Sergio Ramírez

Conversación con Sergio Ramírez "Ortega entró a un mundo de irrealidad sólo por mantener el poder"

Proceso propició la conversación en Madrid, el pasado 26 de octubre, entre el escritor mexicano Jorge F. Hernández y Sergio Ramírez, exmiembro del FSLN y exvicepresidente de Nicaragua, quien ahora es acosado por el régimen de Daniel Ortega.
domingo, 7 de noviembre de 2021 · 11:47

Proceso propició la conversación en Madrid, el pasado 26 de octubre, entre el escritor mexicano Jorge F. Hernández y Sergio Ramírez, exmiembro del FSLN y exvicepresidente de Nicaragua, quien ahora es acosado por el régimen de Daniel Ortega, de quien el escritor nicaragüense dice que es un “iluminado” que secuestró y degradó la Revolución Sandinista y que incluso éste y su esposa, Rosario Murillo, se han adueñado de la figura legendaria de Sandino, hasta el grado de asegurar que uno de sus hijos es reencarnación del histórico rebelde nicaragüense. 

MADRID. (Proceso).– Desde su exilio español, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez dice –en una conversación-entrevista con el escritor mexicano Jorge F. Hernández, especial para Proceso– que acepta el destierro de su país, “como algo que no quisiera, pero que para mí es ine­vitable buscarle el mejor partido a la situación. De todas maneras yo tengo un asidero que es muy importante,la escritura; si yo no fuera escritor, sí estaría jodido de verdad”, porque “el ocio del exiliado siempre es fantasioso”.

Ahora, acusado criminalmente por el régimen de Daniel Ortega por los mismos delitos por los que hace 45 años lo persiguió el dictador Anastasio Somoza (terrorismo, traición a la patria, blanqueo de dinero), Ramírez habla del exilio y del azaroso camino de la Revolución Sandinista, en especial del secuestro y degradación que de ella hizo Ortega, con quien el escritor compartió iniciativas en la Junta de Reconstrucción Nacional tras el triunfo de la lucha armada (1979), además de ser vicepresidente durante el mandato de Ortega (1985-1990).

Nadie conoce mejor que Ramírez la deriva de Nicaragua gobernada por Ortega. Por ello no es gratuito que, de cara a las elecciones de este domingo 7, sea una de las figuras perseguidas –pese a tener 26 años alejado de la política– y que el régimen secuestrara en la aduana su más reciente libro Tongolele no sabía bailar (Alfaguara), porque la novela está fijada en 2018, cuando el régimen masacró a los jóvenes que salieron a protestar a las calles.

–En este escenario, quería soltarte la imagen de (Augusto) Sandino, con su sombrero Stetson, con esa mirada que tiene en la fotografía icónica del revolucionario nicaragüense –lanza Hernández en la conversación, el pasado 26 de octubre.

–Creo que una de las grandes tragedias que vive Nicaragua es la destrucción y el ninguneo de su figura, porque pasó a ser propiedad de Daniel Ortega y de su mujer.

“La gente identifica a Sandino con Daniel Ortega, porque ahora para mucha gente de la derecha y otra gente indiferente, aquel revolucionario nicaragüense es el gran bandido, como lo quiso pintar Somoza; como ese loco que decía dislates, espiritista y rosacrucista.

“Entonces esto sí que es una gran tragedia y una pérdida para mí: la figura de Sandino como la gran figura tutelar de la soberanía del país. Eso se ha perdido y ojalá algún día se vuelva a recuperar y que de verdad Sandino sea una figura nacional, el hombre que viniendo de un país tan pequeño y tan débil se atrevió a encarar la intervención extranjera, y eso hoy en día para mucha gente no tiene ningún valor.”

El exilio y la escritura

A partir del libro Adiós muchachos. Una memoria de la revolución sandinista (1999), en el que Ramírez recrea cómo vivió, como protagonista, la Revolución en Nicaragua (entre 1976-98), Jorge F. Hernández le cuestiona qué sucedió para que ahora, nuevamente, hayan girado una orden de arresto en su contra.

“Bueno, desde que me separé del Frente Sandinista –prácticamente a nosotros nos echaron del frente en 1995–, desde entonces se han venido acumulando agravios porque yo he asumido una posición muy crítica, y, bueno, culmina con esta orden de prisión.”

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2349 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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