España
Puigdemont pide amnistía para negociar investidura para el nuevo gobierno español
Desde Bruselas, donde se encuentra exiliado, el expresidente catalán, planteó que la condición para sentarse a negociar es la aprobación de una ley de amnistía para los independentistas perseguidos.ESPAÑA (apro).- El expresidente catalán, Carles Puigdemont, fijó que la ruta para apoyar la investidura del próximo presidente de España, es negociar un “acuerdo histórico” sobre Cataluña.
Con la llave en la mano para definir quién puede ser el próximo presidente, el político planteó desde Bruselas que la condición para sentarse a negociar es la aprobación de una ley de amnistía para los independentistas perseguidos.
Desde Bruselas, donde se encuentra exiliado, Puigdemont pidió que este “compromiso histórico”, incluya el “abandono permanente de la vía judicial” para resolver el conflicto catalán.
La comparecencia de Puigdemont era crucial para definir la partida de negociación de lo catalanes, ya que los siete votos de su partido, Junts per Catalunya, son decisorios para quien aspire a ser el próximo Ejecutivo de España.
De hecho, su mensaje no refirió un interlocutor específico, pero salvo sorpresa se cree que Alberto Núñez Feijóo, el candidato del conservador Partido Popular, fracasará en la investidura del 26 y 27 de septiembre. La interpretación de buena parte de la prensa es que el mensaje era para el presidente en funciones, Pedro Sánchez, quien intentará ser investido luego del intento de Feijóo.
En opinión de Puigdemont, “España se ve confrontada, ahora mismo, en uno de sus dilemas”, o “vive en el bloqueo, que podría cronificar la confrontación entre los dos bloques ideológicos que han polarizado las últimas elecciones, o pacta”.
Señaló que los partidos españoles, PP y PSOE, principalmente, han “arrinconado, menospreciado y atacado sin descanso” a Junts per Catalunya, hasta el punto que hace dos meses sumaron sus votos para impedir que el candidato de Junts, que ganó las elecciones, fuera nombrado alcalde de Barcelona.
Sin embargo, aclaró que no les inspira el “ánimo de revancha personal o partidista”, pero si lo refiere para explicar “la distancia profunda que nos separa” tanto como en los respectivos “proyectos nacionales.
Consideró que se ha descuidado y consideró innecesaria la negociación, por ello, consideró es indispensable no hablar “de un parche para sacar adelante la investidura y cerrar el paso a la derecha. Estamos hablando de que si hay acuerdo, este tiene que ser un acuerdo histórico, un compromiso histórico como el que ningún régimen ni un gobierno no ha sido capaz de hace realidad desde la caída de Barcelona el 11 de septiembre de 1714”.
Aseveró que si hay interés de llegar a un acuerdo, si hay voluntad real de encarar un acuerdo de esta naturaleza, “las condiciones se tendrán que crear, aunque de entrada sean forzadas por la necesidad y no por la convicción”.
No ha situado entre las condiciones previas el referéndum para la independencia catalana, como lo ha referido en ocasiones anteriores, pero ha dejado claro que solo un referéndum pactado con el Estado puede sustituir el 1-0 (el de 1 de octubre de 2017).
Puigdemont fue insistente en señalar que “ninguna de nuestras exigencias son contrarias a la Constitución”, pero sí las consideró “condiciones previas que se deben cumplir para evitar elecciones”
Incluso, dejó entrever que el referéndum de autodeterminación acordado con el Estado español, no tiene “impedimentos constitucionales”.