MADRID (apro).— El exfutbolista del Pumas, Dani Alves, insistió este viernes en recuperar su libertad de forma provisional durante la instrucción en su contra por la presunta violación contra una joven en una discoteca de Barcelona.

A través de su abogado Cristóbal Martell, el también exfutbolista del Barça esgrimió el empadronamiento de sus dos hijos, de 15 y 17 años, y de su exmujer y representante Dinora Santana, como prueba de arraigo y muestra de que no piensa huir en caso de alcanzar su libertad.

Tanto la fiscalía como la abogada de la víctima, Esther García, han pedido que el futbolista continúe en la cárcel, porque ese supuesto proyecto de vida de su familia en la ciudad condal es “ficticio”, confirmaron fuentes jurídicas.

Recordaron que antes de ingresar a prisión el brasileño alegó que se iba a ir a México, donde entonces formaba parte de la plantilla del club Pumas.

Alves está acusado de una presunta agresión sexual en la discoteca Sutton en la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022. Tras viajar a México y volver, el astro brasileño fue detenido y puesto tras las rejas por orden de un juzgado que investiga el caso.

Las acusaciones argumentaron que el empadronamiento es solo un documento administrativo que, en su opinión, no comporta arraigo, pues igual que te empadronas puedes mudarte y hacerlo en otra ciudad. Además, insisten que el exjugador tiene capacidad económica para residir en cualquier parte.

La defensa de Alves ha argumentado que la familia tenía residencia en Brasil, pero que los hijos se habían planteado estudiar en Barcelona, por lo que se han inscrito en un centro educativo privado.

El diario deportiva As, planteaba la audiencia de este viernes como la última bala del astro brasileño para conseguir su libertad. De no conseguirla, planteaba, podría continuar en la prisión de Brians 2.

Tras la audiencia de hoy, que duró una hora, y fue a puerta cerrada, sin presencia del jugador –ni telemática—, las partes quedan a la espera de la resolución del tribunal.