Premio Nacional de Periodismo
Premio Nacional de Periodismo a Felipe Cobián por su trayectoria, 54 años de ejercer un periodismo crítico
El periodista recomienda a las nuevas generaciones que “se apasionen de su profesión, que lo hagan con ética, que no vean colores”, así como a través de su trabajo “procurar la verdad, la justicia”.GUADALAJARA, Jal (apro).- Felipe Cobián Rosales, uno de los fundadores de Proceso y excorresponsal en Jalisco, recibió el Premio Nacional de Periodismo 2022 por su trayectoria, con 54 años de ejercer un periodismo crítico del poder empresarial, militar y universitario.
Felipe Cobián inició su carrera en 1969 en El Diario de Guadalajara, cuando todavía era estudiante de la carrera de periodismo. Ingresó como corresponsal de Excélsior en 1974 y dos años después renunció como muestra de solidaridad al entonces director del periódico Julio Scherer, para posteriormente formar parte de los fundadores de la revista Proceso.
Sobre este reconocimiento por su trayectoria, Cobián se mostró incrédulo: “nunca me promoví para cosas de esas, y había habido otras propuestas a nivel local, pero por una u otra razón las rechacé, como es el caso del premio (Despertador Americano que entrega la UdeG), les dije ‘no se molesten porque nunca me lo van a dar (mientras esté Raúl Padilla) y además no lo estoy pidiendo”.
Por ello, recalca que “todos los periodistas, trabajamos por el trabajo mismo, porque nos gusta, nos apasiona, porque siempre hay algo que decir y cosas que denunciar, de quien sea, sin partidismos; por lo menos creo que así lo siento que somos o debemos ser todos los periodistas”.
Enfrenta al poder político
En el ejercicio periodístico, Felipe Cobián se encontró con reacciones incómodas desde el poder.
Incluso recibió un ofrecimiento para ocupar un cargo público, pero también amenazas de muerte. “Te sientes solo porque ningún medio te apoyaba; incluso periodistas en contra de uno, porque me decían ‘estás ofendiendo al gobernador’, según ellos, (…) te hacen el vacío, lo sentí mucho con el reportaje de la Central Camionera”.
Recordó que, por dicho reportaje, el gobierno del estado convocó a una rueda prensa, donde ante su presencia, pretendió desmentirlo.
“Te agobia que la mayor parte te vean con malos ojos, sobre todo los que cubrían la fuente gubernamental. Al día siguiente, salen desplegados, notas pagadas destacadas en todos los periódicos, le dieron difusión a mi reportaje, pero no esperaban que saliera una segunda parte de la misma información. Y ya no tuvieron con qué rebatirme”.
También fue amenazado por exgobernadores, como Enrique Álvarez del Castillo.
Lo mismo le pasó al acudir a la casa del general Federico Amaya Rodríguez, a quien se le dio su derecho de réplica tras ser señalado por dar protección a la delincuencia organizada que encabezaba Carlos Morales García, alias El Pelacuas, y al ir a la cárcel de Oblatos a visitar a este último.
Profesión en riesgo
De acuerdo con Artículo 19, desde 2000 a la fecha han sido asesinados en México 150 periodistas. Al preguntarle a Felipe Cobián si hoy es más complicado ser reportero en comparación con cinco décadas atrás, recuerda que antes los periodistas se enfrentaban a los cacicazgos.
“Era un sistema político único. El riesgo mayor que corrías generalmente era que estabas fuera de nómina del gobierno, fuera del embute, del chayote o del soborno, y que esa era ciertamente una medida ‘inteligente’ para el gobierno”. También ofrecía el estado permisos de taxis o de negocios” para acallar la crítica o ejercer un control.
“Si tú mantienes tu línea te van a criticar los que lleguen, te van a alabar los de la oposición, pero no hay que creerle a ninguno ni a otro. Uno tiene que seguir su responsabilidad de informar”, afirma el periodista, quien dirigió el semanario Proceso Jalisco.
Subraya que era “rarísimo que hubiera tantos asesinatos de periodistas o tantas presiones o tantas situaciones difíciles para los medios. Yo recuerdo que, por ahí en tiempos de Miguel Nazar Haro, de Echeverría y de López Portillo, mataron en Sinaloa a un periodista, se apellidaba Montaner.
“A mí me dolió porque era corresponsal de Excélsior. Nunca supe las causas (…) Antes no veías notas de periodistas asesinados, pero en los últimos meses pues está tremendo, en Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa, Nayarit, Tijuana (…).
Somos el segundo país con más muertes de periodistas de manera violenta y sin saber por qué. Quizá porque molestaste a alguien, quizá por tu información (…) quizá por ventilar corrupción”.
Lamenta que una causa de tantas agresiones a los reporteros sea la impunidad “que viene ya desde tiempo atrás, que saben que nadie va a descubrir, y que le van a echar la culpa al crimen organizado, cuando yo dudo que en algunos de esos casos sea así”.
Recomienda a las nuevas generaciones que “se apasionen de su profesión, que lo hagan con ética, que no vean colores”, así como a través de su trabajo “procurar la verdad, la justicia”.