Ernesto Villanueva

Comunicación presidencial, los retos

Cuando un gobierno utiliza estas debilidades estructurales para propagar discursos simplistas y efectistas, no sólo distorsiona el debate público, sino que también contribuye a una fragmentación social.
domingo, 20 de octubre de 2024 · 06:15

El nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de rectificar en el error por lo que hace a la política de comunicación desde el poder. Y existen, sin duda, grandes oportunidades de mejora para rehacer el discurso público que en estos años ha vivido una espiral de degradación que lastima el acuerdo en lo fundamental. Veamos.

Primero, el gobierno entrante debe asumir una responsabilidad ética al comunicar y evitar aprovechar la ausencia de masa crítica, la falta de alfabetización mediática y el déficit de pensamiento crítico en la sociedad para posicionar mensajes polarizantes que apelan más a las emociones que a la razón.

Cuando un gobierno utiliza estas debilidades estructurales para propagar discursos simplistas y efectistas, no sólo distorsiona el debate público, sino que también contribuye a una fragmentación social. Debe el gobierno, por el contrario, fomentar la educación cívica, el pensamiento crítico y la pluralidad informativa. Del otro lado, también habría que señalar que muchos críticos de la 4T han caído en el juego de la descalificación personal. Este enfoque ha desviado la atención del debate racional, reduciendo la discusión pública a insultos y polarización.

Al optar por agraviar al individuo en lugar de argumentar contra sus decisiones, muchos de estos críticos han contribuido a ese lamentable clima que enriquece el sesgo confirmatorio en las audiencias. Es crucial que tanto el gobierno como las oposiciones apuesten por una comunicación que privilegie los datos y las razones sobre los agravios. En este entorno los ciudadanos se ven forzados a tomar partido, limitando su capacidad de evaluar críticamente las ideas y propuestas que se presentan, lo que convierte el debate político en un espacio de conflicto. Rechazar la retórica destructiva, venga de donde venga, que únicamente alimenta la confrontación es un imperativo de los grupos mejor formados de la comunidad. Bien ha sostenido Habermas que la racionalidad consiste en emplear la comunicación como un medio para alcanzar el entendimiento. Hay que desplegar conductas hacia ello.

X: @evillanuevamx

ernestovillanueva@hushmail.com

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Fragmento del texto de Opinión publicado en la edición 0016 de la revista Proceso, correspondiente a octubre de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.

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