UDLAP

Padres de familia culpan al gobernador: Daños millonarios a la UDLAP

Las pérdidas en la UDLAP tras siete meses de cierre son múltiples y afectan por igual a la institución –que alberga la segunda colección de arte privada más grande del país– y a la comunidad académica y estudiantil. Para defender a estos últimos, padres de familia presentaron una demanda colectiva.
viernes, 18 de febrero de 2022 · 07:04

Las pérdidas en la Universidad de las Américas Puebla tras siete meses de cierre son múltiples y afectan por igual a la institución –que alberga la segunda colección de arte privada más grande del país– y a la comunidad académica y estudiantil. Más de 300 proyectos de investigación quedaron en suspenso a causa de la intervención del campus, azuzada por el gobernador Miguel Barbosa Huerta, dice el grupo de padres de familia que presentó una demanda colectiva por esa toma. Ricardo Nevarez, quien encabeza la demanda, aclara que no defienden a la familia de los Jenkins, sino a las víctimas: los alumnos, los profesores, los investigadores…

PUEBLA, Pue. (proceso).- El 29 de junio de 2021, cuando el juez civil de Cholula Cuauhtémoc Blásquez, con el apoyo de un centenar de granaderos, dio posesión del campus de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) al patronato nombrado por el gobierno de Puebla, no se llevó a cabo ningún inventario.

En la UDLAP está la segunda colección privada de arte más importante del país, con más de 600 piezas, entre ellas obras de Rufino Tamayo, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. También hay 160 laboratorios y talleres en los que, en 10 años, se han invertido más de mil millones de pesos para equiparlos con tecnología de punta. Y la biblioteca principal cuenta con libros del siglo XVI que requieren refrigeración.

Algunos académicos refieren que en los últimos meses la UDLAP hizo una inversión para equipar las 280 aulas con cámaras y equipos de audio –que permitían un seguimiento a los movimientos de los maestros– para responder a las exigencias del sistema de educación híbrido que requiere la pandemia de covid-19.

En los dormitorios de las residencias para estudiantes foráneos quedaron atrapadas pertenencias de cientos de alumnos: bicicletas, ropa, laptops, libros. Igual pasó a los maestros que no tuvieron tiempo de sacar sus pertenencias y documentos de oficinas y cubículos.

Cuando la policía ingresó al campus, narra el doctor Miguel Méndez Rojas, maestro de las carreras de nanotecnología y de química, apenas tenían un mes de haber retomado actividades, de manera escalonada, tras el confinamiento.

Había equipos, como el de resonancia magnética, que tardan más de un día en echarse a andar, que acababan de ser encendidos y que así quedaron cuando policías, equipados con armas largas, echaron al personal y estudiantes del campus.

Tuvieron que pasar semanas para que el patronato que encabeza Horacio Magaña permitiera a personal especializado ingresar a los laboratorios a apagar esos equipos. “Esto no se hizo en las mejores condiciones”, admite, por lo cual dice que ahora hay dudas sobre qué encontrarán al retomar las instalaciones.

En el anfiteatro había cadáveres que fueron donados para las prácticas de estudiantes de medicina; también animales de laboratorio, materiales, reactivos, muchos de los cuales ya estarán echados a perder, comenta Méndez.

A siete meses de la toma, por la cerca perimetral pueden observarse matorrales donde antes había jardines y pasto.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2363 del semanario Proceso cuya versión digital puedes adquirir aquí.

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