Como un espejismo en el desierto, el éxito de la selección argentina en el Mundial de Qatar 2022 representa “un bálsamo” para la afición de este país, que atraviesa una cruda crisis económica que los tiene “viviendo al día”, explica el antropólogo social Carlos Prigollini. “En Argentina el futbol se vive en desmesura y como un factor identitario; es la identidad que no te dan los sindicatos ni los políticos o representantes por los cuales votas”, reflexiona el especialista sobre el fenómeno del balón en la nación sudamericana.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La albiceleste llega a una nueva final de la Copa del Mundo, la sexta en su historia, y lo hace en un contexto en el cual Argentina se encuentra sumida en una nueva crisis económica.

Carlos Prigollini, antropólogo social, periodista y escritor argentino, es claro: “El futbol es un bálsamo, pero también es las vacaciones de los pobres”. Agrega que “no porque gane Argentina su tercer Mundial la situación económica va a cambiar en el país”.

De acuerdo con el Índice de Precios del Consumidor, los costos de alimentos (verduras, frutas, tubérculos y legumbres) subieron 6.9% en octubre último respecto de septiembre. Y la inflación acumulada en 2022 es de 76.6%.

El Banco Central de la República Argentina estableció que en octubre pasado la mayor tasa mensual de depreciación del peso argentino, desde que gobierna Alberto Fernández (tomó posesión del cargo el 10 de diciembre de 2019), cayó 6.51% respecto del dólar estadunidense.

Además, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la nación sudamericana, hasta septiembre del presente año en Argentina 37.9% de su población (45 millones 808 mil 747 personas en 2021) se encontraba en pobreza, mientras que el desempleo afectó a 7%.

En 2018 el entonces presidente de Argentina, Mauricio Macri, acordó con el Fondo Monetario Internacional un préstamo de 50 mil millones de dólares para bajar el déficit y la inflación. Hasta junio pasado Argentina debía 45 mil millones de dólares a dicho organismo, convirtiéndose así en la principal nación deudora.

En entrevista para este semanario, Carlos Prigollini, exiliado en México desde hace 44 años como consecuencia de la dictadura de Jorge Videla, explica la importancia que tiene el futbol en su país de origen, sobre todo por la crisis en la cual se encuentra sumida.

“El balón y las victorias a partir de él alimentan el imaginario colectivo, crean una ilusión y cambia el humor social. En Argentina el actual presidente, Alberto Fernández, prometió que iba a haber cambios en el Poder Judicial, también en la Ley de Medios y que recompondría las jubilaciones… y, bueno, son promesas electorales que siguen pendientes. Hay, tal vez, buenas intenciones, pero obviamente los poderes fácticos no te dejan llevar a cabo un gobierno dentro de las promesas que hiciste.

“¿Y qué hacemos ante esto? ¿Nos quedamos con el triunfo de la selección? La luz, el gas, el transporte y alimentos no se van a pagar solos; no va a cambiar la situación, pero tenemos que seguir adelante. Una cosa es la política y otra cosa son los políticos”.

El periodista lamenta que, en este momento, a causa de la crisis económica, los argentinos viven al día; y claro, “durante el partido ante Francia las calles estarán vacías… La posible obtención de la Copa del Mundo será algo efímero, pues dicha victoria no terminará con los problemas de la gente, pero ayudará a desahogar la frustración, coraje, la bronca y malestares”.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2407 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.