacán y Tabasco, tuvo momentos trascendentales no sólo en la elaboración de la Carta Magna. El gobierno cardenista fue uno de ellos porque ahí se aplicaron sus contenidos, que hasta entonces eran sólo texto.
Con Cárdenas, en cambio, hacen un buen reparto agrario y se expide la Ley de Expropiación de 1936 que permite, un par de años después, la nacionalización del petróleo. Al mismo tiempo, había una gran movilización obrera con la creación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
Ahí, sigue la historiadora, está Múgica, primero como secretario de Economía Nacional, y tras la disolución del primer gabinete de Cárdenas, como secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, con lo cual “participa en todas las decisiones trascendentales del sexenio, sobre todo las de infraestructura, hace un trabajo muy importante en la construcción ferroviaria, de presas, caminos, carreteras”.
Fue un periodo donde las derechas se empeñaban en mostrar las “tendencias comunistas” en Lázaro Cárdenas, por lo cual éste prefirió delegar en Múgica --“la figura ideológicamente más cercana a él” -- asuntos como la recepción de refugiados políticos, entre ellos León Trotsky, con quien “prudentemente” el presidente prefirió no reunirse.
--Pero Múgica sí era más cercano al comunismo, ¿no podría decirse que fue marxista?
--No, no, el general Múgica desde luego manifestó su enorme simpatía por el pensamiento socialista, entendido como una propuesta justiciera que se empalmaba con los afanes de la Revolución en la cual él participó. Veían al socialismo como una meta a alcanzar en algún momento, pero nunca militó en el Partido Comunista, ni se definió a sí mismo como comunista.
Señala que hubo varios políticos mexicanos del ala más radical de la Revolución vinculados a la Constitución del 17, que ya de suyo era “muy radical” al poner límite a la propiedad agraria y restablecer la soberanía sobre los recursos. Por la influencia de la Revolución rusa, agrega, se adopta una terminología semejante a ésta, pero no era comunista.
--¿Mantendría su deseo de ser recordado el 5 de febrero luego de todas las reformas hechas a la Constitución, sobre todo la del periodo neoliberal a partir de Salinas de Gortari e incluso cuando con Peña Nieto se busca privatizar algunas de las industrias petroleras?
--Yo creo que sí. A él le seguiría gustando la idea de ser recordado ese día, justamente en defensa del texto original de la Constitución que ha sido terriblemente manoseado, alterado, tergiversado.
La sucesión del 40
Destaca la investigadora que después de las elecciones presidenciales de 1940, donde figura Manuel Ávila Camacho como uno de los posibles sucesores de Cárdenas, y no Múgica, éste se fue distanciando del Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y desde luego del Partido Revolucionario Institucional (PRI):
“Fue denunciando las desviaciones de los regímenes que siguieron, y finalmente apoyó a un partido opositor que justamente reivindicaba el texto constitucional en las elecciones del 52, donde apoyó a Miguel Enríquez Guzmán frente al candidato oficial”.
Reconocido, a decir de Ribera Carbó, como “maestro ideólogo” de Cárdenas, Múgica está marcado como el hombre que no llegó a la Presidencia, se quedó en el camino cuando la apuesta era que profundizaría en las radicales reformas del llamado Tata. De ahí el título del libro El presidente que no tuvimos...
La elección de ese año, explica, fue fundamental: la disyuntiva era continuar el proyecto radical o moderar el rumbo. Múgica ya había mostrado su propia posición siendo gobernador preconstitucional en Tabasco y en su paso por la Huasteca veracruzana, zona petrolera, donde se hizo amigo de Cárdenas y son testigos de la explotación petrolera.
Considera que la designación de Manuel Ávila Camacho no fue un “dedazo” --todavía no existía--, sino que las fuerzas al interior del partido se decidieron por la moderación, no directamente Cárdenas. Ya como presidente, Ávila Camacho nombra gobernador del territorio sur de Baja California a Múgica y secretario de Guerra a Cárdenas.
--¿Entonces Cárdenas no se debatió entre apoyar a uno u otro candidato?, ¿fueron las fuerzas políticas las que decidieron?
--Yo creo que evidentemente Cárdenas sí se debatió entre uno y otro. A lo largo de su sexenio se afectaron muchos intereses nacionales y extranjeros: de los grandes propietarios agrarios, los que tenían posesiones petroleras, los empresarios que vieron una presencia laboral tremenda, entonces había una derecha en pie de lucha.
Esas luchas se concretaron en la fundación del Partido Acción Nacional (PAN) en 1939, creado para frenar el proyecto cardenista. La derecha también vivía un momento trascendente en el mundo, y como muestra menciona el ascenso del nazismo en Alemania, el fascismo en Italia y el triunfo de la facción franquista en la Guerra Civil española.
Cree que Cárdenas intentó evitar una polarización que condujera a un alzamiento, como ocurrió con la República española, o en Italia y Alemania, y optó por la candidatura moderada de Ávila Camacho, quien de cualquier forme era “muy cercano a él” pues había sido su jefe del Estado Mayor y se tenían afecto. Aunque “a partir del 40 la Revolución se empezó a moderar”.
Se le comenta a la investigadora que hay una tentación, al imaginar lo que pudo ser el país, de hacer una comparación con Luis Donaldo Colosio, quien tampoco llegó a la Presidencia. Sólo que al priista se le idealiza a partir de un famoso discurso, cuando con Múgica hubo hechos muy concretos:
“Claro. Yo escribí una biografía del general Múgica (La patria ha podido ser flor. Francisco J. Múgica, una biografía política; INAH, 1999). Evidentemente, soy una enamorada de su figura histórica y política, y sí, 1940 es un año muy tentador para pensar lo que usted dice: ¿qué habría pasado en México sí hubiéramos continuado con el proceso de radicalización justiciera?
“Pero no lo sabemos, eran años donde el debate ideológico con la presencia del fascismo era muy fuerte, y se optó por un camino intermedio que fue salvar lo hecho hasta ese momento por los regímenes de la Revolución y no arriesgarse con un proyecto de mayor radicalismo”.
Conservadurismo
En el momento actual se habla también de dos proyectos de nación opuestos, uno que se creería más apegado al cardenismo, sobre todo en lo concerniente a energías, y otro al cual se señala de pretender la privatización.
--La elección de 1940, ¿deja alguna lección?, ¿algo de las ideas de Múgica deberían estar en las plataformas políticas, sobre todo de los sectores que se autonombran más progresistas?
--Es difícil. Hubo una tentación a la hora de la definición de las candidaturas en el partido oficial de tratar de definir quién era Ávila Camacho y quién Múgica. A mí siempre me pareció anacrónica la comparación, y no puede equipararse el proceso de 1940 con el de ahora.
“Pero algo sí es similar: el gobierno actual ha afectado intereses económicos muy poderosos, y también tenemos fuerzas conservadoras que quieren evitar que esto continúe. En ese sentido, creo que sí tenemos un escenario no idéntico --por supuesto han pasado muchos años y el país es otro--, pero hay esa similitud. Es decir, frente a la afectación, los grupos conservadores se organizan para evitar su continuidad.
“Y considero que en el partido oficial, evidentemente, se retoman algunos de los principios de la Constitución del 17 que tienen que ver con el intento de recuperar la soberanía energética perdida a raíz de las reformas peñanietistas, y desde antes en los cambios al artículo 27 que se reformó paulatinamente. Ahí sí hay una intención muy clara”.
Hay otros temas, dice la biógrafa, que no ve en la agenda actual, como el agrario: “No oigo hablar de una reivindicación de los pueblos comuneros, por ejemplo”. Pero ve “preocupaciones por temas estratégicos de lo que se llamó el nacionalismo revolucionario, que ahora tiene una suerte de renacimiento en el discurso oficial”.
Menciona, como ejemplos, los nuevos libros de texto que plantean como parte de un saber la formación de jóvenes con conciencia social, lo cual remite a un proyecto ideológico plasmado en la Constitución del 17.
Para concluir, dice, habría que hacer visibles para la historia a muchos personajes que, ante figuras como Cárdenas o Emiliano Zapata, quedaron en segundo plano. Uno es Felipe Carrillo Puerto, y otro desde luego Francisco J. Múgica, quien al haber redactado la Carta Magna “definió la agenda política por más de cien años”:
“Hoy seguimos debatiendo en torno a los grandes temas planteados en esa agenda que fue la Constitución”.
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Texto publicado en la edición 0011 de la revista Proceso, correspondiente a mayo de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.