Narcotráfico
Agentes estadunidenses también lavaron millones de dólares en Tijuana y Cancún
El operador que utilizaron agentes del ICE estadunidense para lavar dinero del narco en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (Proceso VII, enero de 2024) desgrana en esta segunda parte de la entrevista más detalles de las transacciones que realizó para LaPak y Popovits.WASHINGTON.– Bajo las órdenes de los agentes Thomas LaPak y Kenny Popovits, del Buró de Aduanas e Inmigración (ICE) de Estados Unidos, operadores de éstos en la Ciudad de México, Cancún, Quintana Roo, y Tijuana, Baja California, establecieron una sofisticada red de lavado de dinero procedente del narcotráfico.
Con casas de cambio asentadas en las tres ciudades mencionadas, los agentes dependientes del Departamento de Seguridad Interior (DHS) de Estados Unidos lavaron millones de dólares en efectivo que sacaron de México entre 2010 y 2019.
“Los agentes de ICE no solamente establecieron la casa de bolsa en la Terminal 1 de la Ciudad de México; tenían otro centro cambiario en Cancún y al parecer otro en Tijuana”, dice en entrevista con Proceso el operador e informante que de 2102 a 2019, por órdenes de LaPak y Popovits, lavó dinero del narcotráfico en la capital mexicana.
En seguimiento al reportaje publicado en el número VII de este mensuario, correspondiente a enero último, con documentos y nuevas revelaciones del operador de ICE –cuya identidad se mantiene bajo reserva por temor a represalias contra él y su familia–, se expone nuevamente la doble cara de las agencias estadunidenses en el combate al narcotráfico en México.
“Carlos A. Levay –intermediario de LaPak y Popovits para el lavado de dinero en México y encargado de sacar millones de dólares en efectivo para llevarlos a Estados Unidos– se iba también a Cancún y a Tijuana a recibir tal y tales cantidades de dinero”, subraya el informante.
Como se dio a conocer en la edición de enero último, Levay recibía en maletas los dólares en efectivo y sin revisión, y con ayuda de agentes federales mexicanos los sacaba de México para llevarlos a la ciudad de Miami, Florida, a la empresa Intercoast Inc.
De la península floridana Levay, a través de cuentas bancarias ya identificadas por Proceso en las instituciones financieras estadunidenses Citibank y Bank of America, transfería millones de dólares a empresas fantasma presuntamente ubicadas en China, Corea del Norte, Hong Kong, Taiwán, Las Vegas, Nevada, y Miami.
Además del operador de Lapak y Popovits entrevistado y videograbado que se oculta en la capital mexicana, los agentes de ICE tenían a más soldados lavadores de dinero para los centros cambiarios instalados en los aeropuertos de la Ciudad de México, Cancún y Tijuana.
“En ocasiones me pedían que me apurara en la entrega del dinero porque estaban esperando a otras personas (operadores o informantes) que también les llevaban maletas de dólares; los miré porque Levay se aseguraba que entre nosotros no habláramos”, explica el operador.
El centro cambiario instalado en la Terminal 1 de la Ciudad de México, por instrucciones de Popovits y LaPak para lavar dinero, oficialmente tuvo la razón social Promotora para el Cambio, SA de CV.
A esta guarida de lavado de dinero procedente del narcotráfico mexicano y colombiano se le dio de alta oficialmente el 2 de septiembre de 2010.
En poder de Proceso se cuenta con la copia de la escritura del centro cambiario emitida y avalada por el notario público 124 del Estado de México, Juan Alberto Martínez Amigón.
Bajo el título: “Acto de poder especial”, el documento notariado por Martínez Amigón indica que “Promotora para el Cambio, Sociedad Anónima de Capital Variable, Sociedad Financiera de Objeto Múltiple, entidad no regulada, representada por el señor Arturo Escamilla Arévalos”, otorgaba un “poder especial” al operador entrevistado para éste y el reportaje de enero pasado.
“La empresa Promotora para el Cambio, S.A. de C.V., Sociedad Financiera de Objeto Múltiple, entidad no regulada, representada como ha quedado dicho confiere al señor ------ un poder especial para pleitos y cobranzas, actos de administración y de dominio con todas las facultades generales y aún las especiales que requieran poder o cláusula especial conforme a la ley”, se lee en la escritura.
El documento fue emitido en la Notaría 124 del Estado de México con domicilio en la calle José María Morelos y Pavón número 336 Pte. Bo. de Coaxustenco, C.P. 52140 en Metepec.
De acuerdo con las escrituras del centro cambiario, Escamilla Arévalos es originario de Tijuana, nació el 15 de abril de 1962, aparece registrado entonces como soltero, empresario y con domicilio en la calle Illinois número 64, interior 302, colonia Ampliación Nápoles, delegación Benito Juárez, en la capital mexicana.
El registro federal de causantes de Escamilla Arévalos es EAAA6204156C9 y se identificó con la licencia de chofer expedida por el gobierno de Sonora número 1800RC0033814.
Así describe el operador de LaPak y Popovits el papel de Escamilla Arévalos en el centro cambiario de la Terminal 1 y su colaboración con Levay: “Arturo Escamilla y su servidor acompañábamos hasta los filtros de seguridad del aeropuerto a Levay, cargando el dinero; en el primer filtro ya lo estaban esperando oficiales y entraba sin ser revisado”.
Subraya: “Antes, cuando yo llegaba con el dinero a Promotora para el Cambio, ahí me esperaban en la parte de atrás Levay y Escamilla. Era la parte segura del negocio, con cristales blindados, puertas blindadas, y ahí sacábamos los dólares que yo llevaba en maletines para acomodarlos sobre una mesa. Luego se hacía lo que ellos llaman ‘ladrillarlo’, que significa poner en bloques los fajos de dólares, que se hacen en billetes de 100 en 100 y de 50 en 50”.
El operador de ICE, especialista en eludir pagos fiscales y lavado de dinero, hace la observación de que no podía ser casualidad que Escamilla Arévalos fuera originario de Tijuana, donde LaPak y Popovits tenían otro centro cambiario.
El entrevistado agrega que, aunque nunca lo atestiguó personalmente, en diversas ocasiones escuchó a Leyay y a Escamilla Arévalos hablar del traslado de este último a la ciudad del norte de México para recibir dólares, que también eran sacados del país y llevados a Miami.
“Cuando se complicó la situación por el lavado de dinero con los colombianos y los mexicanos que me entregaban el dinero, Popovits y LaPak dieron la orden de desmantelar el centro cambiario en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, y también, extrañamente, desapareció Escamilla Arévalos; por lo menos nunca volví a saber de él” comenta el operador mexicano de ICE.
Lo quería la DEA
No se cuenta con cifras precisas de los millones de dólares que Popovits y LaPak lavaron del narcotráfico en México desde el sexenio de Felipe Calderón hasta el de Enrique Peña Nieto. No obstante, y sustentado por los documentos publicanos en el número de enero pasado y en este, con el operador mexicano entrevistado, los agentes estadunidenses lograron lavar decenas de millones de dólares. Esto, sin contar a los demás operadores reclutados en la capital mexicana ni a los enlistados en su ejército delincuencial en Cancún y Tijuana.
“En ocasiones ellos (Popvits y LaPak) entregaban dinero en México como si lo hubieran traído de Estados Unidos, Ellos depositaban ese dinero en las cuentas de Citibank o Bank of America y desde esas se hacían las transferencias. A este tipo de operaciones la llamaban “espejo” y me decían necesitar recoger tanto dinero, pero cuando me detuvieron en Estados Unidos, los agentes de ICE negaron saber lo que yo hacía en México, que era un acuerdo de colaboración y en el interés en el combate y la lucha, según yo, contra el narcotráfico”.
Para dar otro ejemplo y exponer la sofisticación y estrategia de LaPak y Popovits para lavar dinero del narcotráfico por medio de sus operadores en la capital mexicana y Miami, Proceso cuenta con la copia de las transferencias bancarias que los días 22, 23 y 28 de mayo de 2014 se hicieron por medio de instituciones financieras estadunidenses a empresas fantasma en China, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur.
En 20 transferencias realizadas durante esos tres días de mayo de 2014, todas con dinero recolectado por el operador en cuestión, los agentes de ICE ordenaron el lavado de dinero casi un millón 800 mil dólares.
Por medio de una acción quirúrgica para evitar sospechas del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, los agentes de ICE se cercioraron de que las transferencias oscilaran entre 15 mil y 100 mil dólares, solamente durante esos tres días de mayo de 2014.
Ejemplos de lo anterior: el 22 de mayo la empresa Yiwu Golden Sun Imp. and Exp. Co. Limited, en Zhejiang, China, recibió 82 mil dólares de una cuenta de Citibank. La empresa supuestamente vendía artículos para el hogar. El 23 de mayo de ese año, también procedente de una cuenta de Citibank, Hongrui Intl. Trading Co. Limited, en Yancheng, provincia de Jiangsu, China, empresa presuntamente dedicada a la venta de ropa, recibió 93 mil 791 dólares.
El 28 de mayo de 2014 una empresa “que vende relojería”, Teres Company Limited en Guangdong, China, recibió 55 mil 130 dólares.
Yiwu Continental Limited, en Zhenjiang, China, dedicada a la “venta de lencería”, se hizo acreedora a una transferencia procedente de Estados Unidos por 15 mil 65 dólares. Y la juguetería Market Union Co. Ltd. en Ningbo, China, recibió 30 mil 500 dólares de una cuenta de Citibank.
Imposible imaginar que, bajo los estándares financieros legales de Estados Unidos, operadores de ICE se dedicaran a la compra de ropa, relojes, juguetes y lencería en China.
En las hojas de trabajo –de las cuales también se tiene copia– que recibía el operador de sus manipuladores de ICE LaPak y Popovits, se le ordenaba recoger dinero en México de los narcotraficantes nacionales o colombianos, llevarlo a Promotora para el Cambio, donde Lavay y Escamilla Arévalos los recibían, y luego en efectivo acarrearlo a Miami con la justificación apócrifa de adquirir con esos fondos accesorios para teléfonos celulares, aparatos electrónicos y juguetes electrónicos en China y Hong Kong.
Antes de que el par de agentes de ICE traicionaran al operador entrevistado y lo abandonaran a su suerte en tribunales de Estados Unidos, él contaba con la total confianza y “amistad” de los agentes estadunidenses. “Hasta me recomendaron con agentes de la DEA asignados a la embajada de Estados Unidos aquí en México”, cuenta.
El operador de ICE se reunió con los agentes antinarcóticos en el Hotel María Isabel en la avenida Paseo de la Reforma, a un costado de la embajada estadunidense, entre 2013 y 2014.
“El agente de la DEA me dijo verbalmente que Popovits y LaPak directamente me habían recomendado con él. Me contó que los dos agentes le dijeron que yo era garantía de éxito en el movimiento de dinero, asesoría legal y las leyes de lavado de dinero en México, sus penalidades y cómo se pueden eludir. Pero les dije que no”.
La representación de la DEA en la embajada estadunidense en México no se dio por vencida y lo volvieran a citar en el mismo hotel meses después del primer encuentro.
“Me insistieron mucho en que yo podía hacerles trabajos que iban a resultar de gran utilidad para investigaciones que realizaban en México, pero definitivamente no acepté. Ya no insistieron, creo que no querían arriesgar mi posición como ‘asesor’ de ICE”, agrega el operador.
Los informantes y operadores de los agentes estadunidenses asignados a México y de todas las dependencias de seguridad nacional de ese país llevan a cabo actos encubiertos, en su mayoría violatorios de las leyes mexicanas. También le hacen el trabajo sucio a cambio de un puñado de dólares provenientes de la venta y trasiego de drogas ilícitas. Muchos de esos reclutas de la DEA o ICE, por ejemplo, resultan ser casi siempre las víctimas mortales de enfrentamientos entre grupos criminales, cuando se enteran de que entre sus filas se cuentan a soplones que trabajan para los “agentes gringos”.
Tal y como se hizo en el primer reportaje sobre el lavado de dinero del narcotráfico orquestado y supervisado por Popovits y LaPak, Proceso buscó en varias ocasiones a los agentes de ICE y a la oficina de prensa del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en Chicago, Illinois, donde actualmente se encuentran asignados; pero nunca respondieron al pedido para conocer su versión.
Mediante los documentos firmados por el notario Martínez Amigón, se autorizó a la desaparecida Promotora para el Cambio, entre otras cosas la siguiente facultad resguardada por las leyes de México: “Otorgar y celebrar de manera habitual y profesional operaciones de crédito, arrendamiento y factoraje financieros, con el carácter de acreditante, arrendador respectivamente. Obtener créditos de entidades financieras del país y del extranjero en los términos de las disposiciones legales aplicables, comercialización, consignación, importación, exportación y cambio de toda clase de moneda circulante de cualquier país del mundo”.
Este texto está publicado en la edición 0009 de la revista Proceso, correspondiente a marzo de 2024, cuyo ejemplar digital puede adquirirse en este enlace.