Selección Mexicana

Selección mexicana de futbol: Los pecados del "Tata"

“La terquedad” de jugar con futbolistas que no viven su mejor momento, no cambiar su estilo de juego, desaprovechar a jugadores que tienen éxito en México y en Europa y no adaptar su estrategia en la cancha con los recursos humanos que tiene son algunos de los errores que comete Martino.
domingo, 16 de octubre de 2022 · 11:56

“La terquedad” de jugar con futbolistas que no viven su mejor momento, no cambiar su estilo de juego, desaprovechar a jugadores que tienen éxito en México y en Europa y no adaptar su estrategia en la cancha con los recursos humanos que tiene son algunos de los errores que comete Gerardo El Tata Martino al frente de la Selección Nacional de México. Así de claro lo exponen en entrevista los analistas Raúl Méndez y el futbolista en retiro Marc Crosas, quienes diseccionan el planteamiento táctico del entrenador argentino.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– La contratación de Gerardo Martino como entrenador de la Selección Nacional de México no fue un error, sino una promesa incumplida debido a que el dibujo táctico y estilo de juego que ha desplegado sólo funcionó durante el inicio de su proceso y, pese a ello, el argentino se ha empecinado en mantenerlo.

La negatividad que históricamente ha acompañado al Tricolor durante los procesos mundialistas se ha exacerbado con Martino rumbo a Qatar 2022, como consecuencia de su “terquedad” por mantener una formación 4-3-3 que no se adapta a los futbolistas mexicanos, además de que no ha logrado desplegar un juego colectivo –por lo cual depende de las individualidades–, y los cambios que realiza en los partidos son sólo nominales y no sirven para ajustar su plan de juego.

En entrevista con Proceso, dos especialistas de la cadena TUDN diseccionan el trabajo de Gerardo Martino. El periodista Raúl Méndez, quien cubrió a la Selección mexicana entre 2008 y 2018 y ha estado en los Mundiales de Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018; y Marc Crosas, futbolista en retiro y ahora analista, consideran que en cuanto a táctica esos son los pecados de El Tata, pero aclaran que él no es el único responsable de la nueva crisis futbolística que atraviesa el equipo.

Errores

Ambos refieren que la primera equivocación que cometen aficionados, directivos del futbol y quienes trabajan en los medios es que siempre consideran al director técnico nacional en turno como “el salvador” o “el héroe” que guiará a México al famoso “quinto partido” mundialista. Cuando el objetivo no se logra, o el camino hacia la Copa del Mundo se torna espinoso, lo transforman en “el enemigo público número uno” o en “villano”, y se olvidan que la responsabilidad debe ser compartida con los jugadores y con la propia estructura con la que opera el futbol mexicano.

Así, al deslindar las responsabilidades rumbo a Qatar 2022, que comienza el próximo 20 de noviembre, lo que le corresponde a Gerardo Martino es que generó grandes expectativas, pero erró desde el día en que fue presentado como seleccionador nacional, pues anunció que jugaría con la formación 4-3-3 que lo caracteriza y que le dio muy buenos resultados en el Newell’s de Argentina y con las selecciones de Paraguay y Argentina, cuando es muy claro que los futbolistas mexicanos no se adaptan al dibujo táctico con el cual ha trabajado durante toda su carrera.

“Es más la incertidumbre y la negatividad a menos de dos meses del Mundial porque no ha acertado en el estilo para jugar. México debería ser un equipo propositivo, que tiene la pelota, que busca atacar, pero ¿tenemos los jugadores para desarrollar ese estilo? La primera labor de un entrenador es ‘adáptate a lo que tienes, no impongas una idea’.

“A partir de ahí desarrollas un estilo que proyecte las fortalezas del futbolista mexicano. Martino se casó con un estilo que en un principio le funcionó. Con los resultados en favor no hablábamos de las formas, pero cuando comenzaron las derrotas, sobre todo ante Estados Unidos, vinieron los cuestionamientos”, explica Raúl Méndez.

El periodista especializado en futbol refiere que defensivamente la selección es un equipo vulnerable y lento. El mejor jugador en esa línea es Johan Vásquez (del Cremonese de la Serie A de Italia), a quien Martino convoca poco, y cuando lo llama no juega; y si lo hace, es como lateral y no como central, que es donde se desempeña en el calcio.

El futbol europeo, el que marca el paso a escala mundial, es muy rápido y dinámico; se juega a uno o dos toques y con mucha movilidad. La Selección Nacional carece de ello y no es rápida tampoco en el medio campo.

“Para que puedas abrir a las defensas rivales, que te van a estar esperando y presionando para que no puedas salir o se cierran atrás, tienes que manejar la pelota rápido. Lo que vemos es que los volantes se tardan en tocar la pelota y, cuando por fin se adelantan, el rival ya se cerró. Por eso a México le cuesta mucho abrir a los rivales.

“Necesitas que los delanteros sepan abrir los espacios y la Selección no tiene jugadores para eso. El mejor era Raúl Jiménez, que físicamente no está listo, no ha recuperado su confianza, así que todos los ataques son ‘denle el balón al Chucky Lozano’, a quien los rivales cosen a patadas.

“Dice El Tata que con este estilo se proyectan los laterales, pero en el último tercio de la cancha, que es donde tienen que ser decisivos, su porcentaje de efectividad es muy bajo (de Jorge Sánchez, Jesús Gallardo o Gerardo Arteaga). Cuenta la cantidad de pases que tiran y cuántos realmente definieron una jugada. Son velocistas, sobre todo Jorge Sánchez, que es un buen marcador, pero arriba les cuesta mucho.

“Si les quieres dar tanta importancia a los laterales, tendrían que pesar mucho más, porque el ataque se basa en lo que haga el Chucky, que lleguen tus laterales y que Tecatito Corona –si es que está listo para el Mundial– rinda. Por eso la Selección mexicana despierta muchas dudas, porque, además, no tiene variantes.

“Un entrenador maneja diferentes escenarios: su plan original y un B o C. Ahí yo veo muy poca capacidad de reacción. Los cambios de Martino son nominales, tiene su 4-3-3 y últimamente ya empieza a jugar un 4-2-3-1, pero saca al lateral derecho y mete otro lateral derecho, saca a un medio interior derecho y mete a un medio interior derecho, saca a su centro delantero y mete un centro delantero. Eso ocurre hasta en partidos de preparación en los cuales puede experimentar, y no lo hace. Aquí tal vez también (pasa eso) por la presión del medio, que le obliga a entregar resultados”, expone Méndez.

–¿Eso fue  lo que le pasó en la derrota ante Colombia?

–El primer tiempo fue muy bueno, pero en el segundo tiempo Colombia metió a sus futbolistas estelares, quienes juegan a otro ritmo, a otra velocidad, y México no tuvo cómo pararlos. Esa es otra cosa… Por eso insisto en que toda la crítica no tiene que concentrarse en Martino.

“¿Qué haces cuando tus recursos humanos son de cierta capacidad en comparación con una generación que tiene Colombia, con jugadores que están en el Atalanta (el delantero Luis Muriel) y en el Leeds (el delantero Luis Sinisterra) porque están en otro nivel?

“No es casualidad que de 1994 para acá en todos los Mundiales México ha quedado en octavos de final; y nos duele mucho aceptarlo, como si fuera algo negativo, cuando es algo que tiene mucho valor. En el ranking de la FIFA las primeras selecciones son europeas y sólo circulan ahí Argentina y Brasil, y te preguntas ¿a qué selección del top ten le puede ganar México? ¿A Bélgica? ¿A Alemania? ¿Francia?”, insiste Méndez.

Lesiones, otro handicap

Crosas no deja de lado las bajas de jugadores que ha sufrido el cuadro Tricolor, pero considera que la principal flaqueza de Martino ha sido no encontrar soluciones, lo cual incluye cambiar en lo colectivo.

“Ese ha sido su gran pecado, la terquedad en insistir en unos futbolistas que no viven su mejor momento. También vemos los casos de Kevin Álvarez, de Luis Chávez, de Érick Sánchez, futbolistas que han vivido un muy buen momento, como también Henry Martín y Santi Giménez. Incluirlos es positivo, pero también hay algo no escrito: el síndrome del entrenador que se casa con sus ideas y pocas veces se deja influir por lo que opinen los demás.

“Él (Martino) tiene una idea muy marcada y la está intentando llevar a cabo con los hombres que ya conoce, y quizás también puede ser cuestión de capacidad, más allá de no querer moverle.

“Para mí hay un ejemplo muy claro: el partido contra Estados Unidos aquí en el Azteca, en la eliminatoria. Lo juega con Lozano, Raúl Jiménez y Tecatito Corona sin estar en su mejor momento futbolístico, esa era la realidad. También entiendo que, si no los hubiera puesto de titulares, la crítica generalizada habría sido muy dura, ‘¿por qué no los mete si son los mejores?’ Los cambios los hace hasta el minuto 80, pero tendría que haber reaccionado antes si ve que el equipo no funciona”, dice Crosas.

Tridente roto

En ese sentido, Méndez considera que Martino ha tenido mala suerte con las lesiones de Corona y Jiménez, aunque la realidad es que el famoso tridente que se completa con Hirving Lozano tampoco funcionó.

“Las lesiones son riesgos que todos los entrenadores saben que en algún momento van a sufrir, por eso el juego colectivo debe ser la base para que las individualidades sólo marquen la diferencia. Aquí no tenemos la base y estamos esperanzados a que con ellos la Selección va a ganar, cuando está demostrado que no funcionó el tridente.

“El más consistente ha sido Lozano, porque, sin ser un centro delantero, lo pones a jugar desde una banda y produce, pero Tecatito no es un goleador, es un asistente, centra y pasa para los demás. Jiménez aprovechó cuando no estaba Chicharito para tener la titularidad, pero llegó la fractura (de cráneo) y desde ahí es otro jugador.”

Otra tendencia del futbol mundial, destaca Méndez, es jugar con línea de cinco, como primera formación, algo que Martino ha implementado si acaso en cuatro partidos con la Selección, razón por la cual no domina ese sistema, que es con el cual juega Polonia, uno de los tres rivales a los que México se enfrentará en la primera ronda de la Copa del Mundo.

“Es preocupante porque las selecciones y clubes europeos implementan la línea de cinco; y si México en algún momento la necesita, no la sabe jugar. Para contrarrestar a un rival los entrenadores usan lo que llaman ‘formación espejo’, es decir, presentas una formación igual. México la ha jugado poco y no le ha funcionado, entonces necesita trabajar más la línea de cinco”.

–¿Fue un error traer a Martino a la Selección Nacional? –se le pregunta a Marc Crosas.

–Un rotundo no. A mí me convenció porque venía a darle una identidad clara al equipo y durante un tiempo lo mostró con este 4-3-3 un equipo ofensivo, protagonista: más allá de jugar con un solo delantero, los extremos cierran su posición, son ofensivos y pisan el área. Los interiores, además de controlar el juego, tienen la capacidad de llegar y anotar.

“Los laterales van constantemente al ataque, el equipo se siente muy cómodo defendiendo lejos de su propia área, y eso acaba facilitando el trabajo defensivo porque siempre estás en terreno rival. Eso nos inculcó un tiempo, luego no pudo darle continuidad y por eso llegamos con tantas dudas a Qatar.

“Cuando llegó era el técnico ideal, con las credenciales suficientes para entrenar a la Selección mexicana. Ahora, el ideal sería alguien que ya ha demostrado tener éxito en México, que conoce perfectamente al futbolista mexicano, puede ser el Jimmy Lozano, un técnico joven y que con paciencia podría llevar a cabo un gran trabajo, como ya lo hizo en el proceso olímpico (ganó bronce en Tokyo 2020).

“Puede ser Miguel Herrera, que ya lo hizo (dirigir al Tri) y lo ha demostrado con otros clubes a nivel nacional; puede ser Nacho Ambriz, quien no ha estado en la Selección como primer entrenador, pero que ya ha sido campeón en México y tiene una idea futbolística muy marcada, exitosa y ofensiva que agrada mucho.”

Culpas de las directivas

En la repartición de culpas habría que enlistar el diagnóstico eterno sobre el futbol mexicano: la falta de mexicanos en la posición de delanteros en la Liga MX, que los clubes juegan sus partidos con hasta ocho jugadores no formados en México, las pocas oportunidades para las jóvenes promesas y la manera como quienes sí las reciben pierden el piso y se olvidan del futbol; así como la resistencia de los clubes a prestar a sus jugadores para las distintas selecciones nacionales, la abolición del ascenso y descenso, los distractores por compromisos comerciales de la selección mayor.

“Al final de cuentas la Federación Mexicana de Futbol termina siendo un simple gestor de las decisiones de los dueños de los clubes del futbol azteca.

“El problema es de fondo. Las declaraciones de Martino en ese sentido son muy valiosas, nos tendrían que dejar pensando. Él ahora es el enemigo público número uno y es el culpable de todo y parece que está poniendo excusas. El Tata tiene una gran responsabilidad por el momento futbolístico que vive el equipo, pero los problemas del futbol mexicano perjudican directa o indirectamente a la Selección.

“Lo trajeron para cambiar esa historia y él ha cometido muchos errores, es una realidad, pero es que siempre acabáremos tropezando con la misma piedra”, dice Crosas.

–¿Fue un error elegir a Martino como seleccionador nacional? –se le pregunta a Méndez.

–No. No sé si era el ideal, pero sí fue una decisión acertada. Era un técnico internacional que había dirigido a Argentina, al Barcelona. A lo mejor nos estamos adelantando y ya lo estamos condenando antes de tiempo, hay que ver qué pasa en el Mundial. Por cómo llega, son más las dudas.  Se le va a juzgar por un resultado, pero imagínate que llega al quinto partido. No me digas que su proceso fue exitosísimo por eso.

“Obvio todos vamos a recordar que estuvimos en cuartos de final y eso quedará para la historia, pero si eres frío en el análisis, no jugó a un gran nivel. Al principio fue bueno, pero después, cuando se le acumularon las derrotas, vino la crítica justificada.” 

–¿Si no llega al quinto partido se va a ir igual que los demás o se va a ir peor que los demás?

–Si se queda en octavos de final, se va a ir como todos los demás. Tal vez nos duela reconocer que estamos entre los 16 mejores del mundo, que no está mal, y no es porque seas conformista; eres realista, es el nivel para el que te alcanza. ¿Cuál es el nivel de tu liga? ¿Cuál es el nivel de tus jugadores mexicanos? ¿Cuál el de los jugadores mexicanos que están en Europa? ¿Estamos entre los ocho mejores del mundo en todo eso? Eso es un reflejo de todo. No solamente son la Selección y Martino. Toda la estructura del futbol mexicano está ahí metida.

–Miguel Mejía Barón dice que él llegó a la Selección nacional como el bien amado y se fue como el mal querido, y parece que ese es el destino de todos los entrenadores –se le plantea a Crosas.

–Creo que no hay mejor descripción, y ahora el gran culpable de absolutamente todo es El Tata Martino. Hace cuatro años era Juan Carlos Osorio. Si nos vamos más atrás, Miguel Herrera, y más atrás, Javier Aguirre. Siempre hay algún culpable cuando los responsables en el futbol mexicano son muchos.

“Una sola persona no va a cambiar nada si los dirigentes siguen siendo los mismos, si los proyectos y los procesos siguen siendo los mismos, se llame Martino o, si me permites exagerar un poco, Guardiola o Mourinho.  Se llame como se llame, es muy difícil que cambie una historia tan repetida en el futbol mexicano. 

Reportaje publicado el 9 de octubre en la edición 2397 de la revista Proceso cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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