Chile
Segunda vuelta en Chile: elección presidencial entre una comunista y un ultraderechista
Los chilenos deberán elegir entre la permanencia del oficialismo, encabezado por la comunista y exministra del Trabajo Jeannette Jara, y un giro ideológico plasmado en la candidatura del ultraderechista José Antonio Kast, uno de los principales referentes de la extrema derecha latinoamericanaSANTIAGO (AP) — Los chilenos acudían el domingo a las urnas para una segunda vuelta de las elecciones presidenciales en las que decidirán entre la permanencia del oficialismo o dar un giro hacia la derecha más extrema desde la redemocratización en 1990.
Unas 15,7 millones de personas estaban convocadas a las urnas para elegir al próximo presidente en unos comicios marcados por el temor a la delincuencia y la inmigración irregular.
Los chilenos deberán elegir entre la permanencia del oficialismo, encabezado por la comunista y exministra del Trabajo Jeannette Jara, y un giro ideológico plasmado en la candidatura del ultraderechista José Antonio Kast, uno de los principales referentes de la extrema derecha latinoamericana y quien se perfila como favorito en todas las encuestas.
El presidente saliente, Gabriel Boric, formuló un llamado a los chilenos para que salieran a ejercer su derecho al voto y fortalezcan la democracia. Se trata de “seguir construyendo un destino común, independiente de las legítimas diferencias políticas que existan”, dijo en una rueda de prensa después de votar en su ciudad natal de Punta Arenas, en el extremo sur de Chile.
Las primeras horas de la jornada electoral transcurrieron de forma tranquila, pese al inusual frío que azotaba gran parte del país. Aunque no se han registrado mayores incidentes, un colegio de la costera ciudad de Valparaíso tuvo que ser evacuado por una amenaza de bomba, que enseguida se confirmó tratarse de una falsa alarma.
En el Estadio Nacional, uno de los puntos más concurridos de Santiago, miles de votantes sufragaban acompañados por sus hijos, perritos y mascotas. Pese al considerable aumento de flujo a media jornada, la fecha electoral se producía de manera tranquila y más rápida que la primera vuelta.
“Hasta el momento no ha habido ningún incidente, ya vino bastante gente, cerca de la mitad del padrón electoral”, dijo a AP el vocal de mesa Camilo Guerra, quien explicó que el proceso de cierre de urnas deberá darse de “forma más expedita” debido al menor número de candidatos.
Los dos candidatos en la liza
Kast, líder del Partido Republicano, se enfrenta a la abanderada del oficialismo Jara, la primera comunista en encabezar una lista única que aglutina a todos los sectores de la izquierda y centroizquierda chilenas.
Según las encuestas, Kast se sitúa con una ventaja de entre 15 y 20 puntos sobre Jara.
En su tercera postulación a La Moneda, el veterano político se ganó la simpatía del electorado con su promesa de instaurar un “gobierno de emergencia” de tolerancia cero con el crimen organizado y la inmigración irregular —las dos mayores preocupaciones de los chilenos—.
Kast acudió a su centro de votación en la comuna de Paine, en el sur de la Región Metropolitana, en las primeras horas de la mañana y fue recibido por decenas de partidarios.
“Chile tiene una tradición y yo tengo muy claro que quien gane, sea Jeannette Jara, sea yo, va a tener que ser presidenta o presidente de todos los chilenos", dijo a los periodistas tras emitir su voto. Aseguró que quien asuma el cargo "tiene una tremenda responsabilidad: todos los temas que nos preocupan y que nos ocupan no tienen color político”.
Hace cuatro años Kast llegó a acariciar el sillón presidencial pero fue derrotado en el balotaje por Boric, al ser cuestionado por sus posturas consideradas por muchos como extremas, como su oposición al matrimonio igualitario, el aborto, la reducción de la jornada laboral o su complacencia con la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
Sin embargo, este año poco o nada se ha hablado de temas sociales en la carrera presidencial.
“Fue una campaña bastante pobre”, evaluó en diálogo con The Associated Press la politóloga Claudia Heiss, de la Universidad de Chile. “Los dos candidatos han tratado de apuntar a lo que se considera como las agendas prioritarias y eso de alguna manera desdibuja las diferencias entre ellos”.
En los últimos años Chile ha pasado por transformaciones profundas y fue testigo de fenómenos hasta entonces desconocidos para esta nación de 18,5 millones de habitantes. Entre ellos, el ingreso de violentas bandas del crimen organizado y un flujo sin precedentes de inmigrantes, en especial venezolanos.
En ese caldo de cultivo se disparó la delincuencia, apuntada como el mayor temor por dos tercios de los chilenos según el informe Preocupaciones del Mundo divulgado en noviembre por IPSOS, que cada mes recoge la percepción de unas 25.000 personas en una treintena de países.
A su vez un 40% dijo preocuparse por la inmigración sin control, a la que muchos apuntan como el detonante del aumento de la violencia urbana.
“Hay un momento de psicosis por la inseguridad”, dijo la peruana Naty Pérez, quien aseguró que votaría por Kast porque no quiere que el comunismo llegue al poder. La mujer también criticó el aumento exponencial del costo de vida y los altos precios para la salud en el país. "La gente está harta de la situación”, manifestó.
Las propuestas
Entre las principales promesas de Kast figuran la deportación masiva de los cerca de 330.000 inmigrantes indocumentados que actualmente residen en Chile y una mayor autonomía a las fuerzas de seguridad, como la policía y el ejército, para contrarrestar el poderío de los narcos.
En la otra punta se sitúa Jara, exministra del Trabajo de Boric y quien promete “medidas contundentes” para aplacar el crimen y la migración irregular, pero también busca dar continuidad a una serie de beneficios sociales que impulsó en sus años al frente de la cartera, entre ellos una semana laboral más corta, una jubilación más generosa y un ingreso mínimo más alto.
Jara depositó su voto en un colegio electoral de la comuna de Conchalí, donde ella se crió, luego de recorrer varias cuadras desde la casa de su madre acompañada de periodistas y simpatizantes. “Hoy día Chile se va a manifestar y cuando la democracia habla, Chile tiene que volver prontamente a unirse para seguir avanzando”, señaló.
La elevada polarización entre las antípodas del espectro político que predominó en estos comicios, donde ninguno de los dos contendientes logró superar el 30% del respaldo en la primera vuelta de noviembre, hizo que decenas de miles de votantes no se sintieran representados por ninguno de los dos candidatos, en especial aquellos que se identifican con posturas más de centro.
“Salga quien salga de esto, no representará a gran parte del país", dijo a la AP María Medina, abogada de 27 años. "Los dos candidatos son de partidos sumamente extremistas”.
El sentimiento de que “ninguno está a la altura de representar” el país, según dijo la jubilada Ruth Salgado, ha llevado a un descontento generalizado en el país, donde casi el 20% de los votantes había manifestado que votará nulo o blanco a pocos días de la elección, según sondeos.
“Nosotros como ciudadanos sentimos esta incertidumbre, es una impresión generalizada de todos los que estamos votando”, señaló.