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La estafa del “amarre”: Así opera el fraude de los brujos digitales

La estafa del "amarre" es un fraude en línea donde supuestos "brujos digitales" ofrecen servicios esotéricos para robar dinero y datos personales.
miércoles, 6 de agosto de 2025 · 09:28

CIUDAD DE MÉXICO (apro).— Personas que buscan soluciones a problemas sentimentales o económicos recurren a servicios esotéricos en línea, como los llamados "amarres de amor", y se convierten en víctimas de una modalidad de fraude que evoluciona hacia la extorsión. La Unidad de Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México ha emitido alertas sobre esta práctica, detallando el modus operandi de los denominados "brujos digitales".

El primer contacto ocurre a través de páginas web o perfiles en redes sociales. En estos sitios, los estafadores prometen resultados garantizados en temas de amor, dinero o protección espiritual. Para generar confianza, utilizan testimonios falsos, imágenes sustraídas de otros portales y un lenguaje persuasivo que apela a la vulnerabilidad de las personas. Las víctimas, en medio de una situación de desesperación, buscan soluciones rápidas a sus problemas.

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Una vez que el cliente potencial establece comunicación, el supuesto "brujo" o "vidente" solicita un pago inicial para comenzar el trabajo. Los métodos de pago que exigen suelen ser transferencias directas a cuentas bancarias, depósitos en tiendas de conveniencia o a través de criptomonedas, para dificultar el rastreo del dinero.

El engaño se transforma en extorsión

El fraude no se detiene en el cobro por un servicio que no se materializa. La estafa evoluciona a una segunda fase: la extorsión. Una vez que la víctima ha realizado el primer pago, los delincuentes informan que han surgido "complicaciones" en el "trabajo espiritual" que requieren pagos adicionales para ser resueltas.

Si el cliente se niega a pagar más, los estafadores recurren a las amenazas. Advierten a la víctima que, de no continuar con los pagos, sufrirá maldiciones, daños espirituales o consecuencias graves en su vida o la de sus seres queridos.

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La extorsión se intensifica con el uso de la información personal que la propia víctima proporcionó. Durante las "consultas", los estafadores solicitan datos como nombres completos, direcciones, fotografías e incluso imágenes íntimas. Esta información se convierte en un arma para amenazar a la persona con exponer su vida privada en redes sociales o con sus contactos si no entrega más dinero.

En algunos casos documentados por las autoridades, los ciberdelincuentes han llegado a suplantar la identidad de la víctima. Crean perfiles falsos con su nombre y fotografías para solicitar dinero a sus familiares y amigos, cometiendo así un segundo fraude.

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Recomendaciones de las autoridades

Ante el incremento de estos casos, la Policía Cibernética ha difundido una serie de recomendaciones para evitar caer en este tipo de fraudes. La primera es desconfiar de quienes presionan para realizar pagos inmediatos bajo amenazas de índole espiritual.

Se aconseja no compartir información personal, datos bancarios ni fotografías íntimas con desconocidos a través de internet. Es fundamental activar la verificación en dos pasos en todas las cuentas de redes sociales y correo electrónico para dificultar el acceso no autorizado.

Las autoridades también sugieren evitar realizar transferencias a cuentas desconocidas o de las que no se tenga certeza de su titularidad. En caso de encontrar un perfil o una página web sospechosa, se debe reportar directamente en la plataforma (Facebook, Instagram, etc.) y, de ser posible, a las autoridades.

Si una persona considera que ha sido víctima de este delito, la SSC insta a no sentir vergüenza y a denunciar. Se puede contactar a la Unidad de Policía Cibernética al número telefónico 55 5242 5100 ext. 5086, donde se ofrece atención las 24 horas del día. También se puede realizar el reporte a través de las cuentas oficiales en redes sociales de la SSC_CDMX y la UCS_GCDMX.[2]

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