Cineteca Nacional

Buñuel renovado: Otro estreno de "Ensayo de un crimen"

Carlos Édgar Torres Pérez, director de Acervos de la Cineteca Nacional, explica los pasos que su equipo técnico siguió para intervenir aquella película rodada por el cineasta español hace casi siete décadas, en 1955, cuando por última vez filmó la actriz checa Miroslava.
domingo, 24 de abril de 2022 · 10:11

Carlos Édgar Torres Pérez, director de Acervos de la Cineteca Nacional, explica los pasos que su equipo técnico siguió para intervenir aquella película rodada por el cineasta español hace casi siete décadas, en 1955 (y que denomina como uno de los “grandes clásicos”), cuando por última vez filmó la actriz checa Miroslava. El detallado proceso, en el cual se trabajaron alrededor de 12 mil 589 cuadros de la obra, se prolongó durante 21 semanas. La nueva versión fue proyectada en el 74 Festival de Venecia y es la joya que México exhibe en su 71 festival mundial del año.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– El 20 de enero de 1955, el cineasta español Luis Buñuel comenzó el rodaje del largometraje mexicano Ensayo de un crimen, inspirado en la novela homónima de Rodolfo Usigli (Ciudad de México, 1905-1979), el cual estrenó el 3 de junio del mismo año en el cine Palacio Chino de México y ahora, restaurado, vuelve a las salas.

La historia fílmica es parte de la 71 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, por lo que desde el 8 al 25 de abril se podrá ver en el recinto de Xoco y del 14 de abril al 8 de mayo en 18 sedes más del área metropolitana de la Ciudad de México, como Cinépolis y Cinemex (www.cinetecanacional.net/micrositios/muestra71).

El filme –último en el que trabajó la actriz checoslovaca Miroslava Stern al lado del mexicano Ernesto Alonso, ya que fue hallada muerta el 9 de marzo de 1955 en su casa debido a una sobredosis de barbitúricos– pertenece al Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana (STPC), y primero tuvo como título La vida criminal de Archibaldo de la Cruz.

Carlos Édgar Torres Pérez, director de Acervos de la Cineteca Nacional, institución donde se encuentra resguardado el negativo original de Ensayo de un crimen (con 67 años de antigüedad), informa que fueron restaurados alrededor de 12 mil 589 cuadros de esta obra y todo el proceso duró 21 semanas de trabajo, entre 2017 y 2018. La cinta se exhibió en la sección Venice Classics del 74 Festival de Cine de Venecia.

La historia, que escribió el mismo Buñuel (Calanda, España, 1900-Ciudad de México, 1983) junto con Eduardo Ugarte (Guipúzcoa, 1901-México, 1955), es sobre Archibaldo de la Cruz, quien se halla obsesionado con la muerte desde que era niño. Los fallecimientos de varias mujeres cercanas a él hacen que crea que es un asesino. Entonces, Archibaldo expondrá la historia de su vida ante un juez, donde mezclará realidad e imaginación, aunque confiesa que intentó asesinar a esas mujeres, mas siempre falló.

También participan en ese relato en blanco y negro, de 89 minutos, las artistas Rita Macedo, Andrea Palma y Ariadna Welter.

“Es apasionante, valioso, maravilloso y un lujo poder trabajar con estas películas que son grandes clásicos del cine mexicano”, resalta Torres Pérez (Ciudad de México, 1976).

Comienza la intervención

La idea de restaurar Ensayo de un crimen surgió porque se organizaba la exposición Buñuel en México que albergó la Cineteca Nacional del 30 de octubre de 2019 al 19 de abril de 2020; empero, la pandemia hizo que se cerrara en marzo.

Torres Pérez, egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), informa en entrevista en su oficina de la Cineteca que con esa exhibición se programaría una retrospectiva de películas que Buñuel creó en el país:

“Lamentablemente muchos de esos filmes todavía no habían sido transferidos a formatos digitales. Afortunadamente aquí en la Cineteca contamos con el Laboratorio de Restauración Digital, creado en 2012, y tenemos equipos que nos permiten transferir, digitalizar y restaurar las cintas. Desgraciadamente es un trabajo lento, complicado, no podemos intervenir todas las películas como quisiéramos; pero se escogió a Ensayo de un crimen porque es considerada una de las grandes obras del cine nacional y se efectuó un acuerdo con el STPC para restaurarla.”

El negativo original, en buen estado y guardado en las bóvedas, se comenzó a intervenir. Explica emocionado el exencargado de Conservación y Acervo de Materiales del CCC y etnógrafo visual:

“Siempre, el equipo de restauradores que labora acude a la sala de cine a ver la película. Se proyecta una copia con la intención de que todos los involucrados tratemos de captar y plasmar la esencia del filme. Conocer sus defectos; cómo se encuentra la luz, el blanco y negro, el sonido, obviamente la historia y la fotografía.”

Relata que primero se efectúa una investigación:

“Cada proyecto de restauración genera una serie de documentos. Poseemos todos los datos de cuánto dura la película, en qué año se produjo... Si es un largometraje anterior a los cincuenta, sabemos que está hecha sobre soportes de nitrato, y si es posterior entonces ya es un soporte de acetato. Cuántos rollos son –en este caso nueve–; cuántos fotogramas son, porque sólo así sabremos si la cinta se halla completa, en fin. Todas esas consideraciones se toman en cuenta.”

Se refiere al buen estado del negativo de Ensayo de un crimen:

“Es realmente sorprendente su buena situación, porque muchas veces lo que pasa es que películas muy exitosas poseen negativos muy maltratados porque les sacaron copias; sin embargo, esta película pertenece todavía a un periodo en el cual efectuaban duplicados de los negativos. Muchas veces, en filmes de los años sesenta, setenta y ochenta, por la crisis económica, se realizó el copiado directamente del negativo y eso los deterioró.”

Subraya que en la Cineteca se digitaliza con la más alta calidad posible:

“En este caso el escáner nos da 3K, y a partir de ahí se trabajan todas las imágenes. En ocasiones se va laborando por secuencias, otras veces hay que intervenir cuadro por cuadro. La idea es eliminar aquellos rastros del tiempo, las rayas, el polvo, manchas que no pertenecen en realidad a la obra, se quita la inestabilidad, de pronto la película se encoge, entonces brinca… En un primer paso, se estabiliza la imagen para que el cuadro no brinque. Obviamente hay que distinguir de lo que es un movimiento de cámara a propósito.”

Otro elemento que se retira digitalmente es el parpadeo, provocado muchas veces por el copiado del negativo, y explica el proceso a detalle:

“Se retira la variación de luz. A veces hay fotogramas rotos porque en algún proceso el negativo se rompió. El polvo que es muy común se va adhiriendo a los materiales o ciertas manchas de algún líquido, incluso a veces hay pegamento. Primero se limpia físicamente y aquello que no se alcance a eliminar de forma física se retira después de forma digital. Se quitan igual, por ejemplo, las marcas de cambio de rollo. En las películas antiguas existe una perforación en el lado derecho que les indica a los proyeccionistas que viene el cambio de rollo, a veces es algo pintado con lápiz graso, lo cual se borra.”

Procesos arduos

–¿Primero es la inspección y segundo la restauración?, se le pregunta a Torres Pérez.

–Sí. Son dos procesos de restauración. Por un lado es la inspección y la restauración física del material fílmico, de la película, que es nuestra materia prima. Después de eso pasa al digital, y se valora y revisa que todo esté en parámetros adecuados, lo que es el control de calidad. Luego pasa a la restauración digital. Todo eso es un proceso bastante laborioso.

“Y el sonido se hace a la par. Por un lado corre la imagen y por el otro corre el sonido. Existen también negativos de sonido y positivos de sonido, y hay que valorar cuál de los dos presenta la mejor calidad. Se restaura físicamente si hubiera daños, enseguida se digitaliza para realizar un control de calidad y luego se efectúa la restauración digital. Se sincroniza la imagen y el sonido, los diálogos.”

Se sigue con una ecualización: 

“Se retira el ruido que podría ser ruido de fondo. A veces es la suciedad que podía sonar como ruido, por lo que hay que limpiar. Muchas personas nos dicen que las películas restauradas se ven mejor y se escuchan mejor, eso a veces es muy cierto porque la tecnología digital de pronto ha llegado a niveles muy altos.”

–En este caso, la película Ensayo de un crimen es en blanco y negro. ¿También se deterioran estos colores?

–Sí, se van degradando también. Depende mucho de cómo se haya hecho el proceso. Si se hizo adecuado, es decir, se filmó con la luz correcta y todo el proceso fotoquímico se realizó de forma adecuada con la temperatura, si se siguió un buen procedimiento en laboratorio y después se resguardó adecuadamente, ese material va a estar en buen estado. Si se almacenaron mal esas latas, puede haber variaciones en la tonalidad.

Curiosamente, el material blanco y negro “al ser más sencillo en su esencia, es mucho más estable; en cambio el material de color sí tiene procesos de degradación mucho más severos”. Aclara que el último proceso es justamente el color:

“Existía una máquina que se llamaba el analizador de color, donde se sentaban el analista con el cinefotógrafo y ellos iban determinando la luz correcta para cada secuencia. Hoy en día, con las herramientas digitales, la verdad es que se pueden mover todos los parámetros de luz, puedes alterar individualmente. Nosotros somos muy respetuosos de la obra. Si una película está hecha en blanco y negro es por algún motivo, por una elección y una decisión creativa. En los años cincuenta ya existe el color y podrían haber firmado Ensayo de un crimen a color, si así lo hubieran decidido.”

–Es un blanco y negro sencillo, ¿verdad?

–Exacto. No es esta fotografía majestuosa con paisajes, porque obviamente es una película citadina, un poco más oscura, más gris. Además respetamos la cinefotografía, para la cual se utilizan referencias fotográficas que se tienen aquí en la Cineteca. Igual disponemos de carteles y algunas veces de los guiones que hay en el Centro de Documentación. El guion te va a decir si es de día, en la mañana o en la tarde, o si es de noche. Ese tipo de notas a nosotros nos funciona muchísimo para poder plasmar la esencia de la película. Existen compañías diversas que ofrecen servicios de restauración; pero nosotros tenemos todo un abanico de posibilidades, por los materiales con los que contamos: el guion, las fotografías, los carteles, la propia película en soporte cinematográfico. Si hubiera de pronto un defecto o faltantes de cuadros siempre puedes acudir a esas fuentes y revisar.

Además, en la restauración se ocupan entre 15 y 17 personas:

“Hay restauradores, un químico, una historiadora, ingenieros, especialistas de sonido y color y postproductores. Somos muy exigentes y comprometidos. Los equipos que manejamos son muy elaborados y muy costosos.”

Hacia 1958, Agustín Jiménez recibió el Ariel a Mejor Fotografía. Un año antes, la crítica francesa reconoció a la historia como la Mejor Película Exhibida en Francia, y se le consideró entre los 10 mejores largometrajes del año por la revista especializada Cahiers du cinema.

Cuando Buñuel hizo Ensayo de un crimen, en México la televisión en blanco y negro era la novedad y ganaba mucho terreno. Miguel Alemán (presidente de México 1952-1958) nombró a Eduardo Garduño al frente del Banco Nacional Cinematográfico, si bien la crisis del cine nacional se agravaba…

Preservación digital

Se le menciona a Torres Pérez que existe la preocupación en todo el mundo de si una película digital puede durar mucho, y responde:

“Ha sido una controversia desde hace ya varios años… Creo que llevamos fácil unos 12 o 15 años hablando de la preservación digital. Hoy en día la gran mayoría de los especialistas están de acuerdo en que el único soporte que ha demostrado hasta ahora durar más de 100 años, es el cinematográfico. Surgió en el siglo XIX, 1895. Las imágenes de Ensayo de un crimen tienen más de 60 años y están en perfecto estado, mientras que los formatos videográficos –existen más de ochenta– se han deteriorado muy rápidamente, no cumplen con la calidad que alcanzó en su momento el material cinematográfico.

“El digital ha alcanzado una calidad estupenda, maravillosa, equiparable al formato cinematográfico; sin embargo, la tecnología avanza tan rápido y va cambiando constantemente que deja atrás los formatos antiguos. Puede durar mucho tiempo siempre y cuando hagamos el trabajo de migración, de estar pasando de un formato a otro. Es estar siempre actualizando, lo cual es interminable.”

En conclusión:

“Los especialistas dicen que la resolución 6K es suficiente para la ­película de 35 milímetros. Quizá dentro de 10 años surja otra cosa; pero lo cierto es que está demostrado que conservar los formatos digitales es más caro que mantener los materiales cinematográficos, porque se debe migrar, migrar y migrar todo el tiempo.”  

Reportaje publicado el 17 de abril en la edición 2372 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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