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Mexicanos en la "zona cero" de Turquía: "Seguimos rescatando gente con vida"
133 socorristas de la Sedena, la Semar y la Cruz Roja Mexicana, así como 18 perros, trabajan en el rescate de personas y de cuerpos atrapados en edificios que los terremotos colapsaron en Adiyaman, Turquía. Lo hacen en condiciones adversas: “El frío está muy intenso, hay momentos en que llueve".133 socorristas de la Sedena, la Semar y la Cruz Roja Mexicana, así como 18 perros, trabajan en el rescate de personas y de cuerpos atrapados en edificios que los terremotos colapsaron en Adiyaman, Turquía. Lo hacen en condiciones adversas: “El frío está muy intenso, hay momentos en que llueve y hay momentos que tenemos nieve, y, por el otro lado, estamos trabajando pegados a la frontera con Siria, con el problema de la guerra no es fácil meter la ayuda”, explica Isaac Oxenhaut Gruzko, de la Cruz Roja Mexicana, quien señala que después de varios días aún siguen rescatando personas con vida.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).–Después de una movilización de urgencia y un vuelo de 21 horas, seguido de otras siete horas en autobús, el equipo de rescatistas mexicanos alcanzó la ciudad de Adiyaman, en Turquía; se instaló rápidamente en la universidad y se trasladó de inmediato a la “zona cero” de ese municipio, devastado por los dos terremotos que sacudieron el sur de Turquía y el norte de Siria el pasado lunes 6.
Durante las primeras horas del jueves 9, los 133 socorristas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) y la Cruz Roja Mexicana y sus 18 perros localizaron y extrajeron 10 cuerpos sin vida de los escombros, hasta que alrededor de las 20:00 horas lograron rescatar a una mujer consciente, atrapada en un edificio colapsado.
“Hasta esta hora se sigue rescatando gente con vida, es un mito que después de 72 horas hay que retirarse porque ya viene la recuperación; seguiremos en la emergencia”, sostiene Isaac Oxenhaut Gruzko, coordinador nacional de socorros en la Cruz Roja Mexicana, en una entrevista que ofrece a Proceso un par de horas antes de darse a conocer el rescate de la mujer.
En Adiyaman, a unos 60 kilómetros de Gaziantep, el epicentro de uno de los terremotos, el grupo de rescatistas mexicano se enfrenta a condiciones de trabajo adversas: “El frío está muy intenso, hay momentos en que llueve y hay momentos que tenemos nieve, y, por el otro lado, estamos trabajando pegados a la frontera con Siria, con el problema de la guerra y de que no es fácil meter la ayuda”, recalca Oxenhaut.
El gobierno de Turquía estima que los terremotos de magnitud 7.8 y 7.5 que sacudieron el sur del país el lunes pasado –con nueve horas de diferencia entre uno y otro y cuyos epicentros distaban apenas 127– colapsaron más de 64 mil construcciones en 10 provincias, causando la muerte de más de 20 mil personas, una cifra preliminar que aumenta día tras día. A estas pérdidas se suman más de 3 mil 200 muertes reportadas en la región norte de Siria, controlada en parte por el gobierno y en otra por los rebeldes, fruto de 11 años de conflicto armado.
Oxenhaut recalca que cada uno de los 15 rescatistas de la Cruz Roja Mexicana que viajaron a Turquía participó en las labores de rescate durante los sismos de septiembre de 2017, pero sostiene que “no hay comparación” en la gravedad de los eventos, pues los daños de Turquía se equiparan más al terremoto que devastó la Ciudad de México el 17 de septiembre de 1985.
“Yo veo que este sismo es muy parecido al que vivimos en el 85, la cifra de muertos, si me hablan de 30 mil a mí en lo personal no me espanta: Yo creo que en México tuvimos demasiados muertos en el 85, y este lo veo muy similar en daños, si tú te acuerdas del 85, hubo zonas que se veían muy parecidas a lo que se observan hoy en día Turquía”, recalca.
Solidaridad mundial
Oxenhaut señala que la Media Luna Roja –el nombre de la Cruz Roja en los países musulmanes– de Turquía también tiene una larga experiencia en rescate, pues envió equipos de apoyo cuando tembló en México en 2017. El lunes pasado la Media Luna se movilizó de inmediato, junto con los más de 53 mil agentes que el gobierno turco desplegó para encontrar personas con vida. Pero Oxenhaut afirma que ningún país puede atender por sí solo un desastre de estas dimensiones.