Maíz transgénico
Gobierno de AMLO prohíbe el uso de maíz transgénico y del glifosato en alimentación humana
El más reciente decreto prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para la masa y la tortilla.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto presidencial para establecer el periodo de transición para el desarrollo y escalamiento en la sustitución gradual del maíz genéticamente modificado y el glifosato.
Con este último decreto queda abrogado el publicado en diciembre de 2020, que marcaba un periodo de esa fecha y hasta el 31 de enero de 2024.
“Que, para el caso del maíz genéticamente modificado destinado al uso industrial, el decreto prevé acciones para llevar a cabo la sustitución paulatina de aquél cuya industrialización genera productos destinados a la alimentación humana, en el periodo comprendido desde la fecha de entrada en vigor del mismo y hasta el 31 de enero de 2024, en congruencia con las políticas de autosuficiencia alimentaria del país y con base en criterios de suficiencia en el abasto de grano de maíz sin glifosato”, indicó el decreto anterior.
En la edición vespertina del DOF, este lunes, publicó el decreto que acota la determinación solo al maíz y, por ejemplo, canola, la soya, el algodón y las otras materias primas no están sujetas a la regulación. El gobierno también buscó establecer la categorización del maíz según su uso, es decir entre alimentación humana, que será la masa y la tortilla; y por otro lado ubican al maíz para el forraje e industrializado para alimentación humana.
El más reciente decreto prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para la masa y la tortilla.
“No representa afectación alguna al comercio ni a las importaciones, entre otras razones, porque México es de sobra autosuficiente en la producción de maíz blanco libre de transgénicos. De lo que se trata es de consolidar tal soberanía y seguridad alimentaria en un insumo central en la cultura de las y los mexicanos”, indicó el gobierno federal.
En torno al maíz genéticamente modificado para el forraje y la industria, se elimina la fecha límite para prohibir su uso y queda sujeto a que la suficiencia en el abasto.
Con este objetivo el gobierno establecerá mesas de trabajo con el sector privado nacional e internacional “para lograr una transición ordenada”.
El séptimo artículo indica que “las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal realizarán las acciones conducentes a efecto de llevar a cabo la sustitución gradual del maíz genéticamente modificado para alimentación animal y de uso industrial para alimentación humana”.
El decreto agrega que “en tanto se logra la sustitución referida en el párrafo que antecede, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios podrá otorgar autorizaciones de maíz genéticamente modificado para alimentación animal y de uso industrial para alimentación humana, siendo responsabilidad de quien lo utilice en México que no tenga el destino previsto en la fracción III del artículo segundo de este ordenamiento”.
En el artículo octavo especifica que las alternativas para la sustitución gradual del maíz genéticamente modificado para alimentación animal y de uso industrial para alimentación humana se hará con base en criterios de suficiencia en el abasto, “en congruencia con las políticas de autosuficiencia alimentaria del país, de conformidad con principios científicos y normas, directrices o recomendaciones internacionales relevantes”.
El gobierno se compromete a que se tendrán estudios científicos para lo que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) integrará un protocolo de investigación par que esta entidad y las equivalentes de otros países se tenga un estudio sobre el consumo del maíz genéticamente modificado y los posibles daños a la salud.
Uno de los considerandos del decreto y que se incluyó en el publicado en diciembre de 2020 es que “en los últimos años, distintas investigaciones científicas han alertado que el glifosato tiene efectos nocivos en la salud de los seres humanos, el medioambiente y la diversidad biológica, y ha sido identificado como probable carcinogénico en humanos por la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer”.