México-Ecuador

AMLO ha sido “negligente” con Ecuador: la viuda de Fernando Villavicencio

En entrevista con Proceso, Verónica Sarauz, viuda del asesinado candidato presidencial de Ecuador, dice que “la negligencia” de López Obrador ha hecho que los cárteles mexicanos se expandan a Sudamérica y deplora que éste diga que “no hay elementos” para señalar al Cártel de Sinaloa en el asesinato.
viernes, 18 de agosto de 2023 · 05:09

 

Bogotá, Col. (Proceso).-- Verónica Sarauz, la viuda del asesinado candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, cree que el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha actuado “con negligencia política” frente a Ecuador por “permitir” el fortalecimiento de los cárteles del narcotráfico que generan violencia en el país sudamericano.

En entrevista con Proceso, una semana después del magnicidio que conmocionó a Ecuador y al mundo, señala que en estos momentos de dolor prefiere ser muy cauta. “Yo quisiera quemar todo, quisiera acusar al gobierno, quisiera acusar a la policía, quisiera acusar a todo el país porque Fernando perdió su vida y sus sueños y todo, pero tengo que ser muy cauta y hay que esperar las investigaciones”, expone.

Sin embargo, dice que esa reflexión no significa que va a renunciar a señalar a los enemigos que tenía su esposo y a los responsables de que Ecuador haya llegado a una situación de violencia sin precedente en cuyo contexto ocurrió el magnicidio.

Entre esos “enemigos principales” menciona al correísmo (la corriente política del expresidente izquierdista Rafael Correa), a las bandas delincuenciales de Ecuador y “a estos cárteles que él estaba denunciando”, como el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, que son las principales fuentes de financiamiento de los grupos locales del narcotráfico.

“Aquí –dice-- hay demasiados sospechosos porque, ¿por qué asesinar a Fernando Villavicencio? Este crimen es un crimen político. Yo entendería que estaban con miedo de que Fernando gane las elecciones (la primera vuelta presidencial es este domingo 20 de agosto). Su asesinato me hace creer que iba a ganar las elecciones y que por eso lo asesinaron”.

Funerales de Villavicencio. "Crimen político". / Foto: AP/Carlos Noriega

Aclara, sin embargo, que en estos momentos no tiene “un sospechoso específico” ni podría “poner el dedo sobre nadie”.  Pero tampoco podría exculpar a nadie. 

Por eso Sarauz deplora las declaraciones de López Obrador sobre el asesinato de su esposo. Un día después del crimen, una reportera le preguntó al presidente en "la mañanera" si no era una “mala señal” que el homicidio “presuntamente fue por el Cártel de Sinaloa o un capo del Cártel de Sinaloa”.

El mandatario comenzó por externar sus condolencias a la familia de Villavicencio y al pueblo de Ecuador y después dijo:

“Acerca de las causas, pues no me atrevería a adelantar nada sobre los motivos porque no hay elementos. Son, si acaso, hipótesis, y pueden ser hasta conjeturas. No hay que olvidar que siempre, y más en tiempos electorales, se inventan cosas, entonces hay que actuar con mucha responsabilidad, con mucha seriedad, no culpar a la ligera a nadie, esperar las investigaciones y esperar que se dé a conocer el resultado de la investigación”.

López Obrador. "No hay elementos". / Foto: Eduardo Miranda

“Negligencia” de AMLO

Sarauz sostiene que el Cártel de Sinaloa está entre los sospechosos que deben ser investigados pues su esposo lo había mencionado días antes al hacer pública una amenaza de muerte que había recibido del jefe de la banda “Los Choneros”, Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, a quien el candidato se refirió como “uno de los capos del Cartel de Sinaloa”.

“Yo le puedo decir al presidente López Obrador –señala Sarauz-- que no creo que a nadie se le pueda ocurrir dejar una tarjeta diciendo ‘fuimos nosotros (los responsables del magnicidio) y aquí estamos para hacernos valer’. O sea, Fernando se enfrentaba con grupos delincuenciales demasiado grandes y demasiado violentos. Entonces, la consecuencia de este enfrentamiento le costó su vida”.

De acuerdo con la viuda de Villavicencio, hay que preguntarse “con qué calidad moral (el mandatario mexicano) puede decir ‘no hay pruebas’, porque mi esposo está asesinado y porque la negligencia que él ha tenido en su país ha hecho que no se pueda garantizar la seguridad ni de los mexicanos, y ha hecho que estos cárteles busquen expandirse en otros territorios”.

Afirma que México “es un es un país demasiado violento y, bueno, el señor no puede decir muy suelto de huesos que no hay evidencia de que el cártel haya participado en el asesinato de mi esposo, porque mi esposo estaba denunciando estos cárteles, y cuando hay una denuncia todos son sospechosos”.

Sostiene que el tema del narcotráfico es “sumamente delicado y sumamente peligroso, y lo vive México con los cárteles, pero el gobierno está para combatirlos, no para hacerse de la vista gorda o exportarlos a otros países”.

Villavicencio, indica la viuda del político y periodista, “muchas veces nombró” al Cártel de Sinaloa y el pasado 2 de agosto se refirió al saludo de López Obrador a la mamá de Joaquín “El Chapo” Guzmán como un “modelo de la narcopolítica que Ecuador está a punto” de vivir.

Sarauz considera que también el gobierno de Colombia ha incurrido en “negligencia política” con Ecuador por permitir la expansión de las bandas criminales colombianas a ese vecino país, que en los últimos tres años se ha consolidado como un corredor logístico del narcotráfico bajo el control de grupos locales como “Los Choneros”, “Los Tiguerones”, “Los Lobos” y “Los CH Killers”.

Esas bandas, que además de producir violencia en las calles de Ecuador tienen incendiadas las cárceles del país, trabajan en sociedad con los cárteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación, con la mafia albanesa y con los grupos colombianos del narcotráfico.  

"Los Choneros". Amenaza de muerte./ Foto: AP/Martin Mejía 

De acuerdo con Sarauz, los gobiernos de México y Colombia “han tenido negligencia política y no han controlado sus países; nos han mandado y nos exportan sicarios, nos exportan a narcotraficantes que vienen y reclutan acá a nuestros jóvenes, y el gobierno de acá también, que no puede combatir y no pueden evitar que estos jóvenes sean reclutados”.

“O sea, hay negligencia política de todos los estados porque no han sabido hacer su trabajo, no, no han cumplido, no han querido, sólo se echan la pelotita entre un Estado y otro, y no...”, agrega.

Y esa crítica incluye al presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, quien acabará anticipadamente su mandato este año en medio de una crisis de seguridad nunca vista en el país, donde los homicidios han crecido en más de 300% en tres años.

La esposa de Villavicencio señala que la inseguridad viene creciendo desde gobiernos anteriores, pero Lasso tiene una responsabilidad porque el estallido de violencia se ha registrado en su mandato y “por negligencia, por no actuar a tiempo, por no equipar a la policía” como debió haberlo hecho.

Lasso. Crisis de seguridad. / Foto: AP/Juan Diego Montenegro

Asesinato político

Para la viuda de Villavicencio, quien fue acribillado a balazos en un ataque sicarial el pasado miércoles 9 de agosto, tras participar en un acto electoral, se trató de un asesinato político ya que su marido era el candidato que con mayor vigor había denunciado la infiltración del narcotráfico en la política, la justicia y la policía, así como la corrupción con los recursos públicos.

El candidato era un dirigente sindical, activista social y periodista de investigación que se convirtió en un opositor de Correa, quien gobernó Ecuador entre 2007–2017, a cuya administración acusó de varios casos de corrupción.

Correa ha calificado de “ridículas” las acusaciones que sugieren que atrás del asesinato de Villavicencio pueden estar políticos de Revolución Ciudadana, el partido del expresidente.

El pasado 13 de abril, el asesinado candidato había presentado una denuncia en la Fiscalía contra cinco diputados, uno del Partido Social Cristiano y cuatro de Revolución Ciudadana, por un posible ataque contra su vida en la modalidad de sicariato del cual se enteró por conducto de otros legisladores.    

“Yo sé, estoy convencida, de que es un asesinato político –afirma Sarauz--. Las evidencias dirán si fue un crimen de Estado, aunque yo estoy segura que sí”.

Y sostiene que “este asesinato fue planificado minuciosamente, en el momento adecuado y con los tiempos coordinados; esto no fue de un día a otro, esto fue muy bien planificado”.

De acuerdo con la esposa de Villavicencio, en Ecuador “mataron a un candidato presidencial que seguramente hubiera ganado las elecciones, porque si no hubieran tenido la certeza de que Fernando iba a llegar a la presidencia no lo matan”.

La primera vuelta de las elecciones presidenciales se realizará este domingo 20 de agosto y para que un candidato gane en esa ronda debe obtener más del 50% de los votos o el 40% por ciento con una diferencia de al menos 10 puntos con el segundo lugar.

El caso de que ninguno de los aspirantes logre esos resultados, los dos con mayor respaldo se presentarán a una segunda vuelta el próximo 15 de octubre.

Villavicencio, quien fue postulado por el movimiento Construye, aparecía entre el segundo y el cuarto lugar de las preferencias, de acuerdo con diferentes encuestas en las que la única coincidencia era que la correísta Luisa González encabezaría la contienda, aunque sin el porcentaje necesario para ganar en primera vuelta.

En los comicios de este domingo aparecerá en la boleta electoral la foto de Villavicencio, aunque el candidato designado en su lugar fue el periodista Christian Zurita, uno de sus mejores amigos, confidente político y colega con el que realizó varias investigaciones periodísticas.

La noche del miércoles 16, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador dejó en firme el registro de Zurita como candidato presidencial de Construye luego de que el partido Revolución Ciudadana había pedido rechazarla porque, supuestamente, el periodista ya militaba en el movimiento RETO, lo que quedó desacreditado.

Sarauz señala que Christian Zurita “era el mejor amigo de Fernando, es nuestro compadre, era su hermano, su amigo, era con quien podía conversar cualquier tema” y por ello “hará todo lo posible para que el legado (de Villavicencio) no se quede en el intento”.

El asesinado candidato “entregó su vida para que este país cambie y yo no creo que haya sido en vano su muerte y yo tengo una muy buena impresión de que Christian representará bien lo que Fernando quería”, afirma.

Dice que por eso espera un triunfo del sucesor político de su marido en los comicios de este domingo o en la segunda vuelta del 15 de octubre, aunque a la vez “no sabría decir qué va a pasar en este país porque la gente está muy asustada”.

Este miércoles 16 de agosto, Zurita denuncio que Villavicencio preparaba una acusación muy seria contra una empresa de seguridad del candidato presidencial derechista Jan Topic, la cual obtuvo un contrato por 30 millones de dólares con el municipio de Guayaquil para colocar cámaras de vigilancia y los equipos no funcionan.

Zurita. Portador del legado. / AP Foto/Martín Mejía

El factor FBI

Sarauz cuenta que el pasado martes lunes 14 se reunió con la fiscal general Diana Salazar, a cargo de la investigación del magnicidio, y con dos agentes del FBI de Estados Unidos que colaboran en las indagaciones por solicitud del gobierno ecuatoriano.

Lo que hasta ahora se ha hecho público de las pesquisas es que están detenidos seis sicarios colombianos que participaron en la ejecución del magnicidio y que otro más resultó muerto por heridas de bala que le produjeron los escoltas del candidato al repeler el ataque, aunque la policía no ha podido explicar por qué el deceso del pistolero se produjo en un centro de detención y por qué, si estaba herido, no lo llevaron a un hospital.

Sarauz indica que recién están empezando las investigaciones y espera que sean un poco más ágiles, pero esperará “a que las autoridades hagan su trabajo”.

Dice tener mucha confianza en que el FBI hará un trabajo “absolutamente limpio y estoy tranquila de que esta cooperación va a llevarnos a saber quiénes son los autores materiales e intelectuales de esto, porque estos sicarios que están detenidos (los seis colombianos) no han querido hablar, se han acogido al derecho al silencio”.

A la viuda de Villavicencio le preocupa, “más que el derecho al silencio, que vayan desapareciendo uno por uno (los sicarios) porque en este país también se suicidan los detenidos”.

Afirma que “hay un montón de cosas que no están claras”, como la muerte del sicario que resultó herido en el lugar del crimen, ocurrido en las afueras de un colegio en Quito, y las fallas en la seguridad de su esposo, quien el día del homicidio fue subido por sus escoltas a un vehículo que no era blindado y que no tenía al chofer en su sitio cuando el candidato subió al carro y fue atacado.

Ella quiere pensar “que fue negligencia y falta de experiencia” de los escoltas de su marido.

“No quisiera pensar que ellos lo entregaron o fueron parte de este complot, no quisiera llegar todavía a esa conclusión. Yo todavía espero a que se desarrollen las investigaciones. Hay que ser muy cautos”, afirma.

Pero al mismo tiempo señala que “hay un mundo de preguntas sin respuestas”. Dice que, por ejemplo, el teléfono celular de su marido está desaparecido, “las autoridades no logran encontrarlo”.

Insiste en que “todos son sospechosos de su asesinato, los carteles tampoco no dejan de ser sospechosos, ni los grupos criminales de Ecuador, pero son todos y a la vez no es ninguno, porque no puedo señalar específicamente a alguien que se haya beneficiado directamente con esta muerte, porque además sin Fernando en el tablero electoral la situación acá, a unos días de ir a las urnas, cambia el panorama totalmente”.

Sarauz sostiene que lo que habló con la fiscal general le indica que ella tiene la voluntad de esclarecer el magnicidio.  

“Yo no voy a descansar hasta que se dé con los autores intelectuales de la muerte de Fernando Villavicencio –asegura--, no podría. No debían arrebatarle su vida de esa manera. Fernando no merecía esa muerte, porque hizo tanto por este país…”.

Sobre la eventual colaboración de México en las investigaciones, señala que no sabe qué tan bueno sería que ese país se involucrara directamente.

“De alguna manera –explica--, cuando necesiten saber algo sobre el cártel específicamente, bueno, pedir la cooperación internacional con México, y espero que los hermanos mexicanos estén dispuestos a brindar todas las facilidades para esto, y que el gobierno mexicano esté presto para esto”.

Sarauz asegura que Revolución Ciudadana, el partido de Correa, tiene en México su “centro de operaciones”.

Correa tiene una condena en Ecuador por un caso de corrupción que él considera “una payasada” de sus adversarios políticos, y si visita su país sería detenido. Por eso viaja constantemente a la Ciudad de México y eso “no podría darse si no tuviera la bendición de López Obrador”, dice Sarauz.

Correa, asegura, “está directamente vinculado” con presidente mexicano “y desde México dispone lo que puede pasar acá”.

La vida sigue

A Verónica Sarauz el gobierno ecuatoriano le reforzó su esquema de seguridad, pero ella no se siente tranquila. Piensa que ella también puede ser blanco de quienes asesinaron a su esposo. “Puedo ser víctima de esta gente”, asegura.

“Yo nunca he vivido tranquila –dice--, jamás he tenido tranquilidad, siempre he tenido miedo, y ahora tengo mucho más miedo porque mi esposo ya no está”.

Villavicencio dejó dos hijas mayores de un primer matrimonio, Amanda y Tamia, con Verónica Sarauz tuvo un hijo y adoptó a dos hijos que ella tenía cuando la conoció en los ámbitos políticos.

Por ahora “estamos viviendo un día a la vez, y cada día es más duro que el otro, pero toca levantarse, toca seguir respirando y toca seguir peleando para que su memoria siga viva y para que su asesinato no quede en la impunidad”.

 

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