Ajedrez

El ajedrez no se enseña, sólo se aprende

La enseñanza en ajedrez y en cualquier otro campo del conocimiento, tiene que ver con el desarrollo de las ideas que los alumnos pueden ir adquiriendo de acuerdo a los conocimientos presentados.
lunes, 9 de enero de 2023 · 09:23

CIUDAD DE MÉXICO (apro).–La frase que da título a esta columna es del excampeón del mundo, Mijaíl Botvinnik, el patriarca del ajedrez soviético el cual, curiosamente, tenía una escuela de ajedrez para alumnos avanzados. Vladímir Krámnik y Garry Kaspárov, entre otros, fueron pupilos de esta escuela. Y aquí lo interesante es la reflexión que hace Botvinnik. ¿Cómo puede ser que el ajedrez no pueda enseñarse? La frase tiene truco porque finalmente, la enseñanza en ajedrez y en cualquier otro campo del conocimiento, tiene que ver con el desarrollo de las ideas que los alumnos pueden ir adquiriendo de acuerdo a los conocimientos presentados.

Por ejemplo, si usted quiere estudiar física y enfrenta las leyes de Newton, no basta que se enuncien estas. Aquí hay que mostrarle a los alumnos ejemplos de cómo estas leyes se aplican en una infinidad de fenómenos físicos. Vamos, hay que tener un enfoque pragmático: que el alumno vea, sienta, se dé cuenta cómo las leyes se aplican y del cómo la naturaleza se comporta en la mecánica clásica. Cuando se ha aprendido esto, el conocimiento queda y así los estudiantes aprenden.

El proceso de enseñanza/aprendizaje es simple: no se trata simplemente de dar información y listo. Ahí no existe aprendizaje. Este último se da cuando el estudiante se involucra en el tema y cuando llega a sus conclusiones, lo cual lo hacen finalmente aprender un tema, capturarlo, hacerlo propio. Y entonces decimos que el alumno ha aprendido.

Regresando al ajedrez, si usted quiere mejorar en su nivel de juego, hay que dedicarse a trabajar fuertemente en los diferentes temas. Por ejemplo, si se trata de estudiar finales de peones, hay que interiorizarse en los métodos que se utilizan en esta parte del juego: el cuadrado del peón, la oposición, las casillas conjugadas, entre tantos temas. El estudioso debe analizar cada posición con cuidado y dudar siempre de los juicios de valor que hacen los autores de libros. Hay casos de finales muy conocidos, en donde alguien, incluso un oscuro aficionado, halló un movimiento que todo el mundo pasó por alto y que cambia en definitiva un resultado de empate al triunfo de uno de los bandos.

El tema de mejorar es recurrente en todos los ajedrecistas, pero de pronto la mayoría enfrentamos un bloqueo que parece no podemos sobrepasar. La razón de esto es que quizás damos cosas por sentado. No hacemos el esfuerzo correspondiente y entonces no profundizamos en las sutilezas de la posición, las cuales pueden enseñarnos finalmente a comprender la correcta evaluación de lo que ocurre en el tablero.

Tal vez también, hay que aceptarlo, el peor problema que padecemos los aficionados del ajedrez es que no tenemos el suficiente tiempo para poder estudiar. Y entonces trabajamos en la medida de lo posible. Y entonces muchas veces nos lamentamos porque vamos a competir y perdemos posiciones que no deberíamos perder nunca. Y de nuevo, la razón es que hay un cúmulo de elementos externos que nos impiden trabajar y mejorar nuestro juego.

¿Qué hacer? La única solución es encontrar más tiempo libre. Sin embargo, lo que se puede hacer ante esta limitación temporal para el estudio, es disciplinarse. Vamos, digamos que tenemos una hora libre por día para estudiar ajedrez. Pues bien, trabajemos en esa hora libre y hagámoslo con constancia, método y  disciplina. No faltemos a la cita del estudio. Ya lo decía Wilhem Steinitz, el primer Campeón del Mundo: "es mejor estudiar una hora por día que seis horas un solo día". De esta manera podremos paliar algunas de las dificultades de la falta de tiempo.

La enseñanza es simple: si trabajamos y nos involucramos en las posiciones que estudiamos, eventualmente se abrirá la percepción de muchas posiciones y entonces, estaremos aprendiendo. La enseñanza es en realidad un proceso de aprendizaje guiado, pero los alumnos son los que llevan la parte más pesada en este proceso.

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