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Ser mujer periodista en un país que naturaliza la violencia contra las mujeres

En los primeros cinco meses de 2022, 11 periodistas han sido asesinados en México, 3 de ellos son mujeres.
domingo, 29 de mayo de 2022 · 15:04

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–En los primeros cinco meses de 2022, 11 periodistas han sido asesinados en México, 3 de ellos son mujeres: Lourdes Maldonado López asesinada el 23 de enero en Tijuana, Baja California, así como Yesenia Mollinedo Falconi y Sheyla García Olvera, ambas asesinadas en Cosoleacaque, Veracruz el pasado 9 de mayo.

Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP, 2022), señalan que en el primer trimestre de 2022 hubo un incremento en el número de mujeres víctimas de delitos 11 de 15 diarias, además reportó 310 casos de feminicidio de enero a abril 2020. De acuerdo con el registro de CIMAC, cada 38 horas una mujer periodista o comunicadora es agredida por su labor de comunicar.

Para denunciar este riesgo latente para las periodistas, CIMAC convocó del 16 al 20 de mayo 2022 a la Semana Internacional por el Derecho Humano a la Libertad de Expresión de las Mujeres. Periodismo de paz para todas en la que participaron panelistas de países como Argentina, Ecuador, Uruguay, España, Guatemala y México.

Violencia contra las mujeres en los contenidos

La primera demanda consensada por las panelistas fue sobre la representación mediática de la violencia contra las mujeres. “La prensa en México muestra la violencia contra las mujeres como un espectáculo, responsabiliza a las víctimas de ser asesinadas, violadas o desaparecidas, por ello es necesaria la capacitación en perspectiva de género dentro de las redacciones, cambiar narrativas y construir espacios de diálogo, refirió Lucía Lagunes Huerta, directora de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), durante el conversatorio ‘Frente a la violencia machista en los medios, periodismo de paz’.

Beatriz Guillen Torres, periodista de ‘El País’, añadió que la publicación de fotografías o declaraciones que vulneran los derechos de las víctimas se propicia debido a que es poca la presión hacia las autoridades para evitar la difusión y castigo a los responsables.

Las panelistas coincidieron en la necesidad de hacer líneas editoriales que sean respetuosas sobre los derechos de las víctimas, exponer las responsabilidades del Estado y dejar de construir mensajes que relacionen de forma automática las palabras mujer y violencia, pues esto propicia miedo y genera un efecto adverso en la libertad y garantías de mujeres, niñas y adolescentes.

La experiencia de Cimacnoticias propone el ejercicio de un Periodismo de paz para las mujeres, el cual narre versiones oficiales, brinde datos sobre tipos de violencias y no permita replicar boletines con información que revictimizan a las mujeres.

Riesgos para las periodistas en las redacciones

De acuerdo con el registro de CIMAC en 18 meses de pandemia, se registraron 397 casos de violencia, 47 de ellos relacionados directamente con la cobertura de la crisis sanitaria. Crisis que incrementó la sobrecarga de las periodistas, profundizó las condiciones de precariedad, desigualdad y violencia que las periodistas ya vivían antes de la pandemia.

Si bien, la primera forma de violencia al interior de las empresas mediáticas son el acoso y el hostigamiento sexual, la falta de contratos y prestaciones laborales, la doble carga laboral para ellas, salarios más bajos en comparación con sus compañeros hombres y horarios que no concilian la vida laboral con la profesional, entre otras, van minando el ejercicio de la libertad de expresión de las mujeres. (CIMAC, 2008 y 2015)

Al riesgo en las coberturas periodísticas se suma la violencia y las desigualdades al interior de las redacciones. De acuerdo con Periodistas Unidas Mexicanas (PUM, 2021), 60% de las periodistas vive algún tipo de acoso sexual, “¿cómo concentrarnos en hacer periodismo cuando el 63% de las encuestadas identifica que los compañeros de trabajo son los agresores?, ¿cómo vamos a defender nuestras notas ante los editores sí el 49% dice que sufre acoso por parte de su jefe directo?, ¿cómo nos vamos a concentrar en las preguntas de una entrevista sí 43% dice que ha sido acosada por una fuente?. Ahí es donde empieza la violencia contra las mujeres periodistas que, simplemente pues, no te deja trabajar”.

Durante la pandemia, cuando se suspendieron las actividades no esenciales, el gremio periodístico continuó su labor. En medio de la pandemia, las empresas de medios tomaron medidas centradas en proteger su economía, no así en las necesidades de sus colaboradoras. Así mientras se incrementaron los gastos, el trabajo en casa y los riesgos, las periodistas vieron reducidas sus horas de trabajo y con ello su salario e incluso perdieron el empleo. Las condiciones de precariedad, desigualdad y violencia que las periodistas ya vivían antes de la pandemia, se agudizaron y dejaron al descubierto los impactos a nivel personal, familiar, profesional y económico, así como las vías que ellas trazaron para continuar con su labor a pesar del riesgo. Un 49% de las periodistas tuvo que conseguir un empleo adicional y 34% abandonó su actividad profesional debido al virus.

Desplazamiento forzado, desaparición y feminicidio, violencias extremas que viven las periodistas

CIMAC tiene un registro de 21 periodistas en situación de desplazamiento forzado interno, desplazamiento intermitente o exilio; 10 periodistas desaparecidas por ejercer su derecho a la libertad de expresión y 21 casos de feminicidio de colegas periodistas.

Balbina Flores, representante de Reporteros sin Fronteras denunció la impunidad que impera por parte de las autoridades, quienes cerrarían las carpetas de investigación si no fuera por la presión de los familiares y de organizaciones de la sociedad civil. La periodista explicó que, aunque las carpetas continúan abiertas, no cuentan con mecanismos pertinentes para una búsqueda efectiva, además, no se ha contemplado al ejercicio del periodismo como una de las posibles causas de su desaparición. Esto, pese a que México es el segundo lugar del mundo más peligroso para que los comunicadores desempeñen su trabajo, de acuerdo con la Campaña Emblema de Prensa.

Como muestra, María Esther Aguilar Cansimbe desapareció el 11 de noviembre de 2009 en el municipio de Zamora, Michoacán. Días antes había recibido amenazas de un jefe policial a quien removieron de su cargo por –se sospecha– investigaciones realizadas por la periodista sobre temas de corrupción y abusos de autoridad para el diario “Cambio de Michoacán”.

De acuerdo con Patricia Monreal, periodista quien en ese entonces trabajaba en el mismo periódico, el medio tardó una semana en dar a conocer la desaparición de la periodista. Lo mismo sucedió en con Índira Rascón García, una reportera de TV Azteca que murió atropellada en noviembre de 2015 durante una cobertura. Hasta este momento, la empresa no ha asumido ninguna responsabilidad al respecto.

La falta de investigación y garantías para el ejercicio de la libertad de expresión de las mujeres se repite en los casos de desplazamiento pues no existen planes de reintegración social y laboral para periodistas desplazadas ante las violencias que experimentan en México.

De acuerdo con el Índice de Paz México (IPM), en 2021, 44 mil 905 personas salieron de México a causa de las diferentes violencias que atraviesan al país. De estas víctimas del desplazamiento forzado, mil 455 son periodistas y, aunque una parte del gremio logra volver a su lugar de origen, hay un vacío importante en cuanto a planes que les ayuden a reintegrarse plenamente a su vida social y laboral.

En el ámbito gubernamental se encuentra la falta de una ley que considere los procedimientos jurídicos de actuación ante el desplazamiento forzado en México; toda vez que aunque existen mecanismos de protección para periodistas, éstos no son suficientes antes, durante ni después de los procesos de desplazamiento.

Las panelistas coincidieron en que frente a la indiferencia del Estado se necesita acompañar a las y los familiares de personas desaparecidas, así como exigir el establecimiento de procesos profesionales de investigación donde no haya trabas y se garantice la seguridad de periodistas y ciudadanía.

Rosy Rodríguez, representante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género mencionó que basta recordar a todas las mujeres desaparecidas, desplazadas o asesinadas en el ejercicio del periodismo, además de la criminalización de su trabajo y la violencia digital que las han expuesto a nuevos tipos de agresiones. A esto, se ha sumado la impunidad de las autoridades en los casos de quienes se atreven a denunciar a sus agresores y la falta de mecanismos para abordar la violencia contra las periodistas.

Las redes salvan vidas

Aun con todas las desigualdades que obstaculizan su profesión, las periodistas son clave para la transformación de las agendas mediáticas. Son ellas quienes dan cobertura a los casos de violaciones a derechos humanos de otras mujeres, consultan a otras mujeres como fuentes de información, amplían los temas de cobertura y enfoques y cuestionan los estereotipos de género, las desigualdades y violencias dos veces más que los colegas hombres.

La Semana Internacional por el Derecho Humano a la Libertad de Expresión de las Mujeres. Periodismo de paz para todas cerró con la experiencia de acciones directas para hacer frente a estas situaciones de violencia y desigualdad, recordando que las mujeres resisten desde los propios medios de comunicación. Una de estas mujeres es Silvia Trujillo, del medio feminista “LaCuerda”, para quien la perspectiva de género en la difusión de información es central no solo para evidenciar las violencias, sino también para responder a la pregunta “¿qué estamos haciendo para frenarlas?”.

Belen Spinetta, de Comunicación para la Igualdad en Argentina y Sandra López, de GAMMA Ecuador, compartieron experiencias como la de las “editoras de género” y los monitoreos de medios que colocado en las redacciones, la necesidad de transformar las prácticas que significan un riesgo a las periodistas e incorporar los derechos humanos de las mujeres como principio ético del periodismo.

México está en un momento coyuntural con la propuesta de una Ley General de Protección para personas Defensoras y Periodistas; sin embargo, dijo que esta ley no sería posible sin las voces de las mujeres que han contribuido a los avances en su propia representación.

A 27 años de la Declaración de la Plataforma de Acción de Beijing, reafirmamos los objetivos del Capítulo J Mujeres y medios: 1. Aumentar el acceso de la mujer y su participación en la expresión de sus ideas y la adopción de decisiones en los medios de difusión; 2. Fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de la mujer en los medios de difusión y sumamos 3. Erradicar la violencia contra las mujeres periodistas y comunicadoras

Necesitamos incorporar la ética feminista que atraviesa la producción de los contenidos, pero sobre todo, llama a una transformación de fondo que reconozca el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia porque la desigualdad y violencias que viven las mujeres periodistas son un atentado contra la libertad de expresión y contra la vida democrática del país.

*Coordinadora de comunicación y el Observatorio de Medios de Comunicación e Información de la Mujer A. C (CIMAC)

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