crecimiento económico
Cepal advierte escenario económico complejo; México crecería 2.9% en 2023
Los pronósticos de crecimiento representan una desaceleración para todas las subregiones cuando se las compara con 2022: América del Sur crecería un 1.2% en 2023 y lo mismo en 2024 comparado con el 3.7% de 2022; Centroamérica y México un 2.1% en 2024.BOGOTÁ (apro).- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectó este martes que la economía mexicana crecerá este año 2.9%, casi el doble de lo que había pronosticado el organismo multilateral en abril pasado.
En su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2023, la Cepal estimó además que el próximo año el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá 1.8%, en un contexto de dificultades para las economías de la región, que mantendrán bajos niveles de crecimiento en 2022 y 2023, afectadas por un panorama económico mundial “negativo y muy complejo”.
Según el estudio, para 2023 el PIB regional crecerá en promedio 1.7%, mientras que para 2024 se espera un leve descenso en la tasa de expansión, que se ubicará en 1.5%.
El director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal, Daniel Titelman, aseguró que el periodo 2014-2023 será para región “otra década perdida”, con retroceso del ingreso per cápita y con un crecimiento del PIB de apenas 0.8%, menor al 2% que se registró en la década perdida de los 80 con la crisis de la deuda.
Titelman explicó que la mejora en la proyección de crecimiento económico de México para este año se debe a las inversiones que genera el “nearshoring”, al aumento del consumo interno y a la resiliencia de la economía de Estados Unidos, que crecerá más de lo esperado (1.9%).
Sobre las elecciones presidenciales que se realizará el año próximo en México, el funcionario de la Cepal indicó que no debieran generar incertidumbre que desincentive la inversión.
“Es importante ir asumiendo que las democracias de América Latina son democracias estables y los cambios de gobiernos no debieran generar grandes incertidumbres económicas porque las reglas del juego se respetan en la gran mayoría de los países”, aseguró.
Entre los desafíos que enfrenta la economía mexicana señaló la informalidad laboral, que se ubica en cerca de 55% de la población en edad de trabajar, y la recaudación fiscal, que puede afectar la sostenibilidad de la inversión pública.
Sostuvo que, en ese sentido, es necesario aumentar “el espacio fiscal”.
El secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, dijo que la región tiene “una enfermedad de bajo crecimiento” que impactará de manera negativa el combate a la pobreza y la producción del empleo.
Alertó, además, que el bajo crecimiento de América Latina y el Caribe se puede ver agravado por los efectos negativos de una agudización de los choques climáticos si no se realizan las inversiones en adaptación y mitigación al cambio climático que requieren los países.
Señaló que un estudio de la Cepal sobre el impacto de los choques climáticos en seis países de Centroamérica y el Caribe (Guatemala, Hondura, El Salvador, República Dominicana, Barbados y Santa Lucía) determinó que ese factor reduciría entre 9% y 12% el PIB de esas naciones en 2050.
En un anexo del estudio dedicado a México, la Cepal señaló que ha caído el impulso de las exportaciones de ese país hacia Estados Unidos por la desaceleración económica experimentada en la nación vecina -que ha sido menor a la esperada- y por los efectos negativos de la inflación y el alza de las tasas de interés sobre la demanda interna.
“Existen factores que pueden modificar la estimación a la baja o al alza, asociados al ritmo de la actividad económica mundial, la atracción de inversión nacional y extranjera, y la disponibilidad internacional de insumos para la producción”, agregó el reporte.
Señaló que la inflación interanual se situaría en torno al 4.6% al cierre de 2023, debido al todavía persistente aumento de los precios de las materias primas y las restricciones en las cadenas de valor, mientras que la tasa de desempleo promedio sería de alrededor del 3.0%, “en concordancia con la recuperación experimentada tras la enorme pérdida de empleos por la pandemia” del covid-19.
De acuerdo con el estudio, el déficit fiscal del sector público no financiero llegaría a representar alrededor del 4.0% del PIB, con un balance primario del -0.6%.