CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).-La computadora Raspberry Pi es una máquina de muy bajo costo. Todo se encuentra en una placa que es un poco más grande que una tarjeta de crédito y el sistema posee un procesador ARM, una ranura para colocar una tarjeta MicroSD de unos 32 GBytes, conexión a Ethernet, puertos USB y sistema operativo Linux, el cual es tan poderoso como Mac OS o Windows. Lo interesante de todo esto es que el costo es de unos 35 dólares por esta maquinita.

Los creadores de la misma, unos ingleses, desarrollaron esta idea buscando apoyar al curriculum en cómputo, haciendo que gracias al bajo costo de esta computadora, muchos pudiesen iniciarse en el mundo de la programación y así, eventualmente, entrar en la industria del software, en donde la matrícula escolar ha descendido peligrosamente a nivel mundial.

Cuando salió la Raspberry Pi, se vendieron 10 mil unidades en menos de dos horas (a 35 dólares por unidad). A los diez años, han salido nuevos modelos de la Pi pero se siguen vendiendo a 35 dólares incluso considerando las ventajas que tienen las nuevas versiones.

La Raspberry Pi es un proyecto de notable impacto. La diseñaron científicos e ingenieros de Cambridge y hoy día han vendido más de 40 millones de unidades, creando un mercado que vale mil millones de dólares y que ha tenido un efecto muy importante en la educación de los chicos de hasta 12 años, particularmente en el Reino Unido.

De acuerdo con la Universidad de Cambridge, donde se inició la Pi, la motivación fue incrementar el número de estudiantes que se decidieran entrar a las ciencias de la computación en Cambridge. La idea era quitar el pretexto general sobre el costo de los equipos de cómputo, logrando para ello crear una computadora moderna y poderosa por 35 dólares (aunque hay que agregarle teclado y pantalla), lo que bien podría elevar el costo, aunque igualmente sería mucho menor a otros equipos tradicionalmente costosos de cómputo.

Eben Upton es uno de los creadores de la Raspberry Pi y ahora, al cumplirse el décimo aniversario de la maquinita, indica que su primer contacto con el cómputo fue con la máquina Acorn Electron, y subsecuentemente con la Micro BBC. Esto lo inspiró a aplicar a la Universidad de Cambridge para estudiar programación de computadoras. Ahí Upton encontró que había otros estudiantes que habían seguido el mismo camino, usando computadoras caseras como la ZX Spectrum, Commodore 64, BBC Micro y Electron. Más tarde entonces, cuando Upton se unió a la facultad de ciencias de la computación y se volvió el director de estos estudios, vio con alarma que la matrícula para estudiar ciencias de la computación cada vez era más baja. De ahí nació la idea de crear computadoras poderosas y modernas pero de bajo costo.

Pero quizás Upton y amigos hicieron algo sensacional: decidieron crear una fundación sin fines de lucro, en donde cierto porcentaje de cada Pi vendida se daría a beneficiencia. Y quizás este tipo de intención favoreció incluso más la venta de la Raspberry Pi. Finalmente había una labor social y de apoyo a la comunidad, una computadora que era moderna pero muy económica y además, que pretendía incentivar que más gente creara software.

La Fundación Pi (https://www.raspberrypi.org/about/), se ha convertido en un negocio muy rentable pero además, la inteligencia de sus creadores no los ofusca por el dinero que ya han logrado. Siguen trabajando sobre versiones más y menos poderosas de la Pi, con procesadores más rápidoso bien, con tarjetas para los aficionados a la electrónica. Vamos, de alguna manera la Pi es una simpática combinación de hardware y software, todo conjuntado en un sistema que hace muy bien la tarea.

Hoy la Pi se vende en muchas tiendas de electrónica incluso en la ciudad de México. Puede, por ejemplo, conseguirla en https://www.geekfactory.mx/categoria-de-producto/tarjetas/raspberry-pi/, o bien en https://mexico.newark.com/buy-raspberry-pi, por mencionar un par de empresas.