Sinaloa

El agro sinaloense, en medio de la tormenta perfecta

Desde hace un año los agricultores han venido advirtiendo de un panorama sombrío para el campo, el cual ahora se encuentra sitiado por una sequía severa (las presas tienen menos de 30% de su capacidad), una comercialización complicada y la ausencia de políticas efectivas para el agro.
lunes, 19 de febrero de 2024 · 05:00

CULIACÁN, Sin. (Proceso).– La Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC) señala que enfrentan un escenario muy complicado para este ciclo 2024. De acuerdo con el presidente de la agrupación de productores, Enrique Riveros Echavarría, las circunstancias actuales no se habían presentado en mucho tiempo.

“Me acuerdo de complicaciones en producción, me acuerdo de años complejos con sequía, me acuerdo de años complejos de comercialización, pero no los tres juntos”, comentó a Proceso.

Con presas debajo del 30% de su capacidad al iniciar el año, la situación para cultivos importantes como el maíz blanco, del cual Sinaloa es líder productor, es crítica.

Los agricultores venían advirtiendo del problema desde hace un año. En febrero de 2023, Riveros Echavarría señaló: “Le ha ido bien al campo sinaloense por motivos ajenos totalmente a la administración federal, pero, y esto es muy importante, en el momento en que las condiciones internacionales cambien a como venían estando antes, se puede ver un panorama devastador en el campo mexicano”.

Hace un año el conflicto en Ucrania y otras variables internacionales daban a los productores de maíz algunas esperanzas de lograr una comercialización productiva. Pero no se logró. Sin precios de garantía y con un acuerdo que no fue del todo respetado con Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), la producción se vio golpeada.

Riveros Echevarría. Advertencia. Foto: AARC Especial.

También se acababa de publicar el decreto que prohibió el uso del glifosato en el campo mexicano.

Y un año más tarde la situación no solamente no ha mejorado, sino que se agregaron variantes que lo vuelven más complicado: una sequía severa (las presas tienen menos de 30% de su capacidad) una comercialización complicada y la ausencia de políticas efectivas para el campo.

Productor líder 

En el ciclo otoño-invierno de 2022, Sinaloa produjo 5.1 millones de toneladas de maíz blanco. Esa cifra significó 75% de la cosecha en todo el país.

Para el ciclo de 2023 la solicitud del gobierno federal fue emular esa cosecha, y a través de Segalmex buscarían buenos precios de garantía, en aras de que el resto de la cosecha tuviera precios competitivos.

A inicios de ese año los agricultores lidiaban con el uso del glifosato, la prohibición de sembrar y usar maíz transgénico para el consumo humano. Además de la imposición de un arancel de 50% en exportaciones de maíces mexicanos para “contener” los precios de las tortillas. Todas estas fueron medidas que el gobierno federal aplicó a agricultores nacionales, mientras que en contraparte les pidió mayor producción.

Sinaloa cumplió al producir las 5 mil millones de toneladas solicitadas, pero no así el gobierno federal, puesto que con corte al pasado 15 de febrero, aún no se ha terminado de pagar a todos los productores sinaloenses.

De acuerdo con el secretario de Agricultura y Ganadería, Jaime Montes Salas, solamente falta pagar a 80 productores. La tardanza, dijo, es por la falta de la documentación completa para acreditar los pagos y realizar el trámite en estricto apego a los lineamientos de la Auditoría Superior del Estado.

“Ya están por finiquitar unos pocos que quedan por las inconsistencias que ha habido en la comunicación entre los centros de acopio y los documentos de los productores, porque todo este recurso es auditable y se debe tener mucho cuidado en el manejo, es por eso que quedan unos pocos por pagarse”, dijo el funcionario estatal a medios locales.

Montes Salas. Pagos tardíos. Foto: X / Jaime Montes Salas.

El maíz fue comprado a 6 mil 955 pesos por tonelada. Los productores buscaban cuando menos 7 mil pesos por tonelada.

La falta de pago provocó que un grupo de productores se manifestaran a las afueras del Palacio de Gobierno; todos ellos poseen superficies menores a las 10 mil hectáreas sembradas. La protesta se realizó el lunes 12 de febrero.

A esta situación se le suma el maíz acopiado con el mismo gobierno estatal, que, para aportar a la comercialización, adquirió 700 mil toneladas, que hasta la fecha no ha sacado a la venta, lo cual puede traducirse en más complicaciones.

Lo normal es que entre febrero y marzo ya se conozcan los volúmenes de comercialización o un aproximado, incluso compromiso con fecha de entrega y a veces hasta venta hecha a través de precios internacionales o puesta por el gobierno, con un contrato de intención de compra. Esta situación la explica así Riveros Echavarría:

“Era un esquema que a más tardar en marzo ya estaba todo amarrado. El año pasado y éste no ha habido una sola compra anticipada o contrato por medio de los compradores, entonces eso está complicadísimo, estamos completamente en la incertidumbre, a la deriva”.

El acopio

La cosecha del maíz implica un segundo paso: su almacenamiento. Las bodegas en Sinaloa actualmente se encuentran ocupadas por las toneladas que el gobierno de Rubén Rocha Moya adquirió de los productores locales.

Esos almacenes se van a necesitar para guardar la cosecha de esta temporada y sin un estimado de cuánto es la superficie, calcular los cultivos es imposible.

Esa reserva que se tiene es como para hacer un pull de volumen. Esta estrategia permite crear una imagen positiva del producto antes de que salga al mercado, y de acuerdo con Enrique Riveros, modificar de ese modo al mercado de manera más fuerte, “pero no sé si vaya a funcionar”, advierte.

Y sin fecha sobre cuándo y en cuánto se va a vender el maíz, ése va a ser un punto determinante para el mercado, ya que, de acuerdo con la explicación del agricultor, si ese maíz sale muy temprano va a tumbar precios, y si sale muy tarde también lo va a modificar.

Además, está el tema de la superficie que podrá sembrarse, dada la escasez de agua.

“Debido a la sequía, no se sabe tampoco qué tanta superficie esté sembrada, son puras estimaciones”, explica Riveros. “La gente no ha ido a pagar su permiso de siembra y lo que está pagado hasta ahorita son como 280 mil hectáreas”.

De acuerdo con el productor, por parte del gobierno del estado se autorizó la siembra de 320 mil hectáreas, pero no se conoce la cifra exacta.

“No sabemos si son 320, 280, 350 o 400, o sea, no tenemos idea, porque no se ha terminado de pagar; se dio una prórroga y ya pasó mucho tiempo. Ya sea por cuestiones financieras o no sé, pero la gente, los productores, no están yendo a pagar, entonces si no conocemos el dato de la superficie sembrada, tampoco vamos a conocer la productividad, sumándole que con la poca agua que hay, si no terminamos los riegos que necesita el maíz la producción puede llegar a ser muy baja”.

Presa Santa María. Sequía. Foto: X / SAyG

Problemas en común

Sin embargo, Sinaloa ha sido de los más sólidos productores, y no sólo por méritos propios, sino por complicaciones compartidas con otros estados.

“Muy posiblemente vamos a terminar produciendo más que los otros estados”, señaló Riveros Echavarría, “pero también porque los otros estados están afectados por la sequía”.

El líder agrícola explicó que en el estado es casi una realidad que el volumen de producción va a bajar de manera considerable, pero en un mercado libre hay veces que menos volumen alcanza mejores precios, y viceversa.

Y es que como el maíz ya se encuentra en un mercado libre, no depende tanto de la producción de México o de Sinaloa, porque se trata de participantes muy pequeños en una escala global.

“Entonces no podemos mover mercado con los volúmenes que tenemos comparados con los de Estados Unidos, Brasil y Argentina, donde se espera que van a tener producciones muy buenas, y luego para que los precios estén interesantes tiene que haber interesados en la compra y uno de los mayores interesados ha sido China. Ellos han venido bajando su intención de compra y aumentando su producción interna, y eso nos ha venido afectando al precio en el mercado internacional; o sea, no hay a quién vendérselo caro”, dijo.

“Por eso se ha tratado mucho el diferenciar del maíz blanco del amarillo, porque ahí sí nosotros somos el productor más grande del mundo”, añadió.

Por todo esto es que los productores sinaloenses esperan un año muy complicado y ya se preparan para enfrentar la tormenta perfecta.


 

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